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PP y Vox colocan a Félix Bolaños en la diana

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, durante su comparecencia. EFE/Emilio Naranjo

Irene Castro

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Hace tiempo que el fair play desapareció de la política y, en concreto, los 100 días de cortesía que se daba a los ministros cuando asumían una cartera. La última remodelación del Gobierno de Pedro Sánchez no ha sido una excepción. Menos de dos meses después de prometer su cargo como titular de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, PP y Vox han colocado a Félix Bolaños en la diana. En su estreno en el Congreso, la derecha ya le ha pedido la dimisión dando muestras de que no le darán ni un minuto de respiro.

Pablo Casado ya había apuntado al nuevo hombre fuerte del Gobierno después de unas declaraciones en las que Bolaños rechazaba el cambio legal que ahora plantea el PP para que los jueces elijan a su órgano de Gobierno. Los socialistas apuestan por mantener el sistema que lleva vigente las últimas tres décadas por el cual son las Cortes –con el consenso de los dos grandes partidos– las que escogen a los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), algunos de los cuales son previamente señalados dentro de la propia carrera judicial. Las palabras de Bolaños acarrearon hace ya una semana la primera petición de dimisión por parte del PP coincidiendo con el incremento de la presión desde el Gobierno para la renovación del Poder Judicial, que lleva casi tres años en funciones.

El tema volvió a salir en la comparecencia de Bolaños en el Congreso este jueves. El encargado de negociar con el secretario general del PP, Teodoro García Egea, volvió a exigir a los conservadores que “cumplan la Constitución” –que establece que el CGPJ debe renovarse cada cinco años–. “No son conscientes del daño que están haciendo al Poder Judicial, a las instituciones democrática e incluso a la credibilidad de su grupo como alternativa que pretende ser de gobierno. No cumplir una ley porque no les gusta es grave”, le reprochó a la bancada popular. La portavoz, Cuca Gamarra, le respondió que los socialistas pretenden que la renovación sea un “trágala” para su partido, a pesar de que en una ocasión el acuerdo estuvo cerrado y en otra, a punto. Al acabar la sesión, Gamarra se quedó charlando con el ministro unos minutos.

Pero el PP no quiso quedarse atrás en su competición con Vox y agregó un motivo más para reclamar la dimisión a Bolaños: el previsible varapalo del Tribunal Constitucional al segundo estado de alarma declarado por el Ejecutivo, según ha publicado ABC. Gamarra acusó, además, al Gobierno de haber presionado al tribunal de garantías en la sentencia que declaró inconstitucional el decreto que permitió el confinamiento en los peores momentos de la pandemia. Bolaños negó cualquier tipo de injerencia, aunque la entonces vicepresidenta, Carmen Calvo, sí abordó el asunto con magistrados.

Bolaños se había puesto, además, previamente una tirita sobre ese asunto al reivindicar la actuación del Gobierno. “Soy jurista, no solo de profesión sino de vocación. ”Esta crisis ha demostrado el valor que tiene el Derecho, que el Derecho puede también salvar vidas y evitar también miles de hospitalizaciones y mantener a flote negocios, empresas y familias. El aprendizaje institucional de estos meses nos ayudará a mejorar la actuación del Estado en crisis futuras porque, en aquel momento, en este momento, tanto el Gobierno como el Parlamento trabajó sin precedentes“, ha dicho anticipándose a las críticas de Vox, cuyo recurso provocó esa sentencia.

La portavoz de la extrema derecha, Macarena Olona, no ha dudado sacar pecho de esa bandera y en atizar a Bolaños, al que ha definido como “fontanero mayor” de Moncloa –un término que ha copiado su homóloga del PP al acusarle de ser el “fontanero de esa chapuza de ilegalidad” en referencia al decreto del estado de alarma–.  “Su nombre va a quedar grabado en la historia de España para que le juzguen las generaciones futuras y los españoles presentes como la pluma jurídica que escribió algunos de los ataques más obscenos a nuestro estado de derecho y nuestra democracia”, le ha dicho Olona, que ha puesto en su haber el “plan de exhumación del general Francisco Franco”. Posteriormente el portavoz socialista, Valentín García, le ha reprochado que calificara así al dictador.

Olona hizo un relato de la trayectoria de Bolaños basándose en las crónicas que se han ido publicando sobre él. “Siempre en la sombra hasta que encontró el momento oportuno para acuchillar a quien había sido persona de confianza, por la espalda, al señor Iván Redondo”, ha expresado la diputada de la extrema derecha sobre el exjefe de gabinete de Sánchez, que salió de Moncloa en la remodelación del Gobierno tras tratar sin éxito de lograr el puesto que hoy ocupa Bolaños: “Le sustituye en algunas de sus importantes responsabilidades junto con otras que estaban bajo la responsabilidad de la señora Carmen Calvo. Menos mal que se decía que era un hombre de partido sin pretensiones de figurar. ¡Cómo consiguió engañarnos a todos!”.

La portavoz de la extrema derecha ha dejado claro que Bolaños estará en el disparadero en todo momento. “Es un jurista al servicio de la auténtica maldad que esconde este Gobierno, que con tal de mantenerse en el poder están dispuestos a transgredir todas y cada una de las líneas legales y constitucionales que sean necesarias. Lo único que tiene que esperar de este grupo parlamentario es que desde hoy y cada vez que tengamos la oportunidad vamos a exigir su inmediata dimisión”, le ha advertido Olona al ministro que minutos antes había mostrado su mano tendida a todos los partidos para intentar lograr acuerdos.

“No me gustan la crispación ni los insultos, no me va a encontrar nunca en el barro. Espero que usted tampoco lo esté –le ha respondido Bolaños–. Me ha hecho un perfil absolutamente literario, de novela negra. Su intervención podría dar lugar a una novela negra. Le agradezco que me dé tanta importancia”. En su réplica, el ministro se ha reafirmado en que el estado de alarma sirvió para “salvar vidas” y ha reprochado a PP y a Vox sus contradicciones sobre el estado de alarma.

“Dicen que fueron los primeros en pedirlo, estuvieron a favor, criticaron que no declaráramos cuanto antes, luego recurrieron y ahora ponen el grito en el cielo porque aquel estado de alarma que declaramos no tendría que haber sido un estado de alarma sino de excepción. (...) Trabajamos por un estado de alarma que salvara vidas y acabara con la propagación del virus. El estado de excepción eran unos poderes desproporcionados que ni queríamos ni necesitábamos”, ha defendido en su respuesta a Olona. “No hay quien les siga. Les falta criterio, poso, madurez política e institucional para tener una posición política clara”, le ha dicho al PP. 

“Todo el proyecto que tienen para España son elecciones anticipadas, la dimisión del presidente y de algunos ministros”, ha cuestionado Bolaños, justo el día en que la derecha vuelve a pedir la salida de Fernando Grande-Marlaska esta vez por la gestión de la denuncia falsa que un joven hizo de una presunta agresión homófoba. “Los cien días de cortesía con los gobiernos socialistas es un género que no se cultiva. Ni cien días ni cien minutos. Siempre somos recibidos de forma poco amable”, se ha lamentado Bolaños en su réplica al portavoz de Unidas Podemos, Roberto Uriarte, pero se ha despedido con un aviso a la derecha: “Vamos a agotar la legislatura”.

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