Jerez: Ciudadanos se resquebraja en la ciudad de Inés Arrimadas
Jerez de la Frontera (Cádiz) amanece bajo la lluvia. En la quinta ciudad de Andalucía –212.000 habitantes–, el tiempo adverso no logra frenar el intenso ajetreo de bares, mercados y turistas. La campaña de las elecciones andaluzas del próximo 2 de diciembre está en boca de todos.
Durante el primer fin de semana de campaña el líder nacional del PP, Pablo Casado, realizó una parada de su maratoniana agenda en la capital del vino, los caballos y el flamenco. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha arropado a la candidata a la reelección, Susana Díaz, en un acto a apenas 30 kilómetros de allí, en Chiclana de la Frontera. Y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, hizo lo propio con Juan Marín en Cádiz, a unos 20 kilómetros. Todos en la provincia con más paro de España, donde no baja del 30% desde el estallido de la crisis.
“Son todos iguales. Vienen aquí a hacerse la foto y se vuelven a Madrid el mismo día, sin preocuparse de lo que necesitamos, que es más trabajo y mejores servicios. Solo se acuerdan de nosotros en las elecciones y, después, si te he visto no me acuerdo”, lamenta Paco, taxista de 51 años, que llegó a Jerez hace treinta de un pueblo de Sevilla. Durante el trayecto de apenas 10 minutos entre la estación de tren y el centro de la ciudad se encarga de dejar claro su hastío hacia la clase política con afirmaciones como “lo único que les importa es cobrar, los andaluces les damos igual”, o “no me identifico con nadie”. Se plantea, “en todo caso”, votar a Vox.
A Paco le cuesta “poner cara” a Inés Arrimadas, a pesar de que la líder de Ciudadanos en Catalunya nació en Jerez hace 37 años y su partido se ha fijado el triunfo en la ciudad gaditana como uno de sus principales objetivos de las elecciones andaluzas. La formación de Rivera cree que Arrimadas es uno de sus grandes activos en la zona y por eso ha programado allí varios actos de la dirigente, que en los comicios catalanes del 21 de diciembre de 2017 logró que Ciudadanos se convirtiera en la primera formación nacionalista en ganar unas elecciones autonómicas en Catalunya.
La también portavoz del partido en el Parlament figura en los carteles electorales que cuelgan por toda la ciudad. Muchos de ellos están medio arrancados, como si simbolizaran el clima de ruptura que predomina en la agrupación jerezana de Ciudadanos desde hace un mes, cuando la dimisión en bloque de la junta directiva local generó un cisma interno que la dirección nacional trata de superar multiplicando la presencia en la zona de sus principales rostros.
Los dimitidos no hacen comentarios
A finales de octubre, dos semanas antes de que comenzara la campaña electoral y tres días antes de que Rivera y Arrimadas celebraran un mitin en la ciudad, se marcharon el coordinador de la agrupación, Carlos Puerto; el secretario de la Junta Directiva, Agustín Pavón; y los responsables de área Lydia Orellana, Miguel Ángel Salas, Adrián Bezares y Luis Escobosa.
El secretario de Organización nacional, Fran Hervías, tuvo que viajar a la ciudad gaditana para tratar de sofocar el incendio y nombró una gestora formada por el nuevo coordinador, Jesús García, al frente de un equipo compuesto por Federico Díaz, Esther Mariscal y Montserrat Hoces.
Los dimitidos enviaron una carta a la dirección. Este diario se ha puesto en contacto con varios de ellos para tratar de concertar una cita en Jerez, recabar su versión de lo ocurrido y conocer el clima que se vive en la ciudad. “No voy a hacer comentarios”, apuntaba por mensaje Agustín Pavón. No ha habido respuesta por parte de otros exdirigentes.
A media mañana de un día laborable, la sede provincial de Ciudadanos que se ubica en la calle Rosario de Jerez está cerrada a cal y canto. Es un establecimiento moderno que la propia Arrimadas inauguró con pompa en junio de este mismo año. Apenas unos meses antes del cisma.
Desde la dirección nacional de Ciudadanos defienden que “en menos de 24 horas” se nombrara “una gestora” en la ciudad “porque hay muchos afiliados en Jerez ilusionados por emprender de nuevo el trabajo de la agrupación”. La formación “cuenta en Jerez con más de un centenar de afiliados comprometidos con el proyecto”, por lo que auguran futuro al partido que en las últimas elecciones municipales de 2015 logró dos concejales y el 8,88% de los votos.
