Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
En el referéndum griego, las narrativas sobre las consecuencias del referéndum jugaron un extraordinario papel
Bajo la división del “Sí” y el “No” hay un fuerte componente generacional
Stefanie Walter, Ignacio Jurado y Nikitas Konstantinidis
En este post queremos mostrar algunos resultados de una encuesta diseñada por Stefanie Walter, Elías Dinas, Ignacio Jurado, y Nikitas Konstantinidis, y que fue realizada por la Unidad de Encuestas de la Universidad de Macedonia Unidad un día antes del referéndum del domingo 5 julio. A pesar de la naturaleza incierta de las opciones y consecuencias del referéndum, los resultados de la encuesta reflejan bien las actitudes generales, preferencias y expectativas hacia la integración económica y política de este pequeño rincón de Europa.
En este punto, todos sabemos el resultado del referéndum: el “No” ganó con un contundente 61 por ciento. ¿Pero qué motivaba las diferentes opciones de voto? Pensamos que hay dos explicaciones posibles. Por un lado, los griegos pueden haber votado en función de sus preferencias sobre cuál es el futuro estatus que quieren para Grecia. En este sentido, los que están a favor de poner fin a la austeridad - aun a riesgo de Grexit o salir de la UE - habrían votado “No”, mientras que los partidarios de permanecer en el euro - incluso a costa de una mayor austeridad – votarían por el “Sí”. Este es el tipo de razonamiento es el que la oposición y los políticos europeos trataron de evocar en la semana previa a la votación del referéndum.
Por otro lado, Tsipras y su gobierno enmarcaron el referendo de manera diferente e insistieron en que no se trataba de una votación sobre el euro, sino de fortalecer el mandato democrático del gobierno en las negociaciones de rescate. Este relato sugiere que un “No” voto significaría una mejor negociación por menos austeridad, mientras que un voto “Sí” conduciría a una mayor austeridad, siempre dentro de la zona euro.
En nuestra encuesta, preguntamos sobre estas dos cuestiones: el futuro preferido de los encuestados y las consecuencias esperadas de los resultados del referéndum. El gráfico 1 muestra cómo estas dos preguntas están relacionadas con las intenciones de voto de los encuestados. Como era de esperar, hay diferentes perfiles en cuanto a las preferencias de cuál es el estatus preferible para Grecia entre los que votaron “No” y los que votaron “Sí”. Mientras que una parte sustancial de los votantes del “'No” quería un estatus diferente con relación a la unión monetaria e, incluso, la UE, prácticamente todos los votantes 'Sí' querían quedarse en el euro y en la UE. En cualquier caso, parece que las diferencias en las expectativas acerca de las implicaciones de un 'No' son aún más grandes. Más del 90 por ciento del “No” esperaba que su voto condujera a una continuación de las negociaciones, mientras que la mayoría de los votantes 'Sí' estaban convencidos de que un “No” resultado sería un billete para el Grexit. Por lo tanto, pensamos que las narrativas sobre las implicaciones del resultado del referéndum fueron, en general, más potentes en la explicación de la intención de voto que las preferencias de los griegos sobre el euro o la Unión Europea.
Gráfico 1
Para tener un mejor entendimiento de cuáles son los factores que explican el resultado del referéndum, podemos analizar cuál es la relación entre el voto y los determinantes clásicos del comportamiento electoral. En el siguiente gráfico desagregamos el porcentaje del voto por el “No” según indicadores como edad, educación, ocupación, y voto en las elecciones generales de enero. Como podemos comprobar, una de las divisiones claras en el voto es según el partido al que ciudadano apoyó en las elecciones de enero. Esto pone de relieve nuestro argumento de que las narrativas partidistas han importado mucho en el referéndum. Los votantes de los partidos del gobierno de coalición, SYRIZA y ANEL, pero también los partidarios del partido de extrema derecha Amanecer Dorado, se alinearon claramente con el 'No'. Los votantes de los partidos Nueva Democracia, PASOK, y To Potami, se decantaron claramente a favor de la “Sí” en la votación. El Partido Comunista (KKE) adoptó una postura interesante a favor de la abstención, ya que nunca podrían aceptar estas duras medidas de austeridad, pero también temía que el resultado de un “No” pondría en peligro su posición en la extrema izquierda del espectro ideológico y su discusión de la hegemonía ideológica de SYRIZA. Parece entonces que el grupo decisivo dentro del 'No' constaba de los que votaron por los partidos más pequeños y los que se abstuvieron en las elecciones de enero.
