'Patrulla Animal' es un espacio coordinado por Elisa Reche en el eldiario.es Murcia, para defender los derechos de los animales como seres sintientes.
¿Gatólico o gatófobo?
En este artículo voy a comentar por qué una persona puede ser considerada gatólica o gatófoba.
¿Quién puede ser un gatólico?
Toda aquella persona amante de los gatos, especialmente de los gatos callejeros o ferales, que se ocupa de su cuidado, es decir, de proporcionarles comida a diario (principalmente pienso seco), agua limpia, potable y atemperada a diario, así como de desparasitarlos y de llevarlos al veterinario para que los esterilicen y le presten asistencia y cuidados veterinarios. En el caso de que el gato feral estuviese herido, enfermo o atropellado esta persona se podría encargar de llevar a cabo la labor de censo de gatos ferales de una o varias colonia felinas o colaborar con el mapeo de colonias felinas en su municipio.
El gatólico también suele procurar un refugio, tanto para que los animales puedan resguardarse de las inclemencias del tiempo como para que tengan un lugar donde descansar, esconderse o dormir tranquilos.
Además, este tipo de personas limpia la suciedad y los restos de basura que se encuentren en la zona donde esté la colonia de gatos ferales que cuida diariamente.
Un gatólico financia con dinero propio en la mayoría de los casos la comida que proporciona a diario a los gatos, así como gran parte de los gastos de esterilización, desparasitación y de asistencia veterinaria de gatos enfermos, atropellados o heridos.
El gatólico privilegiado cuenta con el apoyo y la bendición de su Ayuntamiento, disponiendo a tal efecto de un carné municipal que lo acredite como tal e incluso dispone de alguna subvención económica de carácter municipal o provincial para los gastos veterinarios de las esterilizaciones y de asistencia veterinaria cuando los gatos lo precisen.
Sin embargo, en otros casos, el gatólico no solo no cuenta con el apoyo de su Ayuntamiento, sino que además es perseguido, acosado y multado por cuidar a los gatos ferales de su municipio. Si bien esa multa puede ser recurrida.
Hace ya varios años, el Ayuntamiento de Madrid fue condenado por un juzgado contencioso-administrativo por multar a varios gatólicos gracias al excelente trabajo que realizó la abogada madrileña Arancha Sanz en representación de las personas que fueron multadas de forma ilegal. Finalmente, esas sanciones fueron anuladas. En esten caso, el juzgado dejó bien claro que fue contrario a derecho el hecho de multar a los alimentadores de colonias felinas que estaban cuidando de forma ética a estos animales ya que se encargaban de ponerles comida, agua, esterilizarlos e, incluso, proporcionarles casetas de refugio para las inclemencia del tiempo.
¿Quién puede ser un gatófobo?
Mi queridísima alumna Karine (francesa, residente en Tarragona) denomina gatófobos a aquellas personas que se quejan de los gatos ferales, así como quienes increpan o amenazan a los cuidadores de estos maravillosos gatos.
Por tanto, un gatófobo será una persona a la que no le gusten los gatos callejeros por diversos motivos, como por ejemplo, todos o algunos de los que se citan a continuación:
- Por ser alérgica a los gatos.
- Porque tiene miedo o fobia a los gatos.
- Porque tiene 'okupas' felinos en su casa, patio, jardin, nave o campo, que le roban comida de su casa o se acuestan en su hamaca o defecan en sus plantas o jardín.
- Porque le molestan los ruidos de los celos nocturnos de los gatos.
- Porque le perturba escuchar las peleas de los gatos.
- Porque le desagrada ver gatos enfermos por la calle.
- Porque le incomoda ver a su vecino dando sobras de comida a gatos.
- Porque le molesta ver a personas alimentando con pienso seco a gatos.
- Porque no entiende el sufrimiento de los gatos callejeros.
- Porque considera a los gatos ferales como una plaga.
Con carácter general, los gatófobos desconocen lo siguiente:
- En qué consiste el método C.E.R. (captura, esterilización y retorno al punto de origen) y los beneficios que proporciona su aplicación (elimina ruidos por celos, peleas entre gatos, reduce el porcentaje de 'okupas' felinos, etc).
- Que el Código Penal protege a los gatos ferales.
- Que las normas administrativas de gran parte de municipios y de las comunidades autónomas protegen a los gatos ferales.
- Las ventajas de la presencia de los gatos ferales ya que como dice mi querida alumna Marian de Castellón los gatos ferales hacen la labor de 'policía', evitando que nos invadan las ratas, los ratones y las cucarachas.
- La labor terapéutica que hacen los gatos ferales, ya que hay muchas personas mayores, enfermas o que viven solas que disfrutan y mucho a nivel emocional cuando están un rato cerca de estos gatos, bien tomando el sol, sentados en un banco cerca de una colonia felina o bien cuidando una de ellas.
- Que las colonia felinas bien atendidas fomentan el turismo de ese municipio que las atiende de forma correcta, como ocurre en Roma desde hace años donde se hacen tours por zonas donde hay colonias felinas.
- Que cada vez somos más las personas que nos formamos para proteger a los gatos ferales.
- Que matar, maltratar, perturbar o envenenar a un gato feral tiene consecuencias legales.
He de confesarlo: Yo me declaro gatólica, ¿y tú?
Si eres gatólico, eres bienvenido el próximo miércoles 20 de noviembre a las 17.30 horas a una conferencia gratuita sobre 'Conflictos vecinales. Mediación y Apoyo a los gatos ferales' que imparto de forma presencial en Murcia. Más información y proceso de inscripción para reservar tu plaza en: https://www.deanimals.com/colonias-felinas/gestion-etica-de-colonias-felinas-ciclo-de-conferencias/
