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Iglesias reorganiza Podemos en su sexto cumpleaños para afrontar el reto del Gobierno

Pablo Iglesias llegando a Moncloa para la primera reunión del Consejo de Ministros.

Andrés Gil

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El 17 de enero de 2014 se abarrotaba el Teatro del Barrio, en Lavapiés (Madrid), para presentar Podemos. Aquel día, se anunciaba como “iniciativa”, como “método”. Seis años después, esa herramienta vertebra un espacio político que ha ocupado una vicepresidencia y cuatro ministerios en el primer Gobierno de coalición en ocho décadas, con la incorporación de miembros a la izquierda de la socialdemocracia.

Podemos, en seis años, ha vivido un proceso electoral tras otro, y tensiones internas que llevaron a que uno de aquellos portavoces que tomó la palabra en el Teatro del Barrio, Íñigo Errejón, lanzara su proyecto al margen de Podemos hace exactamente un año. Era el quinto aniversario de Podemos, y la escisión se producía después de que Errejón hubiera perdido Vistalegre 2 y en vísperas de unas elecciones locales y autonómicas en las que era el candidato de Unidas Podemos para la Comunidad de Madrid.

Un año después de aquello, Unidas Podemos es parte del Gobierno de coalición –después de unas elecciones en las que Vox llegó a 52 escaños y UP logró 35 escaños, la mitad que el 20D–; Manuela Carmena –el tándem de Errejón– ha dejado la política; y Más País está en el Grupo Mixto –con dos diputados más el de Compromís–.

Iglesias hablaba en el Teatro del Barrio de fundar “un proyecto para traducir la indignación social en poder político”. Y, ahora, en la misma semana en la que ha entrado en el Consejo de Ministros, ha dicho ante su Consejo Ciudadano Estatal: “Es clave que no sean los mismos poderes de siempre los que presionen al Gobierno: es imprescindible que la sociedad civil y los movimientos sociales también empujen y presionen en la dirección democrática para que podamos hacer las cosas bien. Para nosotros será un desafío hermoso trabajar para intentar traducir en políticas de Gobierno algunas de las demandas de los movimientos sociales en los últimos años, y será un honor hacerlo bajo vuestra vigilancia, vuestra presión y vuestra crítica”.

“No olvidaremos de dónde venimos”, dijo en una entrevista reciente en eldiario.es.

En todo caso, la entrada al Gobierno ha generado un trasvase de cuadros políticos que ha llevado a Iglesias a lanzar la reorganización del partido cinco días después de tomar la cartera de vicepresidente del Gobierno.

Algunos de los principales dirigentes, como Pablo Iglesias e Irene Montero, ocupan sendas carteras gubernamentales: la vicepresidencia de Derechos Sociales y el Ministerio de Igualdad. Y Ione Belarra, portavoz adjunta parlamentaria, es secretaria de Estado para la Agenda 2030.

Y esto ha tenido un efecto dominó en el partido: Noelia Vera es secretaria de Estado de Igualdad, por lo que deja de ser coportavoz de la ejecutiva; al igual que Pablo Echenique, nombrado portavoz parlamentario. Así, los huecos en el partido los ocupan el diputado Rafa Mayoral y la eurodiputada Idoia Villanueva.

“Del mismo modo que Pablo Echenique será nuestra voz en el Congreso, desde la ejecutiva hemos pedido a Rafa y a Idoia que sean las voces del partido y que hablen más desde las calles y los conflictos que desde la sede”, ha dicho Iglesias este viernes.

Es decir, que no quiere que la entrada en el Gobierno desconecte al partido de la calle, y por eso da a su secretario de Movimientos Sociales, antiguo abogado de la PAH, referente del partido en los conflictos, más peso en el partido. “Es evidente que nuestra presencia en el Gobierno implica asumir nuevas tareas y también nuevos roles. A partir de ahora, quienes ocupamos responsabilidades en el Ejecutivo no vamos a hablar cada día en nombre de nuestro partido, no vamos a hablar en nombre de Unidas Podemos, sino en nombre del Gobierno de España”, ha afirmado Iglesias.

Pero los retoques por el trasvase de personas de unos espacios a otros son sólo una parte de la reorganización. “Ahora, los nuevos desafíos exigen nuevas dispositivos organizativos. Tenemos que poner a punto Podemos para ayudar en las tareas de Gobierno, al tiempo que debemos ampliar la base del partido. Hace falta cuidar y poner los círculos a punto y es más necesario que nunca poner a nuestro partido a trabajar junto a las fuerzas políticas hermanas que somos Unidas Podemos para armar con los movimientos populares un bloque histórico de cambio”, ha señalado Iglesias. En definitiva, construir partido, que el partido se pegue a la calle y ayude “en las tareas de Gobierno” y avance en la cohesión de Unidas Podemos, donde participan Izquierda Unida y las confluencias catalana y gallega.

Pero Podemos está en construcción. La reciente historia política de España, jalonada de procesos electorales, ha impedido que los partidos dediquen tiempo y energías al trabajo interno. Y eso también le ha ocurrido a Podemos, un partido muy joven en proceso de apuntalamiento, que además ha concurrido a las diferentes elecciones en confluencias diversas, lo que hace aún más difusas las estructuras orgánicas.

Además, la escisión de Errejón ha generado crisis en algunos territorios. En Madrid, se sumó la dimisión del entonces secretario general autonómico, Ramón Espinar, quien en ocasiones se ha presentado como alternativa a la dirección actual.

En otros territorios también hay asuntos pendientes de resolver, como el futuro de Podem en Catalunya y la evolución de Catalunya en Comú, con escasa implantación local salvo el músculo de Barcelona en Comú. Y también con la familia anticapitalista, cuya participación en Vistalegre 3 no está clara. Ni Miguel Urbán ni la secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, han acudido al Consejo Ciudadano Estatal de este viernes, y su espacio político se encuentra en un proceso de debate interno sobre qué hacer que culminará en primavera: seguir o no en Podemos; salir de Podemos e intentar seguir en Unidas Podemos; o salir de Podemos y de Unidas Podemos. Además del debate táctico y estratégico de Anticapitalistas se cruza el proyecto de Teresa Rodríguez de convertir Adelante Andalucía en sujeto político, en lo que no le acompañan ni IU ni la dirección estatal de Podemos.

Han pasado seis años desde aquel 17 de enero de 2014 en el Teatro del Barrio. Y se lanza a reorganizarse para afrontar el reto del Gobierno.

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