Gráfico 2
En segundo lugar, algunos resultados interesantes adicionales surgen con respecto a indicadores socio-demográficos. Sorprendentemente, la ocupación y la educación parecen haber importado poco en el voto. Aunque los desempleados votaron abrumadoramente en contra de la propuesta de las instituciones, las diferencias son pequeñas entre los distintos tipos de ocupación. Nos parece particularmente destacable que los empleados del sector público tuvieran intenciones de voto similares a los empleados del sector privado, a pesar de que sus salarios dependen en gran medida de las finanzas públicas.
La dimensión sociodemográfica que parece más relevante es la edad. El referéndum fue, en gran medida, una cuestión generacional. Los griegos jóvenes votaron masivamente por el “No”, en especial aquellos entre 18-24 años. Esto pone de manifiesto que la generación más joven percibía que, entre otras cosas, un nuevo acuerdo con la Troika impondría costes que recaerían fundamentalmente en ellos. Otra pieza de evidencia que corrobora la importancia de los intereses materiales y las expectativas sobre las condiciones del acuerdo es la intención de voto del grupo de 55 a 64 años de edad, que en su mayoría se compone de personas empleadas cerca de la jubilación. Uno puede observar un salto repentino en favor del “no” en ese grupo de edad y una gran brecha entre ellos y los 65 años o más. Una interpretación inmediata de este resultado es que el grupo de edad 55-64 está muy en contra de la reforma de pensiones ya que esto daría lugar a la ampliación de la edad mínima de jubilación y la eliminación de la posibilidad de la jubilación anticipada. Los que ya están en la jubilación (65 años o más), sin embargo, se mostraban más preocupados en el referéndum por la posibilidad de que el estado quebrara y no pudiera pagar sus pensiones (más que por cualquier recorte de pensiones establecidos en un nuevo acuerdo de rescate).
Una última paradoja interesante (gráfico 3) que subraya también la idea de que las narrativas importaban más que el propio interés material es que las zonas rurales votaron más a favor del “No”, mientras que los resultados fueron más equilibrados en los centros urbanos. Las diferencias no son muy grandes en nuestra encuesta (lo fueron más en los resultados finales), pero es bastante sorprendente ya que la economía de las zonas no urbanas y rurales se han visto mucho menos afectadas por la crisis, debido principalmente a los ingresos del turismo y la agricultura, así como las transferencias focalizadas y los precios subvencionados. Pensamos que un factor relevante de esto puede ser que SYRIZA goce de ventaja organizativa en las zonas no urbanas. Una explicación alternativa es que los isleños también estaban votando en contra de la propuesta de eliminar las exenciones del IVA.
Gráfico 3
Todos estos datos ponen de manifiesto la dificultad de dar una lectura única a los resultados. Aunque los referendos siempre se plantean como una decisión aparentemente sencilla en términos de preferencias, creemos que el caso griego es uno en que es aun más difícil de entender los resultados sin las narrativas que los enmarcan. Por otro lado, aunque solemos hablar de “austeridad” en general, un referéndum de esta naturaleza sin duda plantea un menú de riesgos y costes que afectan de modo diferencial a distintos grupos de la población. Es por eso que la diversidad de intereses dentro de la sociedad griega hizo que distintos grupos de la población siguieran lógicas muy distintas a la hora de plantearse su voto en el referéndum y, sobre todo, que una de las línea de división principales haya sido la edad.
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