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Cádiz acoge la 'cumbre' Sánchez-Casado-Rivera con el mayor reto electoral: la tasa de paro más alta del país

Sánchez respalda a Díaz en el que podría ser su único mitin de campaña

Daniel Cela

Si hay un lugar del país que necesita la acción urgente de la política es la provincia de Cádiz, que desde hace tres décadas lidera el paro en España. La tasa de desempleo ronda el 30% de la población activa y es un 10% más alta que hace diez años, cuando estalló la crisis. La agricultura y la pesca; la construcción; la industria y los servicios concentran el mayor número de parados. El año pasado se recuperaron 40.000 empleos, pero un reciente informe de Cáritas reconoce que el 40% de las personas que atienden también tenían algún tipo de trabajo. “La precariedad laboral no da un sueldo para que viva una familia de cuatro miembros”, dicen.

Parece pues que tiene sentido que este domingo, el tercer día de campaña para las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, hayan coincidido en la provincia de Cádiz tres de los cuatro principales aspirantes a gobernar Andalucía: Susana Díaz (PSOE), Juanma Moreno (PP) y Juan Marín (Ciudadanos) y tres de los cuatro candidatos a gobernar España, incluido el actual mandatario: Pedro Sánchez, Pablo Casado y Albert Rivera. Esta alineación de líderes nacionales en un radio de 100 kilómetros cuadrados dentro de la provincia con más paro de España simboliza mejor que nada el impacto que las elecciones andaluzas van a tener en el conjunto del país.

Ha habido una cumbre de líderes nacionales, aunque cada uno ha estado en un municipio distinto: Sánchez en Chiclana (30,4% de parados); Casado en Algeciras (28) y Rivera en la capital gaditana (28%). Cádiz es la provincia que hace 20 años sufrió un traumático proceso de desindustrialización del que aún no se ha recuperado. La Junta reclama desde hace años al Gobierno el eje ferroviario Algeciras-Bobadilla, un proyecto “clave” para conectar el puerto gaditano con el norte de Europa y relanzar la economía andaluza. Esta promesa no está en el horizonte próximo, menos aún cuando el presidente acaba de confirmar que seguirá gobernando sin sus Presupuestos Generales para 2019.

Dos días antes de la llegada del presidente a Cádiz, horas después del arranque de campaña electoral, el Consejo de Ministros aprobó un plan para el Campo de Gibraltar dotado con “cerca de mil millones de euros”: dinero para infraestructuras, formación y empleo, seguridad ciudadana (ligada a combatir el narco en la zona y el blanqueo de capitales), implantación de empresas... Esta suerte de “Plan Marshall”, como lo llama la oposición, ha sido denunciado por los adversarios de Díaz en los comicios, que hablan de “electoralismo burdo”.

Astilleros y corbetas

Cádiz tiene unos astilleros cuya carga de trabajo depende de contratos con países que vulneran los derechos humanos, como Arabia Saudí, una potencia millonaria en el punto de mira de la comunidad internacional por el asesinato de un periodista crítico con su gobierno. “Cuando se tiene firmeza, los contratos de las corbetas, p’alante. Se necesita trabajo en la bahía de Cádiz”, le agradeció el alcalde de Chiclana, José María 'Chefi' Román, al presidente del Gobierno durante el accidentado mitin del domingo.

En Cádiz, los partidos de izquierda, como PSOE, Podemos e IU, dirimen sus contradicciones porque tienen que articular la defensa del contrato con Riad por la compra de las corbetas de Navantia (5.800 millones de euros y 6.000 puestos de trabajos) con la defensa del empleo en la Bahía de Cádiz, y con los derechos humanos.

Y lo mismo ocurre con la base estadounidense de Rota, que despierta el antimilitarismo de Podemos e IU, pero también la pelea por los derechos laborales de su plantilla. Menos contradicciones tiene aún Casado, que días antes de que arrancara la campaña se desplazó hasta la base naval de Rota para pedir a Estados Unidos que refuerce su presencia militar en España trasladando allí su sexta flota.

