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IU afronta dividida el diseño de su futuro inmediato

Alberto Garzón, diputado en el Congreso por Unidad Popular.

Carmen Moraga

Alberto Garzón está viendo que el camino hacia la XI Asamblea federal de IU -que si no hay elecciones anticipadas está prevista para el 4 y 5 de junio- no va a ser tan fácil como le gustaría. Los documentos preparatorios sobre el “Calendario, normas y reglamento” del cónclave han contado con el apoyo del 56,7% del centenar de los asistentes de un órgano que suma más de 200 miembros: 55 'síes', 29 'noes' y 13 abstenciones. Fuentes de la coalición atribuyen el voto de rechazo a los integrantes de la corriente crítica, Izquierda Abierta, que lidera Gaspar Llamazares, y a dirigentes en su mayoría de la federación de Madrid.

Por el contrario, el informe político de gestión del actual coordinador general, Cayo Lara, ha sido apoyado por un 84,8%: 84 votos a favor, ninguno en contra y 15 abstenciones. Lara, al final, ha modificado uno de los puntos de su informe referente a las conversaciones abiertas para formar gobierno para recoger que “esas conversaciones (con el PSOE y las demás fuerzas de izquierda) deben continuar para que se cierre el paso a la derecha y a sus políticas”. “No aceptamos imposiciones de compartir mesa ni acuerdos con Ciudadanos”, ha dejado claro Lara en su informe.

El resultado de las votaciones augura que de aquí a la celebración de la XI Asamblea va a tener que haber muchas negociaciones con los sectores más críticos, sobre todo para acordar la forma de elección de la dirección, un tema que ha sido pospuesto para otro Consejo Político que tendrá lugar el 10 de abril. En donde hay unanimidad total es en someter a sufragio universal de la militancia tanto la elección de los órganos de dirección como las posibles alianzas electorales.

El sector más beligerante con la formula de elección interna es Izquierda Abierta, el partido liderado por Gaspar Llamazares, que cree que tal y como lo plantea el Consejo Político solo se busca “podemizar a IU ”con un reglamento que prima listas cerradas y un sistema de votación tipo plancha“, como el partido de Pablo Iglesias.

El dirigente asturiano propugna “adaptar los estatutos para dotarse de portavocías compartidas y plurales”; “adaptar los estatutos para establecer herramientas de consulta recurrente sobre temas de interés”; “pautar los métodos de representatividad positiva más justa en los ámbitos generacional, de género, territorial y en lo que se refiere a la pluralidad”; y “usar listas abiertas que propicien el desmantelamiento de bloques de corrientes, partidos o familias y desactiven las listas plancha, abrigo de personalísimos muy marcados”.

En definitiva, establecer “el sistema de votación Dawdall, empleado en las primarias de Ahora Madrid, con correcciones de representatividad positiva, para elegir al 65% del Consejo Político Federal, permitiendo que un 35% de este órgano sea asignado por la vía delegada para salvaguardar la presencia correctora de territorios y minorías”.

Sin novedad sobre futuras alianzas

Sin novedad sobre futuras alianzasAunque las futuras alianzas ante la posibilidad de que se convoquen nuevas elecciones no ha sido tratado en el Consejo Político celebrado este domingo, la dirección de la coalición ha querido dejar claro que en este tema no se ha avanzado más allá de lo proclamado hasta ahora, que ya fue aprobado en el anterior cónclave celebrado el pasado 9 de enero. Es decir, que “por coherencia”, cualquier alianza o coalición con Podemos u otra fuerza política, se realizaría “con un programa común de izquierdas” y “siempre que se respete la identidad de todos”.

Así se recoge en el informe de gestión que ha presentado Cayo Lara este domingo durante el cónclave, aunque el coordinador general de IU no ha leído el párrafo porque lo daba “por sabido”.

“Izquierda Unida, en cualquier caso, se presentará a las elecciones generales si las hubiera”, y “se compromete a hacerlo desde la búsqueda clara de la convergencia con el resto de los actores que suman el compromiso de un programa rupturista y alternativo como el que tiene IU-UP”, añade. Ese es el objetivo que, a juicio del dirigente de IU, deben perseguir, “sin olvidar que debemos seguir intentando ayudar a que haya un Gobierno de progreso para evitar nuevas elecciones”.

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