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El PSOE cree que “hay partido” en la recta final de la campaña y ve al PP desinflado

Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero arropan a Luis Tudanca en León.

Irene Castro

6 de febrero de 2022 21:57 h

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La convocatoria de las elecciones del 13 de febrero no cogió al PSOE por sorpresa, pero tampoco en su mejor momento. El temor a que el ‘efecto Ayuso’ contagiara a territorios como Castilla y León era un temor real para los socialistas o al menos para gran parte del partido. Pero a medida que se va acercando el día de las elecciones, en el partido de Pedro Sánchez se va imponiendo la tesis de que “hay partido”, según las fuentes consultadas, y de que Pablo Casado no las tiene todas consigo ante una operación de desgaste arriesgada. 

“El que no tiene futuro es el señor [Alfonso Fernández] Mañueco, y el PP. Se les está haciendo larga la campaña, tanto que como dure un poco más les va a salir a deber procuradores”, ha ironizado el candidato socialista, Luis Tudanca, en el acto de ecuador de la competición en León. La tesis en el cuartel general del PSOE es que la situación es de empate técnico entre los dos principales partidos y ven opciones de quedar de nuevo en primera posición. Las fuentes consultadas reconocen que, al haber nueve circunscripciones, un puñado de votos en cada una pueden alterar sustancialmente el resultado final. 

La conclusión es que pueden aprovechar la “oportunidad” -como dijo Tudanca en el mitin este domingo- frente a un PP al que ven desinflándose a medida que pasa la campaña. Los de Casado comenzaron la carrera con unas expectativas muy altas: repetir la gesta de Isabel Díaz Ayuso en Madrid acabando con Ciudadanos y pudiendo gobernar en solitario tan solo con la abstención de Vox. Sin embargo, a medida que se acercan las urnas, los sondeos alejan esa posibilidad -también las que manejan los socialistas- y dejan al PP inevitablemente atado a la extrema derecha, que es la que se está creciendo y comiéndose buena parte de su electorado. 

Es ahí donde el PSOE ve opciones de que haya una mayoría alternativa gracias a la división de la derecha. “Solo hay dos alternativas: o gobierna el PP con Vox o hay un Gobierno del PSOE”, expresó Tudanca, convencido de que la alianza con la extrema derecha resta opciones al PP de sumar a otros partidos. No obstante, para hacerse con la Junta en ese escenario los socialistas tendrían que sumar al resto de fuerzas del arco parlamentario. Por eso, la idea fuerza que lanzan en sus mítines es precisamente que quien quiera un cambio tras 35 años del PP en el poder tiene que votar al PSOE visto el precedente de Ciudadanos en 2019. “La única papeleta que garantiza el cambio y la esperanza es la del PSOE”, proclamó Pedro Sánchez en el acto central de la campaña. 

El candidato de Ciudadanos, Francisco Igea, reconoce en una entrevista en elDiario.es que “con quien más capacidad de acuerdo tiene es con el PP”, aunque descarta investir a Mañueco, a quien considera que es un “tipo deshonesto” después de que le echara del Gobierno no solo sin previo aviso sino apenas 24 horas después de negarle la ruptura a Inés Arrimadas. La predicción de Igea es similar a la que hacen los socialistas respecto a las expectativas del PP e incluso pronostica que las elecciones en Castilla y León le van a “costar la cabeza a más de uno” en referencia a Mañueco, pero también a Casado.

Tanto en Ciudadanos como en el PSOE están convencidos de que la jugada por ahora no le está saliendo bien al PP que, en principio, tendrá que sumar a Vox -lo que supone un cambio de socios frente a la intención de gobernar en solitario siguiendo lo que Mañueco definió como “el modelo de éxito” de Ayuso-. En las filas socialistas consideran que el presidente castellano y leonés se ha convertido en un “personaje” precisamente por tratar de imitar a la madrileña en un territorio diverso y que nada tiene que ver con la capital. También ven errónea su estrategia de centrarse en el discurso nacional de ataque al “sanchismo”. 

