Un rastreador de programas electorales LGTBI: “El PP jamás ha aprobado una legislación nacional favorable”
Nacho Esteban publica 'Por rojos y maricones', un libro que analiza las políticas LGTBI del último siglo y repasa los programas electorales de la democracia
La vicepresidenta segunda del Gobierno no entiende cómo un gay puede votar a la derecha. “Restringen sus derechos”, coincidía Yolanda Díaz con Jorge Javier Vázquez en el podcast del periodista. Una encuesta de la consultora 40db para la FELGTBI+ publicada hace un mes apuntaba en la misma dirección: el 56,5% de las personas LGTBI en España se decantaría por alguna opción de izquierdas (PSOE, UP o Más País), frente al 31,5% que lo hacía por el PP, Ciudadanos o Vox.
Pese a los intentos de algunos portavoces conservadores por atribuirse algunos de los avances en esta materia, el histórico de votaciones en el Congreso, declaraciones y programas electorales es tozudo. El activista y lingüista especializado en análisis del discurso Nacho Esteban lo ha recopilado en Por rojos y maricones (editorial Egales), un repaso a las posiciones de instituciones, partidos y políticos respecto a las personas LGTBI.
Pero ¿cuándo surge la alianza entre las políticas LGTBI y los partidos de izquierdas? “En realidad es bastante temprana. A principios del siglo XIX, con los inicios de lo que se puede considerar el socialismo, hay unas tímidas relaciones entre posiciones de izquierdas y anarquistas con los primeros ensayistas y juristas que se dedicaban a esta cuestión. Es cierto que a lo largo del siglo XX aún hubo mucha LGTBIfobia en todas las esferas, incluso desde la izquierda, por ejemplo en el caso del comunismo, así que no sería hasta que empieza a surgir el activismo propiamente dicho, en torno a los años 60 y 70, cuando estas organizaciones ya ven claramente la necesidad de hacer una apuesta sincera”, explica Esteban.
Por rojos y maricones se centra en la historia reciente, tras el final del franquismo. “Durante la Transición, el partido que estuvo en el poder, UCD, no supuso una gran diferencia respecto a la situación de la que veníamos. Hay mucho continuismo entre la dictadura, sobre todo a nivel legal y de las personas que estaban en las instituciones, con respecto a esos primeros años del Gobierno de Suárez. Entonces, el activismo estaba iniciándose en España y había una serie de reivindicaciones: derogar la legislación LGTBIfóbica, empezar a trabajar en derechos trans y legalizar las asociaciones LGBTI y el Orgullo”, explica el activista.
El 13 de diciembre de 1978, el Congreso votó la reforma de la ley de peligrosidad social. Con el nuevo texto, la homosexualidad dejó de estar perseguida, al menos legalmente, tres años después de la muerte del dictador. Aquella votación se saldó con 278 votos a favor. Entre ellos, figuras tan dispares políticamente como Leopoldo Calvo-Sotelo, Felipe González, Santiago Carrillo y Manuel Fraga. Pero, pese a lo abultado del resultado, fueron más reveladoras las ausencias: 63 diputados de todo signo no acudieron a la votación. Adolfo Suárez, Tierno Galván, Jordi Pujol o Dolores Ibárruri no estuvieron presentes.
A partir de ahí, los partidos fueron asumiendo u olvidando las reivindicaciones del colectivo. Esteban ha analizado los programas de PSOE, PP, IU y Unidas Podemos, Ciudadanos y Vox para las elecciones generales desde 1977 y extrayendo los compromisos implícitos o explícitos en la materia. Los resultados del estudio, que pueden verse en la siguiente tabla, muestran solamente si las medidas indicadas estaban incluidas en los programas, independientemente de que luego se pusieran en marcha, tanto esas como otras que no estuvieran en los textos.
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