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Silencio en las calles y sonido vecinales protagonizan el Día del Ruido

Una calle de Córdoba.

EFE

Madrid —

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El silencio en las calles, interrumpido por el trino de los pájaros, y el ruido de los vecinos adquiere protagonismo en las ciudades este miércoles, cuando se celebra de forma muy diferente a la habitual el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido.

Esta jornada se conmemora cada último miércoles de abril con objeto de “promover el cuidado del ambiente acústico, la conservación de la audición y la concienciación sobre las molestias y daños que generan los ruidos”, según la explicación de la Sociedad Española de Acústica (SEA).

PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA

La contaminación acústica es un problema “muy grave de salud pública”, más de lo que parece según ha explicado a Efeverde el presidente de SEA, Antonio Pedrero, ya que “es la segunda causa de muerte en cuanto a los agentes contaminantes, después de la polución del aire”.

Pese a ello, el ruido ambiental “aparece siempre como un mal menor, ya que otros contaminantes como los residuos sólidos suelen verse como si fueran más agresivos”, ha añadido el ingeniero técnico de telecomunicaciones de la Asociación Catalana Contra la Contaminación Acústica (ACCCA), Robert Barti.

Barti ha afirmado que el ruido afecta a las personas “a nivel fisiológico, en la parte auditiva, pero también a nivel psicológico” y es esta afección quizá la más peligrosa ya que “no se puede cuantificar aunque perdura mucho más en el tiempo” y está relacionada, entre otros problemas, “con la falta de descanso”.

MENOS DECIBELIOS

La celebración de este año es peculiar por la reclusión forzada debido a la crisis sanitaria, la que ha conseguido reducir los niveles de los mapas estratégicos del ruido “una media de diez decibelios y eso implica que la contaminación acústica prácticamente ha desaparecido” en las ciudades, según un reciente comunicado de Audiotec.

Al desvanecerse la mayor parte del ruido exterior “se destaca más el que se produce dentro de las propias casas donde están encerrados los ciudadanos”, ha precisado Barti a Efeverde, y esta situación “dispara las quejas hacia los ruidos de los vecinos”.

Las anómalas circunstancias actuales “han descafeinado la celebración” del Año Internacional del Sonido, fijado para 2020, debido a “la cancelación de actividades por la actual coyuntura de crisis sanitaria global”, ha reconocido Pedrero.

Por ello, la conmemoración se extenderá al año próximo, 2021, con la idea de recuperar las actividades planeadas para “mejorar la concienciación de la sociedad, que es la herramienta fundamental para reducir el ruido en el futuro”.

EL TRINO DE LOS PÁJAROS

De todas formas el confinamiento forzado de la población urbana ha tenido un aspecto positivo “si pensamos solamente en la acústica, ya que estamos viviendo un momento absolutamente privilegiado”, ha indicado a Efe el coordinador del área de Ciencia Ciudadana de SEO/BirdLife, Juan Carlos del Moral.

“No estamos contentos, claro, porque esa reducción ha sido a costa de la pérdida de movilidad, productividad... ” pero lo cierto es que al haber menos ruido “se puede oír lo que queda y lo que queda son los pájaros” que habitualmente tienen que “cantar más fuerte de lo normal para sobreponerse al ruido ambiente” y ahora no lo necesitan.

Y no sólo los pájaros sino que “toda la fauna está en permanente movimiento” y “al no ver personas, van ganando terreno acercándose a las ciudades y sus proximidades”, por lo que este momento es una buena oportunidad de “percibir la Naturaleza, en lugar de lo artificial”.

Eso sí: más allá de sus trinos, la pandemia ha afectado también a algunas especies, como la invasora cotorra argentina o la habitual paloma doméstica, ya que “su alimentación depende en gran medida de nuestros desperdicios” y, “al estar nosotros encerrados en casa, han visto eliminada su fuente artificial de alimentación”.

Laia Mataix Gómez

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