También en Cádiz, en sus costas, han sido rescatados alrededor de 15.000 migrantes de medio millar de pateras en lo que va de año, un 45% más que todo 2017. Entre ellos no están las 20 personas que murieron ahogadas al naufragar su embarcación con 40 tripulantes a principios de mes, cuyos cadáveres han ido apareciendo poco a poco en la orilla de la turística playa de Los Caños de Meca en los días siguientes. El último cuerpo sin vida fue recuperado hace tres días.

Precisamente Pedro Sánchez estará de viaje oficial este lunes en Marruecos, de donde parten la mayoría de pateras que cruzan el Estrecho, y con el que España tiene un convenio para combatir a las mafias que trafican con migrantes. El presidente del Gobierno no mencionó la llegada de pateras en su mitin de Chiclana junto a Susana Díaz, pero sí lo hizo Pablo Casado desde Algeciras. El presidente popular reivindicó la “receta” del PP ante la inmigración, a saber, “cuidar las fronteras” y aplicar la “solidaridad” en los países de origen, a pesar de las críticas de todas las organizaciones humanitarias que trabajan en la frontera y en acogida de migrantes sobre la actuación del Ejecutivo de Rajoy en esta materia. Casado criticó el “buenismo” de Sánchez y le volvió a acusar de crear “un efecto llamada” a la “pobre gente” [sic] inmigrante. De paso, enarboló el “Gibraltar español”, aprovechando que la antigua colonia británica le quedaba a unos 300 metros del lugar del mitin.

Brexit es Brexit

En efecto, en Cádiz, en los pueblos del campo de Gibraltar, pesa la incertidumbre del impacto que tendrá el Brexit en los 13.251 trabajadores transfronterizos, de los cuales hay 8.167 andaluces que cruzan a diario la Verja para trabajar al otro lado. La salida de Reino Unido de la Unión Europea -con un capítulo exclusivo para Gibraltar que han negociado Madrid y Londres- tendrá incidencia en la libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales a uno y otro lado de la Verja.

Hay otras aristas en torno al Peñón muy espinosas que ningún Gobierno ha sabido responder, y no está claro si el Brexit las va a solucionar o agravar: la dificultad de los pescadores españoles en aguas próximas a la ex colonia, el conflicto entre autoridades de policía marítima, las largas colas en la Verja, el contrabando de tabaco y alcohol, las ventajas fiscales de Gibraltar -que en muchos aspectos funciona como un paraíso fiscal-, y por supuesto, la posibilidad de una cosoberanía de Gibraltar entre Reino Unido y España, dado que ésta última lleva 400 años sin reconocer la soberanía del Peñón. Casado ha aprovechado el lugar para defender la cosoberanía, enarbolar el “Gibraltar Español” y ha acusado a Sánchez de “traición” por cómo ha negociado este capítulo del Brexit con Londres.

15 escaños en juego

Cádiz es una de las provincias andaluzas más disputadas en las elecciones del 2 de diciembre. Aquí están en juego 15 escaños: el PSOE aspira a mantener los seis que logró en los comicios de 2015, el PP cuenta con cuatro, Podemos e IU suman otros cuatro y Ciudadanos uno. Los populares, que gobernaron la capital gaditana con mayoría absoluta durante dos décadas, son ahora la formación más debilitada por sus luchas internas: Casado se hizo con el liderazgo del partido, mientras el dirigente provincial, Antonio Sanz, fue la mano derecha de su rival, Soraya Sáenz de Santamaría. Las encuestas auguran un crecimiento importante aquí de Ciudadanos, en detrimento del PP.

Cádiz es la provincia andaluza donde Podemos está más fuerte: el alcalde de la capital gaditana, José María González 'Kichi' es uno de sus estandartes, y su pareja, Teresa Rodríguez, es la candidata de Adelante Andalucía a liderar la Junta. La coalición Podemos-IU aspira a ganar un diputado más gracias a la suma de sus votantes y el efecto de la ley d'Hont, que premia la concentración del voto. En Cádiz es donde Susana Díaz tuvo más contestación interna en las primarias del PSOE -un 42% de la militancia votó a Sánchez-, aunque ahora ambas facciones se han aliado para consolidar su resultado en las autonómicas.

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