“Leyendo la carta de dimisión de la anterior directiva es evidente que estaban más preocupados por las listas electorales que por el proyecto del partido. Vamos a seguir trabajando y avanzando unidos y en equipo para dar a los andaluces y los jerezanos un proyecto de ilusión, cambio y progreso. El partido es mucho más que una Junta Directiva”, apuntan fuentes oficiales de la dirección de Rivera.
“Van a ganar los catetos”
Ciudadanos asegura que “en política las casualidades no existen”. Por eso consideran que “a tres días de un acto de Ciudadanos en Jerez que se pongan todos de forma coordinada a dimitir en bloque deja en evidencia que se buscaba algo más que una queja. Pero Ciudadanos está fuerte y cohesionado y lo vamos a ver en las próximas semanas”, zanjan las fuentes consultadas.
La mayor parte de la población jerezana vive ajena al conflicto del partido. Ni siquiera Arrimadas logra un conocimiento total entre la ciudadanía de la localidad. En el centro histórico, en plena Plaza de la Yerba de Jerez, los vecinos y visitantes que realizan sus compras en la mítica Casa Quevedo –tienda de imágenes de santos y souvenirs– reconocen que el nombre de la dirigente catalana de Ciudadanos les suena.
Adolfo Quevedo, dueño del comercio, asegura que él “de esas cosas no entiende” y se remite a su hijo Francisco, que apunta: “Yo solo le puedo decir que la conozco desde que es líder en Catalunya. Supe entonces que era de Jerez”.
Los corrillos sobre las elecciones se multiplican por la ciudad en medio de una jornada de compras y recados. En la estrecha calle Tornería hablan de forma vehemente Lucía, Pepi y Lola. Las dos primeras, rondando la setentena, amas de casa. La última, en torno a los 50 años, funcionaria y de baja: “Van a ganar los catetos”, asegura Lucía, que se refiere con ese término a la actual presidenta de la Junta, Susana Díaz, y a la candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez. “Quieren acabar con el rey”, le preocupa.
Lola es la única que no duda cuando se le pregunta por Arrimadas. “Ella debería ser la presidenta de Andalucía”, remarca. Se confiesa como votante “de siempre” del PP, pero asegura que en estas elecciones optará por Ciudadanos. “No sabía que tuvieran lío en Jerez” aunque, después de pensarlo, dice que “lo ha leído”.
Pepi, la mayor de las tres, muestra más reticencias para hablar de política –“a nosotros nos enseñaron que de estos temas no se hablaba”–, pero no oculta sus simpatías socialistas y recuerda, tras hacer memoria, que la familia de Arrimadas es vecina de su nuera. Lucía muestra su preferencia por Vox, pero lamenta que la formación ultraderechista no “lleve en su programa eliminar el aborto”. Sus otras dos contertulias lo consideran un derecho y se inicia un nuevo debate.
“La que va con Rivera”
En una terraza de la céntrica y concurrida calle Porvera la conversación es entre hombres y con sorna: “La Susana, esa es la que va a ganar, porque el del PP –en alusión a Juanma Moreno– no tiene salero”, apunta Pepe, transportista de entorno a 60 años que llega al mediodía con una copa de vino de Jerez.
¿Qué opinan sobre Inés Arrimadas? “La que va con Rivera, la morena, que es jerezana”, le recuerda Marcelino, 40 años, a Mario, más mayor, que zanja: “Yo no la conozco bien, de verla en la tele, pero mejor que la que está ahora [Susana Díaz] ya será”, apunta.
En la cercana plaza del Banco, Luis –32 años, almacenero en paro– toma un típico desayuno andaluz –café con leche, tostadas con tomate y jamón– en otra terraza mientras fuma un cigarro. Tiene claro que votará a Adelante Andalucía porque “son los únicos que pueden cambiar Andalucía y garantizan políticas para el pueblo”. Le molesta que los líderes estatales viajen a la comunidad a hacer campaña. Y asegura conocer a Arrimadas y a Rivera, aunque “nunca” ha visto a la jerezana por la ciudad. “Esos nuevos de Ciudadanos aquí no tienen peso”, concluye. La lluvia empieza a caer con fuerza y Luis se ve obligado a refugiarse dentro del bar.