Florida declara la guerra a las pitones con cebos robóticos que simulan ser conejos vivos

Florida, en una batalla diaria contra las pitones birmanas

Héctor Farrés

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Las serpientes han empezado a ser un problema en muchos entornos donde antes pasaban casi desapercibidas. Su expansión acelerada, en buena parte impulsada por la actividad humana, ha desatado transformaciones profundas en los ecosistemas donde logran establecerse con éxito. Algunas especies han demostrado una capacidad de adaptación que supera la de muchos depredadores nativos, lo que altera por completo las cadenas tróficas de ciertos hábitats.

Este impacto se multiplica cuando las serpientes invasoras no encuentran enemigos naturales que frenen su crecimiento. En ese contexto, las consecuencias son especialmente visibles en lugares como los Everglades, donde científicos y agencias llevan años intentando limitar la presencia de la pitón birmana.

Un experimento con señuelos térmicos intenta anticiparse al movimiento de las pitones

Uno de los métodos más recientes en esa estrategia de control pasa por el uso de señuelos mecánicos con forma de conejo, que han sido diseñados para engañar al olfato y la percepción térmica de las pitones. Se trata de un proyecto conjunto impulsado por el Distrito de Gestión del Agua del Sur de Florida y la Universidad de Florida, que han iniciado un estudio de campo con 40 unidades colocadas en ubicaciones no reveladas del sur del estado. El objetivo es comprobar si los dispositivos logran atraer a las serpientes y permitir su localización antes de que acaben con más fauna autóctona.

Los conejos se pueden mejorar si resultan poco eficientes

Estos conejos robotizados están equipados con generadores de calor internos, cámaras integradas y componentes eléctricos que simulan la actividad física de un conejo real. Todos funcionan con energía solar y han sido recubiertos para soportar las condiciones húmedas y calurosas del entorno.

Según explicó Mike Kirkland, biólogo responsable del área de especies invasoras del Distrito de Gestión del Agua, el sistema reacciona automáticamente ante movimientos: “Si esa pitón es detectada, entonces se contacta con alguien como yo, que está disponible las 24 horas, y puedo enviar a uno de nuestros contratistas para que la elimine”.

El conejo de pantano se ha revelado como un cebo especialmente eficaz en este entorno

El equipo investigador eligió al conejo de pantano como base del diseño porque es uno de los alimentos más buscados por las pitones birmanas. Esta preferencia ya había sido probada hace una década por el biólogo Ian Bartoszek, que liberó varios ejemplares de esa especie con collares GPS en los Everglades. Según publicó Outdoorlife, tras solo seis meses, más del 75 % habían sido devorados por pitones. Los datos fueron tan concluyentes que se repitió el experimento en colaboración con el Davidson College, con resultados igual de alarmantes.

Ese tipo de evidencias respalda la búsqueda de métodos más eficaces para localizar a las serpientes en un entorno tan denso y húmedo como el de los Everglades. La ventaja del señuelo robótico, en comparación con intentos previos que usaban conejos reales, es que permite mantener el control total del sistema sin necesidad de cuidados veterinarios ni logística compleja. Robert McCleery, ecólogo de vida silvestre de la Universidad de Florida, apuntó que el ensayo se encuentra en una fase experimental, pero con potencial de replicarse: “Queremos captar todos los procesos que un conejo real emitiría”.

Aromas sintéticos podrían añadirse si la respuesta de las serpientes resulta insuficiente

Si esta primera fase no ofrece resultados concluyentes, los investigadores prevén añadir aromas naturales al interior de los dispositivos, en un intento por reforzar el estímulo olfativo. La idea es generar una respuesta más intensa en las pitones y aumentar la eficacia de detección. Para quienes patrullan los pantanos en busca de serpientes, una alerta térmica o visual automatizada puede ahorrar horas de búsqueda en zonas de vegetación cerrada.

Las pitones crecen mucho y acaban con una gran cantidad de especies autóctonas

El avance de las pitones birmanas en Florida no es nuevo, pero en los últimos años ha adquirido una dimensión que preocupa a las autoridades ambientales. Desde su aparición en los años 90, su número ha crecido sin control aparente. De hecho, según cifras del propio Distrito de Gestión del Agua, se han eliminado casi 16.000 ejemplares desde 2019 gracias a la acción combinada de científicos, contratistas y cazadores habilitados.

Iniciativas como el Python Challenge, que cada año ofrece una recompensa económica por capturas registradas, forman parte de ese plan más amplio para contener a la especie. Aunque la erradicación completa parece inalcanzable, cada ejemplar eliminado reduce la presión sobre especies como el mapache, el zorro gris o el lince rojo. Si la tecnología logra aportar ahora una herramienta más eficaz para ganarles terreno, bienvenidos sean los conejos mecánicos. Aunque no salten, cumplen con su papel.

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