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Mónica Oltra tiene valor
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Ni jueces ni fiscal quieren llevar a juicio a una líder política imputada cuyo retorno espera un sector de la ciudadanía
La situación kafkiana de la dirigente de Compromís afecta al funcionamiento democrático
“Examinar con rigor las acusaciones para evitar que ningún ciudadano se vea acusado ante un tribunal sin fundamento bastante para ello”. Esa es una tarea fundamental del juez instructor, como destaca el fiscal del caso, Jaime Cussac, en su escrito. Y ya son dos los jueces que han archivado la causa contra Mónica Oltra, el que llevó a cabo la instrucción, Vicente Ríos, y ahora la jueza que lo sustituye, porque él está de baja, en el Juzgado de Instrucción número 15 de València. En efecto, la magistrada Ana María Lillo ha desestimado los recursos de dos acusaciones populares de extrema derecha contra el archivo porque también niega que haya indicios de que la exvicepresidenta de la Generalitat Valenciana hubiera practicado encubrimiento alguno de los abusos hacia una menor tutelada por los que en su momento fue condenado su exmarido.
Otra jueza, pues, coincide con la postura que ya había adoptado la Fiscalía contra el criterio de la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, presidida por el juez Pedro Castellano -de conocidas posiciones conservadoras y autor de polémicas resoluciones que han favorecido a cargos del PP acusados de corrupción- que obligó al instructor a reabrir la causa, pese a que el juez no halló indicios contra la dirigente de Compromís, con lo que se ha creado una situación kafkiana.
Ignacio Escolar lo ha explicado con detalle y lo ha calificado como el “martirio” judical de Mónica Oltra, por lo que no me extenderé más en la cuestión, ya que lo que ahora importa es cómo esta idea alarmante de empeñarse en procesar a una persona contra la que no hay pruebas y a la que no acusan ni los jueces ni la fiscalía afecta a sus derechos como dirigente política y condiciona indebidamente el funcionamiento democrático.
Como ha explicado Lucas Marco, la paradoja del caso de Mónica Oltra es que su nueva victoria judicial retrasa su vuelta a la política tras tres años en un limbo, desde que dimitó de su muy relevante cargo en el Gobierno valenciano del Pacto del Botánico. “La política está atrapada entre el empecinamiento de la sección cuarta de la Audiencia de Valencia, que insiste en abrir juicio oral, y las reticencias del juez instructor y el fiscal, que no quieren enviarla al banquillo porque no ven indicios contra ella”, resume el periodista de elDiario.es.
Y eso la afecta a ella y afecta a la política de izquierdas en un contexto en el que el contrastado liderazgo de Oltra podría movilizar energías ciudadanas y articular estrategias unitarias, no solo en el ámbito valenciano, cuando más necesarias resultan para contrarrestar a la extrema derecha. El portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso, Gabriel Rufián, lo expresó concisamente al comentar en redes sociales la noticia de la decisión de la jueza: “Vuelve, por favor”.
Una parte notable de la opinión pública progresista coincide con esa apreciación. Compromís hace tiempo que repite que espera recuperar para la política activa a Mónica Oltra y otros cargos obligados a dimitir por la “persecución” judicial y política, como recogió en una resolución de su Consell Nacional Més Compromís, el partido mayoritario de la coalición.
La misma Oltra, que ahora ejerce de abogada, ha precisado: “Siempre he estado y siempre estaré en política, y no me refiero a tener cargo”. Lo ha dicho en respuesta a la pregunta que surge invariablemente en cualquiera de los actos públicos en los que viene participando, siempre organizados por entidades de la sociedad civil: ¿Vas a volver? Es un hecho palpable que la exvicepresidenta tiene valor para un sector de la ciudadanía, que la considera un activo más valioso aún en medio de una calamidad de legislatura autonómica en la que el PP, rendido a Vox, ha tenido que apartar a un presidente de la Generalitat como Carlos Mazón entre el clamor de la sociedad por su negligencia ante una emergencia mortal como la de las inundaciones de la dana.
No es probable que el nuevo año disipe la pesadilla judicial o que, si no la disipa, Mónica Oltra emprenda algún movimiento de regreso a la política, aunque sea sin cargo público. Pero nunca se sabe. Tal vez sirva de referencia el congreso que su partido, Iniciativa-Compromís, ha convocado para el 28 de marzo. “El ecuador de la legislatura ya ha pasado y el periodo que va de esta Mesa Nacional a mediados de 2026 será clave para conseguir reactivar el partido, a su militancia y a la ciudadanía progresista”, señaló su máximo órgano de dirección al convocarlo.
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La situació judicial de Mónica Oltra i les circumstàcies en què hauria de produir-se la seua hipotètica tornada a la política activa són un tema d'interés que se segueix, juntament amb altres informacions, notícies i reportatges, en la versió en valencià d'elDiario.es. La pots llegir ací.
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