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La tasa de multiplicación del virus baja a 1,05 y España se queda al borde de revertir la curva de contagios

Vista general del exterior de las Urgencias del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares el séptimo día del estado de alarma por la crisis del coronavirus.

Belén Remacha

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España cuenta ya 117.710 casos confirmados y 10.935 víctimas mortales de coronavirus, pero tras casi tres semanas de estado de alarma y de confinamiento, el país está a punto de alcanzar uno de los primeros objetivos que se marcó el Ministerio de Sanidad: que la conocida como 'tasa R0' llegue al valor de 1. El siguiente paso será que se mantenga por debajo de 1. La 'tasa R0' es un término epidemiológico que se refiere al “promedio de casos secundarios de una enfermedad causados por un caso primario”, es decir, al número de personas a las que contagia un paciente. A fecha 2 de abril, según los informes que facilita el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), dependiente del Ministerio de Ciencia, está en 1,05: una persona contagia de media a otras 1,05. Al principio de la expansión de la pandemia en el país estaba en torno a 8.



Esos datos, en otros términos, equivalen a que el incremento diario del número de casos confirmados con COVID-19 es del 7%, según también han informado desde Sanidad este viernes. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ya explicó a mediados de marzo la importancia de esta 'tasa R0'. “Si cada caso transmite a muchas personas, en muy poco tiempo tenemos a toda la población infectada”, decía. En los casos de R0 altas, la epidemia es mucho más rápida y la curva tiene una forma aguda y picuda. Si el número de reproducción es más bajo, como se está consiguiendo según los informes del ISCIII, que no aclaran la metodología con la que lo calculan, la curva será achatada y la epidemia más lenta aunque, como señalaba Simón “si no hacemos nada, puede llegar a afectar al mismo número de personas, pero de forma mucho más dilatada en el tiempo”.

Cuando el valor es 1, seguía el 11 de marzo Simón, “cada caso no incrementa la curva, sino que la mantiene en línea horizontal”. Entre 0 y 1, con el tiempo, la curva desaparece. Recientemente, el 23 de marzo, Simón también expresaba que “el objetivo es conseguir que el promedio de casos de transmisión esté por debajo de uno. Si el promedio está en alrededor de tres, tenemos que evitar dos de cada tres contagios. Si reducimos a un tercio el número de contactos que tiene una persona, sea la que sea, en principio deberíamos conseguir una reducción media”.

La media nacional es de 1,05 pero hay ocho comunidades (Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Extremadura, Murcia, Navarra, y Euskadi) cuya tasa ya está por debajo de 1, y una, Valencia, justo en el 1. Todas las demás están entre el 1 y el 2, es decir, cada contagiado produce a su vez entre 1 y 2 contagios.

El peligro de que se vuelva a expandir

El objetivo era llegar a un valor 1 y luego menor de 1, y el primero está casi cumplido según el ISCIII. Este viernes, Fernando Simón destacaba que con las medidas de confinamiento seguramente hemos logrado “controlar la transmisión y por eso la famosa R0 esté alrededor de 1 o por debajo de 1”. Pero, si se relajan ya, hay un “riesgo”, que es que “el avance que hemos conseguido dé marcha atrás”. Por eso para el futuro y cuando se consolide ese descenso de la R0 vaticina “valorar si se puede ir relajando el aislamiento en algunos puntos”. También que, aunque los contactos entre personas puedan no limitarse tanto a partir de algún momento, “sí la forma en la que contactamos”.

Es decir, llamaba a que nos fijemos “en cómo funcionan sociedades como la de Japón en la transmisión de la gripe”: aunque no estén confinados, disminuyen con distanciamiento social y con distintos tipos de prevención las posibilidades de pasar la enfermedad a un alto número de personas. Simón deslizó que debemos “aprender a utilizar los equipos de protección personal” para “reducir los contactos de riesgo”, aunque no especificó si se recomendaría a la población en general o a parte de ella emplear mascarillas o guantes.

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Desde la Sociedad Española de Epidemiología también razonan que “desde que se hizo el confinamiento, la tasa R0 cayó rápido, es lo más directo. Se modifican los hábitos de la gente, tiene un impacto grande, y eso se traslada a los parámetros epidemiológicos. Se podrá observar cómo cambia incluso en los niveles que ha habido de confinamiento, con la consecución de los decretos que las han ido endureciendo. La información que manejamos es que cada infectado contagia cada vez menos. Eso se traduce en que la tendencia empieza a remitir en infecciones, y lo importante es que eso se traslada a hospitalizaciones y fallecidos”.

Hay un problema, como siempre que se analiza gráficamente la pandemia de COVID-19, y es que los datos han ido variando con los criterios para identificar casos y ya no se confirma a todo el mundo que presenta síntomas. Dependen del número de tests que se hagan, que en España son entre 15.000 y 20.000 al día que se están tratando de aumentar, según ha repetido el ministro Salvador Illa. Pero estos datos los utilizan los organismos, también la Organización Mundial de la Salud, sobre todo para comprobar tendencias, como puede ser el descenso de la R0.

“Cada parámetro tiene su pega y tenemos que sacar de cada una lo que podamos. La interpretación de los datos siempre ha de ir muy de la mano del conocimiento de cómo se han generado: a veces hay explicaciones de crecimiento obvias, como que hay más hospitalizaciones porque un hospital despliega más camas, o más positivos porque se refuerzan las pruebas. Hasta ahora, lo esperable con el confinamiento es que la transmisión no vaya a más”, siguen desde la Sociedad Española de Epidemiología.



Hay otros indicadores que apuntan a que la epidemia está próxima a estabilizarse en cuanto a número de contagios. El ritmo de multiplicación se ha ralentizado y, en los últimos tres días, se ha quedado en el 1x25, muy cerca de que se mantenga con un 1. Los tres días anteriores era superior, de 1,31.

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