Tudanca ha tratado precisamente de obviar el debate nacional en un momento de desgaste de Sánchez. Fuentes del partido en Castilla y León sostienen que su candidato está por encima de la “marca PSOE” en este momento. A pesar de que Tudanca ha tratado de centrar el tiro en los asuntos regionales, este domingo la campaña se circunscribió a la reforma laboral. La jugada del PP para intentar desbaratar el acuerdo de sindicatos y empresarios le puede pasar factura, según las fuentes socialistas consultadas. 

“Frente al ruido, tras lo que nos han tratado de contar esta semana [dijo Tudanca sobre la denuncia que hace el PP de que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, prevaricó al no permitir votar de nuevo al diputado que se había equivocado] la buena noticia es que hay una reforma laboral. Hoy este país es más justo”. “Esta es la reforma del Gobierno, de CEOE, de CCOO y de UGT. Me pregunto: si no está con los empresarios y sindicatos, ¿con quién está?”, expresó el candidato socialista. 

Primero había sacado el tema el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero al recordar que “los goles en propia puerta también suben al marcador” y pronosticó que es lo mismo que le sucederá al PP en Castilla y León. “Vimos el verdadero rostro de una derecha que blanquea el transfuguismo, deslegitima un voto democrático en el Parlamento y vota en contra de un acuerdo bueno para España”, continuó Pedro Sánchez. 

Casado pasó al ataque frontal contra los dos socialistas -a Tudanca el PP lo ignora- al decir que el “duque del Falcon” -en referencia al presidente- había acudido a León con “el duque de Maduro”. El líder del PP acusó sin pruebas al expresidente de ser “comisionista de Maduro”. “Sacan a todos los fantasmas del armario apolillado de la izquierda radical”, agregó Casado sobre la presencia de Zapatero en un mitin en su tierra. 

“Esto no ha pasado en Caracas, Managua o La Habana. Esto ha pasado en el Parlamento de España, un parlamento serio con dos esculturas de los Reyes Católicos”, ha dicho el líder de la oposición haciendo su particular interpretación sobre la votación de la reforma laboral en la que el error del diputado conservador Alberto Casero truncó la operación para tumbar la nueva normativa laboral pactada con empresarios y sindicatos y que cuenta con el visto bueno de Bruselas. Para Casado, que Batet no convocara a la Mesa del Congreso para analizar el presunto error informático de Casero -que se equivó al menos otras dos veces al pinchar las teclas de su ordenador el jueves- es un “hito de depravación institucional”. “España no se merece esta oposición”, se quejaba Sánchez a unos 120 kilómetros de distancia de Palencia. 

Mientras los de Sánchez tratan de situar toda la responsabilidad en el PP -al que acusan de haber orquestado una maniobra con los dos diputados “tránsfugas” de UPN-, el exvicepresidente Pablo Iglesias cargaba contra el PSOE por buscar apoyos fuera del bloque de la investidura, a pesar de que ERC y PNV habían dejado claro desde el principio que no apoyarían la reforma laboral impulsada por Yolanda Díaz si no se incluían algunas cuestiones que la patronal rechazaba.

Según Iglesias, en esa negociación “se consiguió que fuerzas políticas de izquierda se pelearan entre ellas y que un tamayazo solo se salvara de milagro”. “Pactar con la derecha, aunque lo llames geometría variable, es aceptar caballos de Troya”, afirmó el exsecretario general de Podemos también en un mitin en León, donde se lanzó a por el votante socialista: “Cada vez hay más castellanos y leoneses que van a votar a quien dice la verdad, no tiene tratos con serpientes y no acepta caballos de Troya”.

Con esos mimbres, la campaña entra en su última semana y el próximo domingo los bastiones generales de los partidos aguardarán unos resultados que tendrán también repercusiones en la política nacional, aunque los socialistas han tratado siempre de colocar los comicios en el plano regional y a Casado pueden se le puede acabar atragantando su jugada. 

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