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Aplicaciones para llamar gratis desde el móvil

Aplicaciones móviles

Pablo G. Bejerano

Las aplicaciones móviles para enviar mensajes y llamar gratis, a través de voz sobre IP o VoIP, se están haciendo cada vez más populares. Permiten la comunicación por voz entre usuarios registrados en su servicio, evitando así los costes de las llamadas telefónicas. A continuación exponemos cuatro de ellas, disponibles para las cuatro plataformas más extendidas, iOS, Android, Windows Phone y BlackBerry.

Line

Esta aplicación, de moda como sustituto de WhatsApp, permite hacer llamadas además de mensajería instantánea. Cuenta con más de 120 millones de usuarios, a los que ofrece también algunas funciones sociales, como una biografía en la que se pueden dejar mensajes. La originalidad de sus emoticonos, stickers, es también una razón de su popularidad. Line (iOS, Android, Windows Phone, BlackBerry) tiene una versión de escritorio, para cuyo uso es necesario asociar la cuenta a un número de teléfono.

Skype

El servicio comprado por Microsoft en 2011 hace tiempo que ha pasado del escritorio del ordenador a los móviles. Skype (iOS, Android, Windows Phone) ofrece chat, llamadas y videollamadas. Esta última funcionalidad le diferencia de otras aplicaciones que sólo ofrecen VoIP. La integración de esta aplicación con Messenger ha hecho que aumente el número de usuarios de la plataforma, que también permite comprar crédito para llamar a números de teléfono. Pronto estará disponible una versión en BlackBerry 10, ya que en estos momentos Skype sólo ofrece acceso en esta plataforma si ha llegado a acuerdos con operadoras.

MobileVOIP

Se trata de una aplicación menos conocida, cuyo principal objetivo es ofrecer llamadas internacionales a bajo coste. De hecho, se jacta de tener tarifas más baratas que Skype. De paso también permite que sus usuarios se llamen entre ellos de forma gratuita. En cambio, MobileVOIP (iOS, Android, Windows Phone, BlackBerry) no dispone de servicio de mensajería instantánea.

Viber

Sus 175 millones de usuarios en todo el mundo avalan a este servicio como uno de los más extendidos en lo que se refiere a las llamadas de voz sobre IP. Viber (iOS, Android, Windows Phone, BlackBerry) permite mensajería y llamadas. Existe versión para Windows Phone, que por el momento sólo permite enviar y recibir mensajes de texto, pero en la descripción de la aplicación se dice que en la próxima actualización se permitirán las llamadas.

Restricciones de las operadoras a la VoIP

En un estudio (PDF) a nivel europeo de mediados de 2012, publicado en el blog de la CMT, se mostraba cómo una de cada cuatro compañías de telefonía móvil prohibía las llamadas de VoIP. Si bien señalaba que no todas las operadoras optaban por restringir técnicamente este tipo de comunicación. Un 44% de ellas sólo hacían notar en el contrato la restricción, mientras que el 56% restante sí tomaba medidas para bloquear de forma efectiva la voz sobre IP.

Las llamadas han sido el negocio más lucrativo de las operadoras desde hace años, por lo que se resisten dejar que las aplicaciones que funcionan con VoIP rompan su mercado. Sin embargo, la tendencia indica que las tarifas de datos ganan importancia respecto a los minutos en llamadas, que se ofrecen al peso cuando se sobrepasa una cantidad respetable en la cuota mensual. Además, es difícil combatir contra estas aplicaciones ya que una conexión WiFi basta para salvar restricciones técnicas a nivel de red.

Muchos permisos necesarios

Las aplicaciones que permiten chatear y llamar a través de VoIP son de las que más permisos requieren del usuario, ya que necesitan tener un control elevado sobre el dispositivo para poder llevar a cabo sus funciones. No todas éstas son imprescindibles para el uso común que se hace del software y la mayoría de veces no se utilizan.

Pero a la hora de exigir se opta por no quedarse corto. Así, un usuario que quiera conocer los permisos que estas aplicaciones piden (para Android) tendrá que leerse entre 1.000 y más de 2.000 palabras, divididas en unos 15 apartados. Para su funcionamiento básico este tipo de software necesita una serie de permisos, que se van ampliando a medida que se añaden funcionalidades extra.

Un permiso básico y obvio de este tipo de aplicaciones es el acceso a las comunicaciones de red. Toda la actividad se produce mediante una conexión a Internet por lo que ésta resulta imprescindible. También es común que se pida el acceso a los contactos. De esta manera se pueden agregar los números de teléfono guardados en el terminal como contactos en la aplicación, una acción que el software realiza de forma automática, sin consultar al usuario, que ya dio su consentimiento cuando aceptó las condiciones.

Para completar las aplicaciones con funcionalidades más allá de la mensajería y las llamadas se piden permisos adicionales, como la posibilidad de recibir mensajes de texto y leer estos mensajes. Esto se utiliza para hacer llegar un código de verificación a través de SMS y que automáticamente sea introducido en el campo que corresponde. Los controles de hardware son otra exigencia común, para controlar la función de vibración cuando se recibe un texto o acceder a la cámara directamente desde una conversación.

Existen algunos permisos que no comparten todas estas aplicaciones. En estas cuatro, la posibilidad de crear cuentas, por ejemplo, es exigida por Skype y Viber (en Android), pero no por Line ni por MobileVOIP. Otras autorizaciones, como conocer la ubicación o leer el registro de llamadas, son comunes, pese a no tener un impacto aparente en el servicio ofrecido.

Una de las causas por la que acaben acumulando tantos permisos es porque éstos han de pedirse por bloques. Si una aplicación necesita activar una función concreta que se encuentra clasificada dentro de un paquete deberá pedir el permiso para el bloque entero, aunque el resto no le sirva. Como consecuencia, directa o indirectamente, las compañías recogen una enorme cantidad de datos personales de gran valor, como números de teléfono asociados a cuentas de email o conexiones producidas entre usuarios identificados.

Imagen: Jorge Quinteros

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