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No nos lo podemos permitir

Hacienda registra una recaudación récord de 8.429 millones en lucha contra el fraude hasta junio, un 17% más

Antón Losada

Los datos oficiales de Hacienda indican que España, probablemente, cerrará 2018 con la mejor recaudación fiscal de su historia. A estas alturas del ejercicio ya se superan claramente los resultados de 2007, poseedor de la mejor marca fiscal vigente. El proyecto de presupuestos que el ejecutivo de Pedro Sánchez acaba de remitir a la UE, no sólo no nos acerca, sino que nos aleja unas décimas de la distancia de cinco puntos que ya nos separaba de la media UE en gasto público. España se situará en el 40,9% del PIB nominal frente al 45% que marca la media europea. La razón es bien sencilla: desde el inicio de la llamada “recuperación”, la tasa de gasto público crece por debajo de la tasa de crecimiento de la economía española año tras año.

Estos dos datos por sí solos ofrecen un diagnóstico implacable del principal problema que aqueja a nuestra economía: los debates públicos que la transitan son básicamente mentira. La realidad económica va por un lado y la ficción política y mediática va por otro y si se encuentran, o es un accidente, o es casualidad.

Todas las alarmas antiaéreas que suenan a diario contra los presupuestos pactados entre PSOE y Podemos, como si esto fuera Londres y estuviésemos en plena Batalla de Inglaterra, se basan en la asunción de que España soporta un Estado mastodóntico quien, para abastecerse, asfixia a la sociedad civil con un gasto público elefantiásico e impuestos abusivos y recaudatorios, impidiéndole crear toda la riqueza y todo el empleo que podrían generar si no hubieran de arrastrar semejante lastre. Estos presupuestos suponen otro clavo en el ataúd de la ahogada economía española porque significan más gasto y más impuestos, sentencian con su lógica inapelable.

Pero la realidad es tozuda y no acepta más hechos que los suyos. España tiene unos de los Estados más pequeños de la Zona Euro y ni en los años de la burbuja superó en gasto el 40% del PIB, el gasto público medra, pero por debajo del crecimiento de la economía, y la potencia recaudatoria del sistema no solo no va quemando el acelerador sino que marcha al ralentí, con el ruidoso motor diésel de una fiscalidad tan antigua como escasamente eficiente; los beneficios de las empresas del IBEX volvieron a los niveles de 2007 dos años antes de que lo haya hecho la recaudación fiscal.

De los creadores de “Hemos vivido por encima de nuestra posibilidades” llega la segunda parte: “No nos lo podemos permitir”, aún más espectacular y aterradora, aún con más efectos especiales que le helarán la sangre, aún con más desastres y catástrofes que le cortarán la respiración. En los mejores telediarios y más selectas tertulias. Preparen las palomitas.

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