No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com
Hoy me pongo escatológico, espero que me disculpen. Hablaré de váteres, de culos, de papel higiénico y chorros de agua a presión. Si están desayunando, guarden el post para más tarde.
1.-
Todos los seres humanos (salvo algún timador come aire) expulsamos con regularidad los desechos de los alimentos que ingerimos. El verbo oficial es defecar, pero me suena tan mal como persona con diversidad funcional; lo dejaré en ir al baño. Para la mayoría de las personas del primer mundo, esta actividad no supone ningún problema. Es una rutina. Sientes el vientre hinchado, vas al servicio, te bajas los pantalones y la ropa interior, te sientas, abres una revista y te liberas. Al terminar, te limpias, te subes la ropa interior y los pantalones y tiras de la cadena. Así un par de veces al día, durante todos los días de tu vida.
Para los retrones, es un pelín más complicado.
No sé cómo se arreglan los demás, cada uno tendrá sus técnicas y trucos. Yo puedo ir a orinar (otro verbo prehistórico) con la ayuda de 2 palos terminados en gancho que, en teoría, sirven para ponerse la chaqueta. Me permiten tomar té antes de ir a trabajar, por ejemplo. El problema viene cuando hay que hacer un brownie.
Es imprescindible ajustar los ritmos intestinales a los horarios de las personas que van a ayudarme. Es decir, cago cuando puedo, no cuando quiero. Después, realizo todo el proceso acompañado. Llamo a un familiar, me baja los pantalones y la ropa interior, me ayuda a sentarme, sale un rato, evacúo (no leo porque no puedo leer en el aire, necesito apoyar una mesa), llamo de nuevo, me giro, me limpia, me ayuda a bajar, me sube la ropa interior y el pantalón y tira de la cadena.
Así un par de veces al día, durante todos los días de mi vida.
La clave para poder llevar una vida medio normal (con restaurantes, fines de semana en la playa y vacaciones en el extranjero) es contar con buenos familiares, buenos amigos y tirar cualquier vergüenza a la basura (las personas que me han acompañado al servicio se cuentan por decenas).
2.-
Los japoneses, que son muy listos para las cosas con botones, han inventado esto:
Es un WC automático. Te acercas y se abre la tapa; si hace frío, la taza se calienta; al terminar, sale un chorro de agua a presión que limpia y luego la piel se seca con aire. Como detalle, el propio váter emite una música que amortigua ciertos sonidos propios de la actividad y aromatiza la habitación.
Quien lo inventó no lo hizo pensando en un retrón; pero parece el invento perfecto para muchos.
Ahora bien, una cosa es Japón y otra España. Hace una década, cuando internet funcionaba a pedales y discutíamos con eMule para abrir los puertos, comentaba con un amigo: “He leído que en Tokio puedes descargarte una película a tiempo real”. Con los WC ocurre parecido.
Que yo sepa, sólo Roca y Jacob Delafon fabrican y distribuyen váteres similares en España.
Este es el WC VIA de Jacob Delafon. Está suspendido en el aire, limpia, seca y desodora (no lleva música). Y vale 1600 euros.
Y éste es el Multiclin (así, en spanglish). Tiene diferentes versiones e incorpora un mando en la pared. Su precio supera los 4 mil euros (depende del modelo).
Estoy pensando comprar uno de estos para mi nueva casa. Supondría un grado importante de independencia. (Si alguien de Roca o Jacob Delafon lee este artículo y quiere regalarme uno, lo aceptaré encantado).
El problema es que valen una pasta y no tengo claro que funcionen bien. En mi actual casa y en mi trabajo tengo los antecesores de estos WC. Unas tapas que se incorporan a un trono ya existente y, en teoría, limpian y secan. Sólo en teoría. Para una emergencia, sirven; pero no para uso diario. No sé si me explico...
Lo ideal sería ir a una tienda de baños y probar el invento. Como quien se lleva un CD para comparar equipos de música. Pero no es lo mismo, claro.
Tengo dudas. ¿Multiclin o VIA? ¿O quizá algún WC chino por internet, mucho más baratos?
Termino con una petición a los lectores: si alguien tiene un WC automático o utiliza un sistema alternativo, le agradeceré que lo ponga en los comentarios (si le da vergüenza hablar de estos temas en público, puede escribir a retronesyhombres arroba gmail punto com).
Sobre este blog
No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com