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La corrupción sobrevuela ya la batalla interna en el PP

Cospedal y Sáenz de Santamaría, en un acto con el presidente madrileño, Ángel Garrido.

Iñigo Aduriz

Es uno de los grandes lastres de las principales candidatas a presidir el PP: los casos de corrupción que han afectado al partido en los últimos años, cuando ambas han ocupado cargos de responsabilidad, pueden perjudicar sus opciones en la carrera de la sucesión. María Dolores de Cospedal ha sido secretaria general durante 10 años, desde 2008, y ha tenido que gestionar la crisis de Gürtel y Bárcenas que sigue sin zanjarse en los tribunales. Soraya Sáenz de Santamaría ha sido vicepresidenta de un Gobierno cuyo presidente tuvo que dejar el Ejecutivo por una moción de censura causada precisamente por esos casos.

Este jueves, cuando aún no ha comenzado oficialmente la campaña electoral para dar con el sucesor de Rajoy, la corrupción ha sobrevolado el proceso en el que se embarcaron ambas dirigentes populares. Aún sin agenda formal, ambas han recorrido platós y radios en las que han tenido que salir al paso de ese legado corrupto de su partido. Uno de los principales objetivos de ambas es convertirse en las candidatas de la regeneración, una tarea complicada a tenor del papel determinante que han tenido en la formación que pretenden renovar.

En una entrevista en la Cadena Cope, Sáenz de Santamaría ha asegurado que su candidatura es de renovación y regeneración, porque ésta última “comienza por uno mismo, por un compromiso ético”, que ella tiene. Por eso se considera como la aspirante idónea para limpiar el partido cuya organización interna ha liderado su rival y enemiga Cospedal.

Esta última optaba por hablar directamente de su papel en la lucha contra la corrupción del PP aprovechando su intervención en TVE: “He dado la cara y he defendido a mi partido de temas que no tenían que ver directamente conmigo porque es mi partido y porque los miles de militantes del PP que cada día se levantan a trabajar y a dar lo mejor, no se merecían que nuestro partido estuviera manchado por las corruptelas o por los robos que hubieran podido hacer algunas personas vinculadas con nosotros en el pasado”, ha señalado.

“Que ha perjudicado mi imagen, lo sé muy bien, esto es un coste siempre pero no me arrepiento”, aseguraba, para recalcar que si el haber dado la cara “se considera un perjuicio y no un haber” en su trayectoria, pues entonces está en un partido “distinto” del que ella creía y “no merecería la pena”. “Una es como es, y yo soy como soy para lo bueno y para lo malo. No creo que sea negativo, pero eso tendrán que decirlo los afiliados”, apostillaba.

La “vuelta a España” de Casado

Mientras tanto, otro candidato en liza, el vicesecretario Pablo Casado, se presenta como el único capaz de romper con ese pasado manchado por la corrupción. Y lo hace cuando sobre él pesan las sospechas sobre la aprobación de su máster. Desde su equipo informaban a primera hora que va a comenzar su particular “vuelta a España”. Casado, que “estaba deseando echarse a la carretera para volver a conectar con las bases del partido”, quiere visitar todas las provincias españoles.

“Conozco las inquietudes de nuestros afiliados, ahora quiero conocer sus proyectos para revitalizar nuestro partido”, asegura el madrileño. Según su entorno, Casado realizará “más de 6.000 kilómetros en 15 días, en los que se encontrará con afiliados para conocer sus inquietudes y propuestas”.

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