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“Mi nombramiento forma parte de los requisitos de los acreedores”

Antonio Fornieles

Fernando Vicente

Antonio Fornieles, desde ayer martes, nuevo presidente de Abengoa, reconoce que la compañía “está en una situación crítica”, y que necesita “cerrar cuanto antes” con sus acreedores “una restructuración de la deuda financiera de la compañía en todos sus aspectos, incluida la necesidad de liquidez inmediata”.

Fornieles asegura que la salida de su antecesor, José Domínguez Abascal, forma parte del plan diseñado por los administradores de la compañía para cerrar ese acuerdo con los acreedores, y asegura que si ha “aceptado el reto” es “para cumplir con los requisitos” de sus acreedores, incluido su nombramiento, y porque “confiamos en cerrar ese acuerdo rápidamente”.

El nuevo presidente de Abengoa, de 57 años de edad, será ahora el que negocie con KPMG, la consultora que representa ante Abengoa los intereses de la banca acreedora. Fornieles conoce bien a sus interlocutores, y ellos también a él. No en balde, el que fuera director de la oficina de KPMG en Andalucía durante una década, llegó a ocupar después la dirección mundial de auditoría de la multinacional consultora.

Aunque reconoce, pues, que su nombramiento, y por tanto el cese de su antecesor, se debe al estado actual de las negociaciones con los acreedores de la multinacional sevillana, niega que la llegada de Domínguez Abascal a la presidencia el pasado mes de noviembre fuera una imposición de la banca acreedora, tras forzar la salida del hasta entonces máximo responsable que dirigía la compañía con mano ferrea, Felipe Benjumea. Así, explica Fornieles, el recién cesado “Domínguez Abascal era hasta el viernes consejero dominical por Inversión Corporativa”. Es decir, por la sociedad que aglutina la participación de las familias fundadoras y, por tanto, representaba los intereses de estas.

El consejo de ayer martes primero de marzo, también tomó la decisión de rescindir el contrato de asesoramiento que firmó con el ex presidente Benjumea tras su salida de la gestión ejecutiva directa de la compañía. Para Fornieles tampoco ello forma parte de una exigencia de sus acreedores, como se está interpretando en el mercado. Asegura que se hizo porque “no tendría sentido desaprovechar la experiencia de quien ha dirigido la empresa durante tantos años”, y que ahora el consejo no ha decidido dar por finalizado dicho “contrato de prestación de servicios, sino que se ha cumplido”.

Ahora el consejo, aún dominado por Inversión Corporativa, y por tanto por la familia Benjumea, ha sustituido a José Domínguez Abascal por Antonio Fornieles al día siguiente de hacer públicas unas pérdidas de más de 1.200 millones de euros durante el pasado ejercicio. Si su antecesor tuvo apenas tres meses para encontrar una salida viable para Abengoa, Fornieles dispone de pocas semanas para convencer a los acreedores de que su propuesta de restructuración de la deuda financiera no sólo es viable, sino que es mucho mejor para sus intereses que un concurso de acreedores.

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