Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Errejón intenta hacerle un Pablo Iglesias a Pablo Iglesias

Iglesias no quiere un 'cara a cara' con Errejón, pero considera que Más País debe estar en los debates

Isaac Rosa

 

Me cuentan que ha surgido una nueva e inesperada formación política a la izquierda del PSOE; una candidatura sin estructura de partido ni bases, cuyo único capital es la popularidad de su líder y que pondrá su rostro en las papeletas; que recibe mucha atención de los medios y lo invitan a todas las tertulias; que compite con su antiguo partido, sacude el tablero político y divide el voto de izquierda; y que cuenta con viento a favor, se beneficia del desgaste del resto de partidos y del hartazgo ciudadano.

Espera, espera, ¿qué me estás contando? Esto ya lo he vivido antes. Déjà vu, así se llama esa confusión del cerebro, cuando creemos reconocer una nueva experiencia como si fuese un recuerdo, algo ya vivido.

Para comprobarlo voy a la hemeroteca, que mi memoria es corta: año 2014. Hace solo cinco años, una enormidad en tiempos políticamente acelerados como estos. En aquel momento apareció una nueva e inesperada formación política a la izquierda del PSOE; una candidatura sin estructura de partido ni bases, cuyo único capital era la popularidad de su líder y que puso su rostro en las papeletas; que recibía mucha atención de los medios y lo invitaban a todas las tertulias; que competía con su antiguo partido, sacudió el tablero político y dividió el voto de la izquierda; y que contaba con viento a favor mientras el resto de partidos sufría desgate y la ciudadanía estaba harta.

¿A ustedes también les suena? Sí, aquella nueva formación se llamaba Podemos, y su líder, Pablo Iglesias. Su pasado político estaba vinculado al mismo partido al que venía a disputar el electorado, y al que pronto superó y engulló. Lo que dio lugar a no pocas teorías de la conspiración en la izquierda sobre la operación Podemos, no muy alejadas de las que hoy circulan sobre Mas País. El resto de la historia, hasta hoy, ya la conocen.

Que Errejón pretenda hacerle un Pablo Iglesias al propio Pablo Iglesias no sé si es una ironía del destino, una forma retorcida de justicia poética o la enésima demostración de la historia que se repite como farsa. Pero para hacerle un Pablo Iglesias a Pablo Iglesias, Errejón necesitaría varias condiciones: que Podemos se hubiese convertido en una Izquierda Unida como la de 2014; y que Errejón tuviese el carisma y la inteligencia política del primer Iglesias. No merece la pena discutir si esas dos se cumplen, porque hay una tercera más improbable: que los votantes conservásemos la inocencia o recuperásemos la ilusión de 2014. Y me da que no: nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

El déjà vu, la sensación de que ya has vivido antes un suceso que experimentas por primera vez, es siempre un espejismo: un cortocircuito del cerebro, un fallo de la memoria, a menudo provocado por el cansancio. Va a ser eso.

Etiquetas
stats