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Desempleo y mortalidad

Javier Padilla

Investigadores españoles han publicado el Atlas de mortalidad en municipios y unidades censales de España (1984-2004)

En el año 1980 se publicó el “Informe Black”, en el que se evidenciaron las diferencias de mortalidad entre las diferentes clases sociales en el Reino Unido. En este estudio se observó como las desigualdades de mortalidad se distribuían siguiendo un gradiente (el llamado gradiente social), de modo que no afectaban solamente a las clases más desfavorecidas con respecto a las más privilegiadas, sino que se hacían patentes también entre las clases sociales intermedias. El informe, encargado a finales de los años 70 por el gobierno laborista, acabó guardado en un cajón de la entonces primera ministra, Margaret Thatcher. Sin embargo, la falta de consideración hacia las propuestas recogidas en el informe Black no impidió que se convirtiera en un icono del estudio de las desigualdades sociales en salud.

Recientemente, investigadores españoles han publicado el Atlas de mortalidad en municipios y unidades censales de España (1984-2004); en él se pueden observar diversos análisis sobre la mortalidad en las diferentes regiones de nuestro país, pero no cabe duda de que lo más llamativo son las diferencias norte-sur que parece mostrar la distribución de las razones de mortalidad estandarizadas (tanto en hombres como en mujeres).

Al ver ambos mapas es inevitable notar cómo ese gradiente social en salud del que hablábamos anteriormente también está presente en nuestro país, expresado esta vez de forma territorial. Las regiones del norte y centro tienen unas razones de mortalidad estandarizadas más bajas; las regiones del sur, con especial mención a las zonas de Huelva y Cádiz, presentan las razones más elevadas de mortalidad; entre ambos grupos encontramos regiones que representan esa transición -gradiente- entre las zonas con mayor y menor mortalidad.

Este fenómeno no es exclusivo de la distribución de la mortalidad. En los últimos años hemos podido ver en repetidas ocasiones cómo el desempleo también presenta una distribución muy similar. Como se puede observar en el siguiente mapa, las áreas que en el atlas muestran unas razones de mortalidad más elevadas durante los años del estudio, presentan en la actualidad unas tasas de paro superiores.

Lógicamente no se trata de una coincidencia casual. La relación entre el desempleo y la mortalidad se ha estudiado de forma extensa, pudiendo realizarse las siguientes afirmaciones al respecto de esta relación:

  • Los efectos del desempleo sobre la mortalidad dependen en gran medida de los mecanismos de protección, formales o informales, de los que disponga la sociedad en cuestión (McLeod 2012). La importancia de las estructuras sociales y las políticas de protección en la amortiguación de las crisis económicas es un aspecto que analizamos cuando en este mismo espacio escribimos acerca del libro “Por qué la austeridad mata”.
  • La larga duración del desempleo supone un factor relacionado con el incremento de la mortalidad tanto en hombres como en mujeres, aunque se comporta de forma distinta en cada sexo (Garcy 2012).
  • En época de crisis económica, la asociación entre desempleo y aumento de la mortalidad es más importante en población de mayor edad que en jóvenes (Montgomery 2013).

Otra iniciativa llevada a cabo en nuestro país que intenta mostrar de forma visual de qué manera los determinantes sociales influyen sobre la salud de las poblaciones es el Observatorio de Salud de Asturias; en los siguientes mapas podemos ver cómo la relación anteriormente comentada entre el desempleo y la mortalidad a nivel de España se reproduce cuando bajamos el nivel de representación hasta niveles más pequeños, representando concejos en lugar de provincias.

Podemos afirmar que los mapas del desempleo son un adelanto de los futuros mapas de la mortalidad. Tratar de revertir esta asociación es una tarea complicada, que debe partir del (re)conocimiento de esta relación y de las políticas disponibles para conseguirlo, haciendo realidad la frase de Michael Marmot, “if the major determinants of health are social, so must be the remedies” (si los mayores determinantes de salud son sociales, así deben ser las soluciones).

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