Pedro Sánchez, sobre las grabaciones de Villarejo: “No nos va a marcar la agenda política un corrupto”
Pedro Sánchez sigue adelante ante la polémica que se ha suscitado por la relación de la ministra Dolores Delgado con el excomisario José Villarejo. “Este es un Gobierno sin hipotecas”, ha dicho el presidente, que ha respaldado la continuidad de la titular de Justicia: “No nos va a marcar la agenda un corrupto”, ha sentenciado.
El presidente ha sido muy duro en sus acusaciones contra el excomisario, que está hoy en prisión, a quien ha tachado de “chantajista”. En la misma línea que Delgado y que el resto de ministros que han salido en su defensa, Sánchez considera que la polémica sobre las grabaciones responde a un “chantaje” del preso, acusado de liderar una organización criminal.
“El Estado no acepta chantajes de nadie. Hemos venido a limpiar, estamos limpiando y vamos a seguir limpiando. El Gobierno va a seguir gobernando y va a seguir luchando contra la corrupción venga de donde venga”, ha zanjado.
En una rueda de prensa en la misión española ante la ONU, Sánchez ha reconocido que fue un “error” de anteriores gobiernos –incluido el de José Luis Rodríguez Zapatero con Alfredo Pérez Rubalcaba al frente de Interior– colocar a Villarejo en puestos de responsabilidad dentro de la Policía en los que fue condecorado tanto por gobiernos del PP como del PSOE. “Si está en la cárcel por graves responsabilidades penales en el ejercicio de sus funciones es evidente que ese error se cometió”, ha afirmado.
Preguntado por si teme que otros miembros de su gabinete figuren en los audios de Villarejo, Sánchez ha señalado que no sabe “exactamente cuál es el pasado y el presente de una persona que ahora mismo esta en la cárcel” y ha reiterado que su Ejecutivo “es autónomo y libre de hipotecas”. El excomisario organizaba encuentros periódicos con personalidades de la política y la carrera judicial. Fuentes de Moncloa aseguran que el socialista no se ha visto nunca con Villarejo.
Es en el marco de esas reuniones en el que grabó una comida junto a Delgado, entonces fiscal, el exmagistrado Baltasar Garzón y otros policías. La revelación de esos audios en el portal moncloa.com han generado un ataque por parte de PP y Ciudadanos, pero también de los aliados parlamentarios de Sánchez, incluido Pablo Iglesias que ha pedido “apartar” a quien tiene relación con las “cloacas”.
Sánchez no pretende satisfacer la demanda de Iglesias, que también comparte ERC: “Puedo discrepar con otros líderes pero las decisiones sobre la composición del Gobierno las toma el presidente”, ha avisado tras insistir en que el suyo es un “gobierno autónomo y sin hipotecas”. “La oposición podrá liderar la crispación, pero lo que le corresponde al Gobierno es gobernar”, ha expresado.
Catalunya es otro de los temas que persigue a Sánchez en su agenda internacional. El presidente ha evitado pronunciarse sobre la política que distensión que han emprendido algunos miembros del Ejecutivo, entre ellos la vicepresidenta, que se mostró favorable a que los presos independentistas dejaran de estar en prisión provisional si el juicio se alarga. “Respetamos la autonomía e independencia del Poder Judicial”, se ha limitado a decir.
Sobre los diputados suspendidos: “Acaten las sentencias”
Sobre la posibilidad de que el Parlament mantenga a los diputados suspendidos, Sánchez ha eludido aclarar si recurriría esa decisión ante el Tribunal Constitucional y ha argumentado que no quiere “seguir judicializando la crisis política”, pero ha pedido a las fuerzas independentistas que cumplan con las resoluciones judiciales: “Pido que acaten las sentencias”.
En su intervención inicial ante los periodistas, Sánchez ha puesto en valor su agenda en Nueva York, donde ha mantenido encuentros bilaterales con el secretario general de la ONU y el presidente argentino, entre otros. Además, el presidente ha cerrado una visita oficial a Cuba –será el primero en hacerlo tras 32 años– con Miguel Díaz-Canel. No obstante, aún quedan flecos y Sánchez no ha especificado si en ese viaje se reunirá con la oposición.