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Abengoa sale del concurso de acreedores pero continúa con los despidos

Sede de Palmas Altas, central de la multinacional, al sur de Sevilla

Javier Ramajo

Continuos expedientes de regulación de empleo, compensaciones a la baja, complementos salariales y gratificaciones impagadas, pagas extra aplazadas, indemnizaciones millonarias para los directivos... La sensación entre los empleados de Abengoa, que el martes que viene celebra junta general extraordinaria de accionistas para aprobar su nueva estructura empresarial, es la de estar financiando o sufragando la mala gestión que ha llevado a la multinacional a ser mucho menos de lo que un día fue. Una vez salvado el que hubiera sido el mayor concurso de acreedores de la historia de España y homologado por el juzgado el acuerdo de refinanciación, más allá de la quita de deuda y la llegada de fondos, la destrucción de empleo no se detiene.

Los trabajadores, al menos ahora, están representados, pero los años de opacidad y de esacasa transparencia en la empresa sevillana siguen siendo difíciles de superar. “Sigue habiendo miedo; la gente está poco convencida de defender sus derechos; es difícil arrastrarlos porque la costumbre del miedo está bastante arraigada e interiorizada”, apuntan José María González y Carlos Vázquez, presidentes de los comités de empresa de Abeinsa EPC y Abeinsa BD, dos del casi centenar de sociedades que forman parte del complejo tejido empresarial de Abengoa.

La multinacional sevillana, aunque los datos son confusos dentro y fuera de la compañía, ha reducido considerablemente el volumen de su plantilla en todo el mundo desde que hace un año anunciara un preconcurso: de empresa modelo y de cotizar en el IBEX 35 con unos 32.000 empleados a tener aproximadamente la mitad, unos 16.000 trabajadores. En Sevilla están algo más claros los empleos perdidos (de unos 2.900 a unos 1.600), según conocen “no sin esfuerzo” los representantes de los empleados, unas cifras quizá más representantivas de la proporción de la caída de empleo en la compañía: un tercio de personas ha salido de Abengoa en este tiempo.

El caso es que dos de las múltiples sociedades que componen Abengoa (Abeinsa EPC y Abeinsa Engineering) se encuentran actualmente en expedientes de regulación de empleo, suspensivos y extintivos. Estos días conocerán su alcance real, indican. En el caso de Abeinsa EPC es el tercer expediente desde julio del presente año, y son varias las sociedades que han pasado por otros expedientes que parece que seguirán la misma línea (Abeinsa BD, Abengoa Research, Abengoa Solar, Abengoa Solar NT, Abengoa Bioenergía NT, Abencor, Nicsa, Inabensa, etc.). Los movimientos también son físicos en la sede de la compañía, con sucesivas mudanzas internas entre los componentes de las sociedades, advierten los representantes, sin que se les informe de sus consecuencias o sus motivos.

“Cada proceso lleva a su tiempo”

Abengoa ni confirma ni desmiente. “Desde la compañía no se están haciendo más declaraciones acerca del proceso de ajuste de la plantilla que se comunicó en mayo”, indican a eldiario.es Andalucía fuentes oficiales. Entonces se anunciaba que la intención eran llevar a cabo “medidas de ajuste” que podrían afectar hasta a un 10% de su plantilla en España. Las fuentes de la empresa no aclaran las cifras a día de hoy o en qué punto de ese “proceso de reestructuración” se encuentran las sociedades que componen Abengoa. “Cada proceso lleva a su tiempo”, se limitan a señalar.

“El ambiente sigue siendo incierto en todos los sentidos” y a partir del próximo martes no saben a ciencia cierta si la apuesta será “desguazar la compañía o gestionar lo que hay”. Sin huir de lo que Abengoa ha supuesto pero con la vista en el futuro de la empresa, González y Vázquez representan una figura extraña hasta hace poco en la compañía, cuya sede central en Sevilla es conocida como 'Palmatraz'. Las medidas de control se han aliviado en parte pero la “inercia” lleva a muchos empleados a seguir el guión que viene marcando Abengoa desde hace años. 'Presumen', entre comillas, de que la voz de los trabajadores al menos ahora se escucha, y eso ya puede considerarse un logro en la empresa, a tenor de sus palabras, su experiencia y su interés en que ésta mantenga la actividad y el empleo en la mayor medida de lo posible, pero “bajo condiciones justas y dignas”.

“Durante mucho tiempo no se ha hecho nada por fidelizar al trabajador y eso se ha terminado notando en la producción, en el devenir de la empresa. A todo ello se le unió la crisis, y ahora no sabemos dónde vamos”, insisten, lamentando que se les informe “a retazos” del futuro de la compañía y que siga habiendo desinformación como hace un año cuando todo estalló.

