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Los Estados paralizan el plan de la UE para vetar las cookies abusivas y blindar los metadatos

Candado

Carlos del Castillo

El reglamento ePrivacy iba a modernizar la protección de los datos personales que generan las comunicaciones digitales de los europeos. Además de salvaguardar su contenido, el borrador de ePrivacy entró de lleno en la regulación de un aspecto que flotaba en el vacío: los metadatos. Se trata de la información paralela que genera este tipo de comunicación, como quiénes son los intervinientes, qué plataforma usan, con qué dispositivos acceden a ella, en qué momento se realiza, dónde está cada usuario o qué tipo de conexión a la red tiene.

Estos datos, muy codiciados por su potencial comercial, no solo se producen en las comunicaciones de persona a persona, sino también de persona a máquina (como en la navegación web, por ejemplo) o de máquina a máquina, como en el Internet de las Cosas. Todos ellos, así como otros instrumentos como las cookies de rastreo, quedaban atados en corto por ePrivacy. La UE lo concibió como el segundo pilar del blindaje d ela privacidad digital junto al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que entró en vigor el 25 de mayo. Sin embargo, la negociación para aprobarlo ha embarrancado.

El responsable es el Consejo Europeo de Telecomunicaciones (formado por los ministros o secretarios de Estado del ramo de cada estado miembro de la UE), que negocia desde hace más de un año una posición común, sin éxito. Tampoco lo ha logrado en la reunión celebrada esta semana. El texto comenzó su andadura en enero de 2017, con espacio suficiente para ser aprobado antes del final de la legislatura comunitaria en la primavera de 2019, pero el riesgo de que no consiga ese objetivo se ha multiplicado.

Según han explicado varias fuentes conocedoras del proceso a eldiario.es, algunos países están intentado retrasar el acuerdo en el Consejo con el objetivo de agotar la legislatura. Sin consenso entre los estados no puede empezar la negociación con la Comisión y el Parlamento europeos, que fijaron posiciones muy ambiciosas con respecto a ePrivacy. Las elecciones de mayo renovarán ambas instituciones, y sus representantes (entre los que se prevé que gane peso la extrema derecha) podrían no ser tan proclives a extender la protección sobre la privacidad de las telecomunicaciones de los ciudadanos.

España se encuentra en el grupo de países que abogan por renovar estas normas de privacidad antes de que acabe la presente legislatura. “La privacidad de los consumidores y el crecimiento de las empresas digitales no puede seguir amparándose en una norma de 2002”, expresó en la reunión del Consejo el secretario de Estado para el Avance Digital, Francisco Polo. En contra se encuentran países como Bulgaria y Austria. 

Lobby de teleoperadoras, multinacionales digitales... y corporaciones mediáticas  

Más de 30 empresas, organizaciones de consumidores y ONGs preocupadas por la privacidad digital pidieron al Consejo en una carta pública, previa a su reunión de esta semana, que tratara por todos los medios de llegar a un acuerdo que permitiera a ePrivacy avanzar. No lograron su objetivo.

Esas organizaciones denuncian que detrás de la posición de algunos países respecto a ePrivacy está la presión de ciertos grupos de interés. Entre ellos está el de las empresas directamente afectadas por las nuevas normas, como las multinacionales digitales como Facebook o WhatsApp, que explotan comercialmente los datos personales de sus usuarios; o las teleoperadoras, que se basan cada vez más en ellos para ofrecer paquetes de conexión y contenidos dirigidos en función de los intereses de sus clientes.

Uno de las medidas de ePrivacy más criticadas por las empresas que se lucran con los datos personales es la que les obligaría a dar el mismo servicio tanto a los usuarios que acepten ceder sus datos como a los que no 

 

El tercer grupo que ha aparecido para criticar ePrivacy es el de la comunicación digital, que incluye a medios de comunicación que obtienen parte de sus ingresos de rastrear los datos de sus usuarios para hacer publicidad segmentada. Uno de los principales puntos de fricción de estas organizaciones con la propuesta de ePrivacy es la norma que les obligaría a dar el mismo servicio tanto a los usuarios que acepten ceder sus datos personales como a los que no. 

Lo explica en conversación con este medio Diego Naranjo, de European Digital Rights (EDRi), una de las organizaciones firmantes de la carta: “Están intentando reducir los efectos de la ePrivacy porque quieren que ciertas empresas puedan utilizar datos bastante sensibles de los ciudadanos como hasta ahora. Han ido poniendo una excusa tras otra, primero que el reglamento era demasiado técnico. Después, que perjudicaría la innovación. La realidad es que está habiendo mucha presión contra los políticos, que temen que los medios que hacen este tipo de publicidad se les echen encima”.

Desde el otro lado, avisan que la redacción actual de ePrivacy acabaría con el mercado de las apps en Europa, que amenaza el “periodismo de alta calidad” y hará complicará la experiencia del usuario, que tendrá que definir las configuraciones de privacidad de sus dispositivos y de sus navegadores. “Bombardeados con preguntas, los consumidores se agotarán, confundidos e inseguros de lo que realmente significa otorgar su consentimiento”, aseguran las asociaciones de publicidad y medios de comunicación que han lanzado la campaña Like a bad movie (como una película mala), refiriéndose a ePrivacy.

“Las nuevas empresas tecnológicas detrás de algunas de las mejores aplicaciones del mundo a menudo dependen de los ingresos de publicidad basados en datos para ofrecer sus aplicaciones de forma gratuita y ampliar sus empresas. Sin ellos, su modelo de negocio se desmorona. Menos ingresos significarán menos nuevas empresas y, finalmente, menos aplicaciones para los consumidores”, afirman sobre el riesgo al que la UE somete el mercado de las apps con las nuevas normas de privacidad.

Con el desacuerdo del Consejo, el tiempo se acaba. Si los estados no llegan a un acuerdo a principios de 2019, será muy difícil que ePrivacy salga adelante en esta legislatura. “Esperar a la conformación de un nuevo Parlamento para iniciar la negociación a tres podría alargar innecesariamente los tiempos, con un resultado impredecible”, recordó a sus homólogos Francisco Polo.

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