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ENTREVISTA Vicealcalde del Ayuntamiento de Murcia (Cs)

Mario Gómez: “El transfuguismo es ruin y rastrero”

Mario Gómez, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Murcia.

Álvaro García Sánchez

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Casi 200 carpetas repletas de expedientes del Ayuntamiento de Murcia y contratos menores con empresas. Más de tres gigas de información comprometida, capaz de dinamitar un terremoto político que ha puesto en jaque no solo la política local y regional, sino también la nacional. Dentro de la apariencia de pulcritud administrativa de las cifras de la burocracia están comprendidas las catástrofes. Tal vez Mario Gómez (Cs), de 45 años, teniente de alcalde y concejal de Fomento de Murcia, sea en la capital murciana más consciente de ello que ningún otro miembro del consistorio. Desde que firmó el pacto de Gobierno en 2019 que vinculaba a su partido, Ciudadanos, con los populares de Ballesta, Mario Gómez, nuevo responsable de la mesa de contratación del municipio, comenzó una ardua lucha por la transparencia de la administración.

El vicealcalde sacó a la luz la documentación ante la UDEF (Unidad de Delitos Económicos y Fiscales de la Policía), lo cual terminó por romper definitivamente las relaciones entre naranjas y populares en el Ayuntamiento: el pasado miércoles 10 de marzo, Ciudadanos, con apoyo del PSOE, presentó una moción de censura para expulsar del mandato a su socio de Gobierno.

Frustrado el intento de desbancar al Ejecutivo regional, la moción del Ayuntamiento de Murcia sigue en pie: Gómez confía, con una ilusión no amedrentada por el transfuguismo de tres miembros de su partido, en despojar al Partido Popular de los mandos de La Glorieta tras 26 años.

Dijo el pasado sábado, junto a los concejales de Ciudadanos, que la moción de censura del Ayuntamiento de Murcia sigue adelante. ¿Pone la mano en el fuego por sus concejales?

Pondría no una mano, sino las dos. Esta moción está más que debatida y consensuada. Hemos tratado de solventar la situación política que vivimos. Una situación de parálisis, de dar la espalda a los ciudadanos, de intentar engañar a los ciudadanos y a nosotros, de intentar ocultar la corrupción. La moción es más que necesaria y no hay ninguna duda.

¿Cómo ha sido la lucha contra la supuesta corrupción del Ayuntamiento de Murcia formando parte del mismo Gobierno?

Hemos llevado propuestas durante estos dos años a la Junta de Gobierno con el objetivo de poner en marcha iniciativas que se impulsasen desde los servicios jurídicos, a partir de las cuales se unificasen los criterios para la contratación pública dentro del margen de la ley. Pero en ese sentido lo único que hemos recibido ha sido el silencio absoluto como respuesta, el mirar para otro lado.

Ha admitido, además, que ha llegado a sufrir acoso. ¿Cómo ha vivido la situación?

Cuando estábamos investigando ciertos documentos y contrataciones, ellos (el Gobierno) han llegado a tener miedo de que pudiéramos tener acceso a ciertos expedientes. De modo que, más allá de intentar resolver el problema, comenzaron hacia mi persona un acoso y derribo como jamás se ha visto en la historia de la Región. Llegué a sentirme acosado, perseguido, llegaron a amenazarme en el telefonillo de mi casa, a hacer pintadas ofensivas. Se sobrepasaron ciertos límites que no se deben sobrepasar nunca en democracia. Uno solo viene a un partido político para conseguir mejorar la administración publica y luchar contra la corrupción. No es entendible que por tratar de conseguir una mayor transparencia tenga que sufrir acoso. Y, además, lo que no voy a soportar bajo ningún concepto es que mi familia se vea inmersa en ese tipo de persecuciones. Una mañana fui a llevar a mi hija al colegio y vi una pintada muy agresiva.

¿Lo denunció?

Sí, en aquel momento fui a denunciarlo como acoso. Entonces me preguntaron en qué trabajaba, si tenía sospechas de dónde podían provenir los ataques. Yo trasladé que estaba de concejal en el Ayuntamiento de Murcia, era primer teniente de alcalde, y que teníamos en marcha, desde mi equipo, un proceso de mejora de la transparencia, en el cual investigábamos contratos que se adjudicaban a dedo y una serie de irregularidades.

A raíz de notificar mi puesto y mi proceso de investigación, la UDEF me llamó por teléfono, preguntándome si tenía información y documentación al respecto, y en caso afirmativo, si se la podía facilitar. Acepté. Pero cuando la UDEF empieza a solicitar documentación y saltan a la palestra ciertas denuncias dentro de la Fiscalía, el Partido Popular, lejos de trabajar con la justicia, empieza a atacar a mi persona. Desde el partido aseguran que tienen un documento gráfico que deja constancia de que yo he revelado secretos del Ayuntamiento, de modo que se querellan contra mí. Es algo inasumible e inaceptable. Que tu socio de gobierno se querelle contra ti lo que indica es que intentan esconder algo, más que esclarecer la situación.

Me ha hablado de cómo ha sido la lucha contra la supuesta corrupción del Ayuntamiento siendo parte del propio Gobierno. Pero la anterior legislatura usted se encontraba en la oposición. ¿Cómo es la lucha por la transparencia desde la oposición?

