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Sobre este blog

UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.

Gaza
Ahmad sonríe ilusionado pensando en su sueño de ser arquitecto

Si las dificultades educativas, impuestas por la pandemia de COVID-19, han sumergido en incertidumbre a estudiantes de todo el mundo, los alumnos de la aldea Juhor ad-Dik, en el sureste de la ciudad de Gaza, viven con una complejidad añadida: la distancia a su escuela y las inexistentes infraestructuras.   

Ahmad tiene 17 años y cada día camina varios kilómetros para llegar a la escuela más cercana. El joven vive con los 12 miembros de su familia en una humilde casa cubierta con techo de metal en Juhor ad-Dik, en el centro de la franja de Gaza. Es considerada una de las zonas más marginadas de la Franja, ya que carece de medios e infraestructuras como escuelas, mercados, transportes, clínicas e Internet.  

Frente a su casa, Ahmad abu Issa, al que llaman cariñosamente Hamada, nos recibe cortando las ramas de uno de sus olivos. La familia las utiliza para cocinar, hervir agua y calentar su casa durante el frío periodo invernal.  

Ahmad es alto y tímido. Aunque no le gustan los extraños, el apoyo de su madre le anima a contarnos su realidad: “Me despierto muy temprano. Rezo al amanecer en la mezquita y luego me preparo para ir a la escuela, de lo contrario llegaría tarde ”, nos explica mientras sus ojos verdes miran discretamente a su alrededor. 

La escuela secundaria a la que asiste se encuentra en el campamento de refugiados y refugiadas más cercano de El Burrage. Cada día es un desafío. En verano camina bajo el sol ardiente y en invierno bajo las lluvias y el temporal. Los limitados recursos familiares impiden que Ahmad pueda pagar el coste del transporte y la única alternativa es recorrer a pie cada kilómetro. Pero los largos trayectos entre los hogares de los menores y sus escuelas no solo constituyen un problema logístico, sino de seguridad, ya que se exponen a peligros a lo largo del camino. 

La comunidad internacional tiene la responsabilidad de proteger a los niños y niñas y garantizar su acceso a la educación. En ocasiones, los reducidos tamaños de las escuelas obligan a los maestros a juntar alumnos de distintas edades y cursos, algo que, sumado a las largas distancias que recorren, también dificulta su aprendizaje. 

Además, al igual que otros niños y niñas refugiados en Gaza, a Ahmad también le resulta difícil seguir sus clases online, ya que no tiene un dispositivo electrónico ni acceso regular a Internet. Según la Oficina del Centro Palestino de Estadísticas, solo el 29% de las familias gazatíes cuentan con un ordenador portátil en su hogar. 

“Llego a casa muy cansado, así que me cuesta concentrarme para hacer los deberes”, explica Ahmad. Sus calificaciones y rendimiento académico se ven mermados por las circunstancias, lo que genera preocupaciones familiares que ponen todas sus esperanzas en el futuro del joven.   

En apenas un año Ahmad se presentará a Tawjihi, el examen nacional de acceso a la universidad, una prueba decisiva para la que se necesita invertir gran cantidad de tiempo y dedicación. “El año que viene, Hamada necesitará muchas más horas para prepararse el examen y me temo que la gran distancia hasta la escuela afectará a su calificación”, comenta su madre con preocupación. 

Las condiciones de vida de los jóvenes refugiados y refugiadas de Palestina en la franja de Gaza son extremadamente difíciles. Su futuro y dignidad personal depende de recibir una educación de calidad que les permita adquirir habilidades que favorezcan su ingreso al mercado laboral. La educación es la única esperanza que tienen para salir de su situación. 

A pesar de los obstáculos que atraviesa la familia, actualmente dependiente de la ayuda de la Agencia de Naciones Unidas para las personas refugiadas de Palestina, Ahmad sueña con ser arquitecto: “Quiero ayudar a mi familia y al pueblo. Quiero reconstruir mi país”. Él sabe que necesita un gran esfuerzo físico por su parte para lograr su sueño e insta al gobierno a que les proporcione un transporte regular y accesible, como las bicicletas. “Necesitamos una forma segura y rápida para ir y volver a la escuela”. 

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UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.

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