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Tranquilidad y silencio en medio de los Sanfermines: un refugio para descansar del ruido de las fiestas

Patio central del Civivox Condestable durante el Refugio de los Sentidos.

Andrés Toro

Pamplona —

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Mientras los tambores retumban, las trompetas resuenan y la multitud canta por la calle Mayor de Pamplona, marchando en dirección a la plaza del Ayuntamiento, en el Civivox Condestable impera la tranquilidad. Entre todo el vaivén de los Sanfermines, el Refugio de los Sentidos abre sus puertas para todo aquel que quiera y necesite un parón o un momento de tranquilidad. Una vez se cruza la entrada y se sigue hasta el patio interior, se nota cómo el ruido amaina y el silencio ocupa su lugar.

“El Refugio de los Sentidos nació el año pasado de la necesidad de poder dar respuesta a que los Sanfermines sean una fiesta para todo el mundo”, explica Irati Gil, la coordinadora y responsable del proyecto. No todo el mundo puede soportar la carga sonora y la intensidad de las fiestas de manera continua. Hay gente para la que “tanto ruido no es su espacio”, por lo tanto, tienen donde de calma donde descansar les permite participar de las fiestas sin agobiarse.

Está especialmente recomendado para visitantes con cualquier tipo de discapacidad que requiera de una necesidad de relajación o, en palabras de Gil, “autorregulación” para volver con más energía a las fiestas. No obstante, cualquiera puede beneficiarse de este entorno. “Tenemos un público variado, por ejemplo vienen madres con niños pequeños, pues llevan todo el día con la mochila, con el carrito, con el bebé en brazos, y aquí pueden sentarse y descansar. Además, estamos abiertos a todas las edades y condiciones”. La iniciativa ha sido desarrollada junto a Traza Espacio Creativo y el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de Navarra (CERMIN), garantizando una apertura a todo tipo de persona. Por ejemplo se han incorporado libros provenientes de la Organización Nacional de Ciegos Españoles, con textos en braille y texturas.

En el patio central se encuentra la instalación principal, una serie de telones rectangulares de color rosa que cuelgan del techo desde la altura de la segunda planta hasta el suelo. Por una cara, todas están decoradas a modo de collage con papeles azules, amarillos, morados y naranjas. Esta parte se hizo en un taller artístico en junio en el barrio de Iturrama. La otra cara será decorada por los usuarios que participen durante estos Sanfermines, usando las herramientas y materiales que se ofrecen en el lugar.

Bajo los telones se encuentran otras tres áreas para realizar actividades: “Toca, contacta”, “Huele, olfatea” y “Saborea, palabrea”. La primera zona se enfoca en el sentido del tacto. Además del collage, en esta sección también se dispone de telas de colores y texturas distintas desplegadas sobre sofás donde se puede jugar y sentir su material. A su vez, La sección del olfato cuenta con botes de cristal a partir de los cuales se propone crear un poema o dibujo de lo vivido. Por otro lado, debido a que no se puede comer en el centro, y no se puede plantear una actividad donde varios participantes puedan degustar de lo mismo por sanidad, la sección del gusto propone algo distinto. Con libros prestados por parte de la biblioteca de la Txantrea, se presentan recetas de todo el mundo con lo que se pueden imaginar los sabores.

“Todo se basa en espacios abiertos donde hay monitores ubicados a lo largo de ellos. Orientan y guían, pero la idea principal es que no haya una cosa concreta que hacer. Tú vienes y haces lo que quieres, no tenemos un plan de actividades que cada persona tenga que seguir”, añade Gil. Ana Rosa Sánchez por su parte fue la encargada de la parte creativa del proyecto, proponiendo los cinco sentidos como centro y ofreciendo ambientes representativos de cada uno.