En la oposición todo eran indicios. Veías cómo se estaban llevando a cabo los contratos menores de descentralización. Se hacían un número ingente de contratos menores sin ningún tipo de control. Este tipo de contratos no son ilegales, pero deben realizarse para aquello que no sea planificable y recurrente. Todo aquello que sea así tiene que llevarse por procedimientos de contratación en los cuales se documente la pública concurrencia. Pero en la oposición no te facilitan muchos datos, y más allá de los que podíamos obtener de las juntas municipales, era todo básicamente a través de indicios y quejas de trabajadores, de asociaciones o de vecinos.

Cuando entras al Gobierno, esas quejas e indicios se transforman, y puedes ver de primera mano que los procedimientos administrativos no se están cumpliendo. Por ejemplo, en algo tan simple como el contrato de la grúa municipal se ha podido demostrar que hay una cesión ilegal de trabajadores, y que además se estaba llevando a cabo en una ubicación posiblemente sin licencia.

En cuanto al terremoto político vivido el viernes en la Asamblea Regional, ¿qué le parece la controversia del transfuguismo de Ciudadanos en la moción de censura?

Estamos viendo la práctica habitual del Partido Popular. No respetan la democracia, ni las reglas de juego. Mientras que un partido sea capaz de comprar voluntades y siga habiendo políticos que vendan su alma, la corrupción seguirá brillando en las administraciones públicas.

¿Se esperaba el cambio de criterio de los tres diputados tránsfugas?

Sinceramente, no. Estuvimos hablando la noche de antes, la del jueves, y quedó clara la necesidad para la Región de que el Partido Popular saliera del Gobierno. Llegamos a la conclusión de que el Partido Popular sigue pensando que la Región de Murcia es su cortijo particular, y de que a pesar de haber firmado acuerdos de gobernabilidad que establecían desde el primer punto que se debía gobernar en unidad de acción con Ciudadanos, resultaba que no. Gobernaban de manera unilateral, bloqueando capacidad de acción de nuestro partido, dando la espalda a la regeneración y a la lucha contra la corrupción y se ha terminado demostrando con la compra de estas tres personas, que han preferido seguir amparando a la corrupción que a la ética y la integridad.

Isabel Franco aseguró, en la rueda de prensa junto a Fernando López Miras, que en un primer momento firmó la moción “por disciplina de partido”. ¿Qué le pareció?

Que es mentira. Que hubo un debate, hubo libertad de expresión para todos, y todos pudimos decidir si firmábamos o no. Pero todos llegamos a un acuerdo, todos coincidíamos en que lo mejor era ir para adelante. Nosotros no estábamos intercambiando sillones porque ya estábamos en el Gobierno. La moción la planteábamos por responsabilidad política.

¿Está de acuerdo con Ana Martínez Vidal, que dijo ayer que “algunos diputados simplemente se compran por 76.000 euros al año”?

No sé si son 76, 75 o 78.000 al año, pero efectivamente está claro que han vendido su alma por un puñado de billetes. Y lo que es peor, han vendido su integridad poniéndose del lado de aquellos que amparan la corrupción. Pensamos que era lo mejor para la Región de Murcia, porque no querían negociar con nosotros, creíamos que era necesario por responsabilidad política y para sacar adelante los mejores presupuestos para Murcia y los murcianos. Una vez que le estás pidiendo a tu socio de gobierno la lista de vacunados VIP y este no te la da, qué confianza puedes tener en él. Hay motivos suficientes como para asumir estas mociones, se planteó que si firmábamos todos íbamos para adelante, y que si alguno no lo tenía claro que lo dijese, que no había ningún problema. Es un acto ruin y rastrero.

Aún quedan días para la votación de la moción, ¿cree que todavía puede salir adelante?

En política todo es posible. En política puede cambiar todo hasta el último minuto.

¿Considera que el nuevo Gobierno de la comunidad puede ser inestable?

Cuanto menos ya lo es por las cuatro personas inestables que tienen dentro del Gobierno. No obstante, en los gobiernos, al final, se necesita la mayoría para poquitas cosas. Para aprobar ciertas leyes, para aprobar ciertos reglamentos. Pero si no tienen los presupuestos, se prorrogan. Por lo tanto, esta situación puede perjudicar a los ciudadanos, pero se está demostrando que al Partido Popular y a estos tres diputados les importa poco Murcia y la estabilidad.

¿Y el previsible Gobierno PSOE-Cs en el Ayuntamiento?

En absoluto. La relación que hemos vivido en estos dos años ha sido espléndida. Se ha puesto de manifiesto que en cuanto a los proyectos básicos del día a día, exceptuando a Vox y a algunas cosas del Partido Popular, vamos en la misma dirección. La política local es diferente a la nacional o regional. A nivel local, las ideologías quedan muy lejos porque se trata de la política del ciudadano, del tú a tú. Se decide si se repara una acera, o si se instalan infraestructuras de agua potable, o si se invierte en transporte público, o en la calidad de basuras, de los parques y los jardines. Eso no tiene ideología política. Eso puede estar bien o estar mal, ser correcto o no, y estoy seguro de que todos nos vamos a poner de acuerdo.

Personalmente, ¿hubiera preferido ser alcalde de Murcia cuando el Partido Socialista se lo ofreció a Ciudadanos tras las elecciones de 2019?

Si le digo que no, le estaría engañando. Yo me presenté a las elecciones para ese cometido. Cuando uno se presenta con un equipo para unas elecciones se siente con la capacidad para llevar las riendas del Ayuntamiento. Sin embargo, uno forma parte de un partido, y debe responder a un equipo y a un proyecto y dejar los egos a un lado. Yo he venido a trabajar con y para los murcianos, y voy a defender mi proyecto por encima de los intereses personales. Voy a trabajar para hacer de Murcia una administración útil, que sea el instrumento de los ciudadanos y no el de los políticos.

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