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La Biblioteca Pública de Zaragoza tiene un 85 % menos de presupuesto para comprar libros que hace cinco años

El número de ejemplares ha aumentado gracias a las donaciones

Marta Salguero / Marta Salguero

Zaragoza —

No son muchas las novedades que pueden descubrirse en las estanterías de la Biblioteca Pública del Estado en Zaragoza, y así lo han comprobado sus usuarios en más de una ocasión. Encontrar ejemplares de reciente publicación es complicado, al contrario de lo que ocurría hace cinco años. Entonces, la biblioteca, situada en el edificio de Doctor Cerrada, donde también se ubica la Biblioteca de Aragón (que este año celebra su XV aniversario), contaba con un importante presupuesto para la adquisición de nuevos fondos.

En solo cinco años el presupuesto para la compra de novedades se ha reducido un 85 %, al pasar de los 166.352 euros con los que contaba en 2010 a los 22.500 de 2015, de los cuales 18.000 se destinan a libros y 4.500 a hemeroteca, según datos publicados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y facilitados por la dirección de la biblioteca.  

Tras una apuesta decidida por este centro en los años previos a la crisis, la biblioteca pública ha visto caer su presupuesto para compra de libros año tras año. La caída comenzó en 2011, cuando contó con 74.139 euros, una cantidad muy inferior a la del año anterior -166.352-, pero superior a la de los años sucesivos, ya que en 2012 esta cuantía fue de 43.209 euros y siguió bajando hasta tocar suelo en 2013 con 5.773 euros.

Con este presupuesto no han podido adquirir “novedades rabiosas” y han tenido que potenciar las “donaciones” para seguir incorporando ejemplares a sus estanterías, apunta el director de la biblioteca, Javier Villar: “Son los propios usuarios los que nos traen los libros”.

A la biblioteca llega material de personas fallecidas o de particulares que desean donar libros para que otros socios puedan disfrutar de un ejemplar que ya han leído. “Esto se ha hecho siempre en esta casa”, reconoce Villar, pero en los últimos años de crisis se ha potenciado todavía más.

De esta forma, a través de las donaciones, se ha conseguido que el número de fondos haya aumentado, pasando de los 185.018 libros de 2011 a los 196.389 en 2014.

“Ha habido anualidades que hemos dado de alta más libros que con un presupuesto generoso, gracias a donativos de particulares y de algunos de los autores locales que han presentado sus libros en la biblioteca, no así de las editoriales que no dan nada a las bibliotecas”, apunta.

Todos los libros que llegan se recogen, pero solo se incorporan al catálogo aquellos que puedan tener cierto interés para la biblioteca. Lo mismo ocurre con el material audiovisual. Por ejemplo, en los últimos tres no se ha comprado ningún disco nuevo, pero, en cambio, se ha recibido un donativo de más de 3.000 discos de un particular.

Horario reducido desde 2012

Además de la falta de novedades, el horario de apertura ha sido otra de las quejas expresadas por los usuarios de esta biblioteca en una encuesta de satisfacción realizada en 2014. Desde 2012, la biblioteca pública no abre sus puertas los sábados por la mañana (lo que ha perjudicado especialmente al usuario infantil), ni tampoco  las tardes de verano, a excepción del lunes.

“Como bibliotecarios no fue una medida de nuestro gusto y ya protestamos y nos manifestamos en su momento”, recuerda. Ahora, con un nuevo Gobierno autonómico, Villar asegura que, “lógicamente”, mantendrán una reunión para hablar de este y otros asuntos relacionados con la biblioteca y pedirán que se restablezca el horario anterior.

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