Iglesias y Montero salvan la consulta con más rechazo del esperado y dicen “tomar nota” de las críticas
68,42% a favor. 31,58% en contra. El resultado de la consulta lanzada por Podemos entre sus bases para determinar el futuro político tras la crisis por la compra del chalé de sus principales dirigentes, Pablo Iglesias e Irene Montero, se ha saldado con el respaldo al secretario general y a la portavoz parlamentaria. Pero también con un tercio de la organización pidiéndoles que dimitan y un apoyo, del 68%, que queda lejos del 89% con el que Pablo Iglesias fue reelegido como secretario general de Podemos en Vistalegre 2.
Con un dato de rechazo mayor del deseado y esperado, Iglesias y Montero, pese a mostrarse satisfechos, han declarado que “toman nota del mensaje” y que deben corregir algunos elementos de su “práctica política” para incorporar las críticas que se han oído en los últimos días.
Lo que estaba en juego en la consulta era la continuidad de sus dos principales figuras a nivel estatal. El cofundador, secretario general y previsible candidato en las elecciones generales. Y la portavoz parlamentaria. Ambos van a seguir. Se dan por satisfechos con el respaldo logrado y con la elevadísima participación.
La incertidumbre de las últimas horas ante un proceso en el que han votado más de 188.000 personas había cortado la respiración de dirigentes, cuadros y militantes, sabedores de que Iglesias y Montero tenían claro que una baja participación o un apoyo dudoso supondría el fin de los dos liderazgos. Una situación que pocos querían, o decían querer, a un año de las elecciones municipales, autonómicas y europeas y dos años de las generales, si no se produce un adelanto.
Por eso el poco menos de un tercio de rechazo ha encendido algunas alertas. Pablo Iglesias puso la frontera entre el éxito y el fracaso en el respaldo obtenido en Vistalegre 2. La votación ha sido distinta, pero los números de febrero de 2017 y de mayo de 2018 guardan ciertos paralelismos.
Entonces votaron 155.000 personas. Ahora lo han hecho 188.176. 33.176 personas más. Aunque Iglesias y Montero han recibido un número de votos calcado al que el secretario general obtuvo en su reelección (128.743 en 2017 y 128.000 en esta consulta), en Vistalegre 2 este voto se correspondió con un 89% de los votos válidos. Un año y cuatro meses después, un 68% de los sufragios. En la votación al Consejo Ciudadano (la dirección estatal), la lista de Iglesias obtuvo en 2017 un 50,78% de los puntos totales en la II Asamblea Ciudadana, aunque se enfrentaba a otras dos propuestas. El resultado arroja así diferentes conclusiones, según donde se ponga el foco.
En sus primeras declaraciones públicas en sendos mensajes de Facebook, Montero e Iglesias dicen ser conscientes de ello. Y “tomar nota” del elevado número de inscritos que, pese al evidente riesgo de vacío de poder que se podía dar en plena tormenta política por la sentencia del caso Gürtel, la anunciada moción de censura de Pedro Sánchez y la petición de elecciones anticipadas pedidas por Albert Rivera. En estas difíciles condiciones, 59.224 inscritos han votado no a su secretario general y su portavoz parlamentaria.
Iglesias: “Mi obligación es seguir al frente de Podemos”
El secretario general lo señalaba en su comunicado público. “Mi obligación es seguir al frente de Podemos y representar dignamente tanto al 70% que me apoya como al 30% que querría otro secretario general”, dejaba escrito en Facebook. Y añadía: “Quiero agradecer la participación en la consulta y los apoyos recibidos. También quiero decir que tomo nota del mensaje del 30% de inscritos que no nos han apoyado”.
Iglesias no ha querido dar muchas pistas de cuáles pueden ser las consecuencias del resultado. Tras asegurar que se han enfrentado “al más poderoso de los adversarios” y que se ha “desafiado” su “credibilidad”, considera que ambos han “dado la cara” y demostrado que son “distintos”.
El líder del partido defiende la compra del chalé que ha provocado toda esta situación. Pero reconoce que ha sido munición contra él mismo y el partido: “Entre las obligaciones de un dirigente de Podemos no sólo está ser honrado, sino también evitar dar armas al adversario”.
“Muchas decisiones personales legítimas pueden ser sometidas, justamente o no, al escrutinio público. Cuando eso ocurre no sólo debemos dar la cara, también debemos tomar nota. Y he tomado buena nota de ello”, dice en su mensaje.
Irene Montero: “Tomo nota de las críticas”
La portavoz parlamentaria eligió en la noche del domingo la misma red social para hacer pública su opinión. Con un esquema similar, Irene Montero señala que “participación y resultado son un contundente mensaje”. “Se equivocaban quienes desde las cloacas pusieron la máquina del fango a pleno rendimiento porque pensaron que éste podría ser un golpe definitivo para el proyecto. Seguimos”, sigue.
El mensaje a los que han apostado por su marcha es también directo: “A quienes habéis votado en contra, gracias también por expresar vuestra posición con honestidad: espero convenceros con mi trabajo de aquí en adelante”.
Montero dice tomar nota y también hace una referencia a la “coherencia”, el significante alrededor del que se ha disputado la partida: “Tomo nota de las críticas y espero saber incorporarlas a mi práctica política: nos queremos firmes y coherentes defendiendo el proyecto político de cambio”.
Si estas declaraciones van a tener una traslación palpable tanto a nivel orgánico como discursivo o parlamentario es algo que solo se sabrá con el tiempo.
Silencio de los críticos; apoyo de los afines
El resultado provocó el domingo una salida en tromba de los afines a Iglesias y Montero, que inundaron las redes sociales de mensajes de apoyo. La portavoz adjunta, Ione Belarra; el secretario de Organización, Pablo Echenique; o el cofundador y exdirigente, Juan Carlos Monedero, son un ejemplo.
En la trinchera contraria, silencio. Los más críticos con las decisiones de Iglesias y Montero, tanto la compra de la vivienda como la convocatoria de la consulta, fueron los Anticapitalista de la coordinadora general en Andalucía, Teresa Rodríguez; el alcalde de Cádiz, José María González; o el eurodiputado Miguel Urbán. También algunos no adscritos pero que simpatizan con ellos, como el líder en Asturias, Daniel Ripa.
Las reacciones llegarán en los próximos días, indican desde el entorno de estas personas.