UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
Un anciano activista palestino se aferra a la vida después de que una grúa de la policía israelí le atropellara
La tarde del 5 de enero, las fuerzas de ocupación israelíes entraron en la aldea palestina de Umm al-Khair, en la región de Masafer Yatta, al sur de Hebrón, para confiscar automóviles palestinos no registrados. Un anciano de la aldea, Haj Suleiman al-Hathaleen, trató de impedir pacíficamente que se llevaran los coches cuando una grúa de la policía israelí le atropelló, causándole heridas graves en todo el cuerpo. Actualmente, se encuentra en estado crítico en el hospital.
Existen muchas políticas utilizadas por la ocupación israelí para desplazar a los palestinos y palestinas de nuestras aldeas en Masafer Yatta, incluida una zona militar de tiro e incluso la activación de leyes de la era otomana para confiscar tierras de propiedad palestina y establecer asentamientos israelíes. Pero últimamente, parece que la política de “romper huesos”, una estrategia infamemente promovida por Yitzhak Rabin, ministro de defensa israelí durante la Primera Intifada, se ha vuelto a convertir en un método para desplazarnos y aplastar cualquier esperanza de resistencia popular palestina.
Haj Suleiman tiene 60 años y es un activista pacífico en contra la ocupación a quien conocemos de toda la vida. Cada vez que vamos a su casa en Umm al-Khair, nos recibe con una taza de té y una sonrisa. Todo el mundo en South Hebron Hills le conoce bien, especialmente los soldados israelíes.
Mientras Suleiman se manifestaba pacíficamente contra la confiscación de los coches de sus vecinos, el camión de la policía israelí le atropelló y le arrastró 10 metros mientras quedaba atrapado. La policía simplemente abandonó la escena del crimen, con Suleiman tirado en el suelo, sangrando y gravemente herido. Sus vecinos y vecinas fueron quienes llamaron a la ambulancia y fue trasladado a un hospital en Hebrón.
El médico informó que Suleiman tenía dos fracturas en el cráneo y otras en el cuello, el tórax, las costillas y la pelvis; sangrado severo en el cerebro y el abdomen; y lesiones en el bazo y los intestinos. Nosotros, junto con toda la comunidad de Umm al-Khair y todo Masafer Yatta, sufrimos una gran conmoción y rezamos para que se aferre a la vida.
Suleiman y su familia son beduinos palestinos que llegaron a Umm al-Khair para comenzar una nueva vida después de que fueran desplazados durante la Nakba en 1948. Su mundo cambió una vez más cuando Israel ocupó Cisjordania en 1967. Y en la década de 1980, un asentamiento israelí se construyó directamente en las tierras de su aldea. Hay menos de diez metros entre la casa de Suleiman y las casas de los colonos; una cerca de alambre de púas separa una vida con todos los lujos del siglo XXI de una vida que carece de las necesidades más básicas.
Tras los Acuerdos de Oslo, la aldea de Umm al-Kheir se clasificó como parte del Área C, colocándola bajo el control total de Israel. Dado que la Administración Civil, el brazo del ejército israelí que gobierna los territorios ocupados, se niega a otorgar permisos a la comunidad de Suleiman para construir cualquier tipo de casa o refugio en su propia tierra, toda la infraestructura aquí se considera ilegal.
Como resultado, las autoridades de ocupación han llevado a cabo reiteradas demoliciones de viviendas y estructuras en el pueblo.
Esta situación llevó a Suleiman a convertirse en activista hace décadas, no solo en su propio pueblo, sino también en los pueblos vecinos. Es conocido por resistir a través de la desobediencia civil, portar la bandera palestina y pararse frente a las excavadoras israelíes que destruyen hogares de niños. Con cada intrusión militar o demolición, se levanta con su bastón de pastor desafiando las máquinas de la ocupación, convirtiéndose en un icono beduino.
Peligro constante
Lo que le pasó a Haj Suleiman podría pasarnos a cualquiera de nosotros o a cualquiera de nuestros familiares y amigos que viven en Masafer Yatta. Vivimos en medio de un peligro constante. Cada vez que se inflige daño al cuerpo de cualquiera de nosotros lo sentimos como propio.
Desde enero de 2021, la violencia de la ocupación israelí ha provocado la discapacidad de al menos otras tres personas de diferentes pueblos de la zona.
El primer día de enero del año pasado, soldados israelíes dispararon e hirieron en el cuello a Harun Abu Aram, de 26 años, durante una pelea por la confiscación por parte del ejército de un generador de electricidad. En una zona a la que se le niegan todos los servicios básicos, un generador de este tipo es fuente de vida.
Aquí en Masafer Yatta, no es necesario estar en el lugar de una incursión del ejército o de la policía para perder una extremidad, también puede ocurrir durante un día de trabajo en el campo. El 8 de enero del año pasado, Mohammad Makhamra, de 18 años, de la aldea de al-Mirkiz, corría para seguir a su rebaño de ovejas a solo cien metros de su casa, cuando pisó una bomba que el ejército israelí había dejado. La explosión provocó la fractura de su pierna derecha y propulsó metralla a milímetros de su corazón y estómago. Perdió una de sus manos.
También puede ocurrir mientras estás en casa, incluso si eres un niño acostado en tu cama. En septiembre, durante un linchamiento llevado a cabo por colonos israelíes en la aldea de Mufagara, un niño de cuatro años, Muhammad Hamamdah, fue golpeado en la cabeza por una piedra lanzada por un colono a través de las ventanas de su habitación mientras dormía.
Aunque se supone que la seguridad del pueblo ocupado es responsabilidad de la potencia ocupante, existe una clara imprudencia por parte de las fuerzas israelíes hacia el pueblo palestino. En cada uno de estos incidentes, Harun Abu Aram, que quedó tetrapléjico; Muhammad Makhamra, que perdió la mano; y Muhammad Hamamdah, cuyo cráneo se fracturó, las autoridades israelíes cerraron rápidamente el caso sin procesar a nadie.
De manera similar, en el atropello y fuga de la semana pasada contra Haj Suleiman, la policía israelí desestimó cualquier responsabilidad.
Todas estas políticas violan el derecho y los acuerdos internacionales destinados a salvaguardar nuestros derechos humanos. Deberíamos sentirnos seguros en nuestros propios hogares y comunidades, pero la ocupación está diseñada para privarnos incluso de ese derecho más básico.
Sobre los autores:
Ali Awad, activista del pueblo de Tuba en las colinas del sur de Hebrón.
Awdah Hathaleen, activista y miembro colectivo de Umm al-Khair en South Hebron Hills. Es profesor de inglés en su pueblo, habiendo estudiado enseñanza de inglés en la Universidad de Hebrón.
Texto original publicado en 972mag.
Sobre este blog
UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.