Imagina historias con lo que ves

Al cruzar el patio central se pueden tomar las escaleras o el ascensor a la planta más baja. A mano izquierda se encuentra la Sala Gótica y la zona “Mira, ve”. Con las ventanas y las entradas de luz reducidas, la sala queda a oscuras casi por completo. Sin embargo, dos proyectores audiovisuales alumbran las paredes. Las grabaciones muestran franjas y figuras geométricas de distintos colores sobre la pared de piedra del recinto. Cada una de las imágenes se mueve, giran sobre sí mismas y se entremezclan, formando espirales y círculos. Es posible acercarse y ver cómo la proyección tiñe la ropa que se lleva puesta, o sentarse y dejarse llevar por “las sensaciones visuales”.

Proyección dentro de la Sala Gótica en el Refugio de los Sentidos durante Sanfermines.

En la esquina más alejada de la entrada hay un rincón de juego compuesto por cintas de colores iluminadas por una linterna. Se pueden tomar y crear formas que luego proyectarán sombras sobre el muro. Además, “es silencioso, no hay música, ni ruidos, ni nada”. Esta sala es una de las novedades con respecto al proyecto del año pasado.

Al salir de la Sala Gótica, hay un pasadizo que lleva al recoveco más aislado del edificio. En la bodega del Civivox se ha establecido la instalación “Escucha, para”, un salón pequeño con luces y telas que junto a colchonetas abren un lugar para escuchar música al gusto, pudiendo elegir entre distintos tipos de géneros de ritmo bajo. También se puede apagar la música si así se desea, y así tumbarse y “escuchar el silencio”.

Una necesidad durante las fiestas

Aquellos que han acudido al Refugio de los Sentidos reconocen su valor como punto de tranquilidad en unas fiestas llenas de movimiento y ruido. Marta, madre de un niño de 9 años, el año pasado llevó a si hijo y en la actual edición de los Sanfermines ha vuelto además con sus sobrinas. “También queríamos encontrar un lugar tranquilo, por eso el año pasado vine y me pareció superrelajado y superbonito”.

En su familia no tiene una persona con una discapacidad o con una necesidad específica de este tipo de entornos, pero ve el valor igualmente del proyecto. “El año pasado se veían pequeños muy afectados, aquí con las colchonetas y todo es un lugar muy sereno, un lugar para todos en los Sanfermines”. Incluso para ella misma es un sitio agradable. “Me ha gustado mucho, estéticamente me parece que el edificio es muy bello, y con todo lo que tiene para los niños me parece una maravilla”.

Izaskun por su parte también conoce el lugar desde su introducción el año pasado. “Nos enteramos por parte de la asociación Anfas y sus redes sociales y vinimos”. Su hija tiene un Trastorno de Espectro Autista, por lo cual sus relaciones con los demás y su flexibilidad en la conducta no son lo que típicamente se espera de una niña a su edad. “A ella salir de tanto ruido y venir a un sitio relajado le baja mucho las revoluciones, y conozco mucha gente con familiares o niños con discapacidad que notan mucho la paz en estos sitios sin tantos estímulos”.

Su hija disfruta del lugar y es ella la que pide ir al Refugio. “A ella le encantan los gigantes, y antes estábamos en eso. Pero ella es la que nos dice de venir porque ella misma nota que necesita un sitio sin tanto ruido, le gusta mucho la música tranquila que ponen”, menciona Izaskun. Para ella, se debería mantener un lugar así de ahora en adelante durante los Sanfermines, e incluso se debería extender a todos los días (este año abrió sus puertas el pasado 8 de julio). “Animo a que todo el mundo venga, tengan o no una discapacidad, es muy pacífico y se está muy a gusto”.

Las normas de uso indican una rotación cada 20 minutos para que todo el mundo pueda disfrutar de los distintos recursos. Además, en todo momento hay gente encargada con la formación adecuada para guiar y resolver cualquier tipo de duda. Su horario de mañana va de 12:00 a 14:00 horas y por la tarde de las 17:30 a las 20:30 horas y se mantendrá abierto hasta el 13 de julio.

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