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Reporteros Sin Fronteras avisa de que los medios en España cada vez opinan más e informan menos

España está en el puesto 32 en libertad de prensa en el mundo, según RSF.

Daniel Sánchez Caballero

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Por encima de Bután y por debajo de Austria, España es el 32º del mundo en libertad de prensa en el mundo, según el informe que Reporteros sin Fronteras realiza cada año. El país ha retrocedido respecto al puesto 29º del año pasado, pero la propia organización advierte de que la implantación de una nueva metodología, más completa, para realizar el documento resta peso a este cambio.

A nivel mundial, la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF “revela una doble polarización, amplificada por el caos informativo: la polarización mediática, que crea fracturas dentro de los países, y la polarización de los Estados, a escala internacional”. El ránking –que se realiza en base a indicadores de la situación política de los países, la seguridad de los periodistas, el marco legal, sociocultural o económico en el que se ejerce– está copado en sus primeros puestos por países del norte de Europa: Noruega, Dinamarca, Suecia, Estonia, Finlandia, Irlanda y ya en el séptimo lugar aparece Portugal. Costa Rica es el primer y único país no europeo entre los diez primeros. EEUU aparece en el lugar 42, China en el 175, Ucrania en el 106 y Rusia en el 155.

“Precarización creciente”

La ONG advierte para el caso de España de “unos medios cada vez más opinativos y una precarización creciente de la profesión” pese a “la mejora de la seguridad de los periodistas y los avances legislativos” para favorecer la libertad de prensa. En este apartado, la organización valora como positivo que “se está tramitando en el Congreso la posible derogación de los llamados delitos de expresión (injurias a la Corona, a los sentimientos religiosos, apología del terrorismo, etc); el artículo de la 'Ley Mordaza' que penalizaba la captación de imágenes por la prensa ha sido declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional y las disposiciones más polémicas de esta ley están también en trámites para ser derogadas por las Cortes”.

Sin embargo, pese a estos avances, Reporteros Sin Fronteras alerta de “la proliferación” en España –también en otros países– de los llamados SLAPP (Strategic Lawsuits Against Public Participation, que podría traducirse como denuncias estratégicas contra la participación pública), “acciones judiciales abusivas interpuestas contra los periodistas con fines a menudo intimidatorios y por presunta revelación de secretos o delitos contra el honor”, entre los que cita los sufridos por el director de elDiario.es y la periodista Raquel Ejerique por el caso Cifuentes, ya archivado, o la demanda millonaria que sufrió El Confidencial por parte de Iberdrola.

El informe también destaca respecto a España es la validez que se da a la palabra de la autoridad: “Es reseñable que los periodistas que denuncian a agentes de la policía son ellos denunciados por estos, en el marco de manifestaciones, se enfrentan a procesos judiciales en los que la versión policial prevalece casi por sistema”.

“Una excesiva concentración del mercado”

El informe de RSF, publicado coincidiendo con el Día de la Libertad de Prensa, muestra su preocupación por el ecosistema mediático español y especialmente por la situación económica de los medios, principal factor que ubica al país en el puesto 32. “Tanto en lo que respecta a la excesiva concentración del mercado, como a las graves dificultades para crear un medio, las nulas ayudas para impulsar el surgimiento de nuevas publicaciones y le grave precarización de los profesionales” marcan una situación que empieza a ser estructural, expone RSF.

“La grave precarización de la profesión, que comenzó a instalarse en con la crisis de 2008 y que ya adquiere tintes crónicos, impacta seriamente a la libertad de prensa. Los profesionales de la información que no ejercen en condiciones dignas de trabajo son mucho más vulnerables a las presiones y la autocensura”, argumenta.

En el apartado de aspectos que podrían verse como positivos, la ONG señala que, con lo que llama “la desactivación del conflicto en Catalunya”, “la esfera política no es tan responsable este año de las carencias de la libertad de prensa, como lo es acaso la esfera mediática”. Los medios, dice el informe, son culpables de sus propios males. “Una excesiva concentración hace muy difícil la aparición de nuevos medios alternativos, que deben luchar ferozmente contra las cabeceras más asentadas por suscriptores a su vez afectados por la situación económica”.

Y con este panorama, unido a “el gran clima de polarización mediática” del país, dibuja unos “medios de comunicación cada vez más próximos a medios de opinión”, advierte RSF, que muestra su preocupación por la situación: “España es un claro ejemplo de la tendencia a las fracturas sociales que denuncia a nivel global RSF en su Clasificación, azuzadas por medios excesivamente foxnewsizados [en alusión a los informativos sensacionalistas de la cadena de EEUU Fox] y olvidadizos con su misión de informar lejos de posicionamientos políticos”.

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