“No concretan nada, pero lo que se siguen concretando son los despidos”, dicen. “Sabemos que el volumen de negocio es menor pero no tenemos datos que lo atestigüen”. Según lo que han podido conocer del acuerdo de refinanciación, prevén que Abengoa se quedará en una compañía centrada en ingeniería y construcción, con proyectos ligados al agua y la generación eléctrica. “Los trabajadores son los que mejor pueden hacer revivir Abengoa”, sostienen.

Un 'tour' con los representantes políticos

Los representantes, desde que en mayo accedieron al comité de empresa, llevan tiempo inmersos en una especie de 'tour' para hacer llegar sus reivindicaciones laborales a los distintos partidos políticos y transmitir su “inquietud” al respecto. Tienen la percepción de que “no se ha dado un uso político” de la cuestión y de que la lógica unanimidad en la defensa del empleo por parte de los grupos discurre paralela a que se trata de una empresa privada y que la influencia de las instituciones es limitada. Este martes viajan al Congreso de los Diputados, días después de que el Ayuntamiento de Sevilla aprobara una moción de urgencia sobre el asunto, de que el Parlamento de Andalucía, previsiblemente la próxima semana, apruebe una declaración institucional en el mismo sentido, o de que el Senado aborde también próximamente la cuestión.

“Queremos que todo este esfuerzo sirva para algo y que no se quede en declaraciones de buenas intenciones por parte de los políticos; que hagan valer sus armas”, señalan. “Históricamente, Abengoa ha sido receptora de muchas subvenciones en I+D y, según las previsiones, la I+D no tiene cabida en la nueva Abengoa; algo tendrían que decir las instituciones respecto a eso, porque algunas de esas ayudas se daban con ciertos condicionantes”, añaden. Apuntan además que están a la espera de poder concertar una cita con el consejero de Empleo de la Junta, José Sánchez Maldonado, para abordar el asunto.

Conscientes de la situación, pretenden “que el trabajador que se tenga que ir que lo haga en unas condiciones dignas” y lamentan la “fuga de cerebros” que los despidos o las bajas voluntarias está generando. En ese sentido, dan como válida la metáfora del barco que se hunde y lamentan que la empresa he dejado salir “mucho talento”. “Aplazar el pago de una indemnización a 20 días por año hasta el momento en que haya liquidez en la empresa en un contexto de preconcuro de acreedores roza la ilegalidad”, consideran, advirtiendo de la existencia de “contratos en fraude de ley”, empalmando obras y servicios durante muchos años seguidos.

Los representantes también denuncian los “oídos sordos” de la Inspección de Trabajo, el “descontrol” en la compañía y que la fama de “cortijeo” de la compañía no se aleja demasiado de la realidad. Ante todo ello, el “puto sinvivir” y la “incertidumbre” en que se ha convertido la labor de los trabajadores de Abengoa, “el verdadero pulmón de la empresa”, contrasta con las millonarias dietas que ahora trascienden de miembros del consejo de administración que ahora declaran en los juzgados.

Pérdidas millonarias

En la noche de este lunes, Abengoa emitía precisamente un comunicado en el que elevaba sus pérdidas en los nueve primeros meses del año a 5.413 millones de euros, frente a los 'números rojos' de 193,9 millones de euros del mismo periodo del ejercicio pasado, debido al reconocimiento de pérdidas derivadas del deterioro de determinados activos y a la ralentización generalizada del negocio.

En concreto, el grupo de ingeniería y energías renovables, que el pasado mes de septiembre alcanzó un acuerdo de reestructuración financiera con sus acreedores que ha sido homologado el pasado 8 de noviembre por el juzgado, registró pérdidas contables por importe de 4.227 millones de euros por la menor valoración de los activos de bioenergía en Estados Unidos, Europa y Brasil, así como de líneas de transmisión en el país sudamericano y de las plantas de generación en México y las plantas solares en Chile.

La compañía señaló que la aplicación de las medidas establecidas en su plan viabilidad ha conllevado el reconocimiento durante el tercer trimestre de una serie de pérdidas adicionales, que está previsto que sean compensadas una vez que se registre el impacto positivo derivado de las quitas y de la ampliación de capital contempladas en el contrato de reestructuración, permitiendo así restablecer el equilibrio patrimonial de Abengoa, así como la dotación de la suficiente liquidez para iniciar las operaciones previstas en el plan de viabilidad revisado.

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