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Leonardo Anselmi: “Creíamos que el elefante bailaba porque estaba contento, pero estaba muerto de miedo”

Leonardo Anselmi en un acto de la campaña Catalunya Lliure d'Animals de Circ

João França

Barcelona —

Leonardo Anselmi es director de la Fundación Franz Weber para el sud de Europa y Latinoamérica y coordinador de la Asociación Animalista Libera! Ambas entidades promueven la campaña Catalunya Lliure d'Animals de Circ, que culminará este miércoles con la aprobación en el Parlament –con el apoyo de todos los grupos menos PP y Ciutadans– de la ley que prohibirá el uso de los animales en circos en toda Catalunya.

¿Cómo ha llegado la iniciativa en defensa de los animales del circo al Parlament?

En el 2008 empezamos una estrategia de avanzar para que en algunas ciudades donde había mucha tradición de que fueran circos con animales se prohibiera su uso. Básicamente motivados por dos razones: Primero nuestras razones como defensores de los animales, razones de carácter ético, y luego todo otro conjunto de razones que nos dimos cuenta que respondían a intereses vecinales, por ejemplo. Sucedía mucho que los vecinos se quejaban de los olores o de los ruidos de los circos con animales. Ahí encontramos los argumentos para avanzar políticamente en el asunto, no solamente con la concienciación de la gente. Sí que nos dimos cuenta que la mayor parte de los ayuntamientos comenzaba a estar de acuerdo con que los circos con animales eran un problema en las ciudades.

¿Un problema de qué tipo?

Por los animales que se abandonan, que acaban generando un gasto público muy grande, y también un peligro ciudadano muy grande; los que logran escaparse, también generan un gasto público enorme cuando tienen que ser abatidos o cuando tienen que ser recapturados; o cuando se hacen inspecciones, esto también se cobra un dinero del erario público, sobre todo cuando no se cumple la normativa y estos animales tienen que ser incautados. La administración tiene que hacerse cargo de esto, y esto es más habitual de lo que uno cree. Entonces vimos que había toda una serie de argumentos que iban mucho más allá de la ética, con respecto al trato con los animales, y entonces empezamos a hablar con los diferentes municipios. A día de hoy tenemos 99 municipios catalanes que han vetado la entrada de circos con animales. Estos municipios incluyen las ciudades más grandes, hasta el punto que hoy el 70% de la población de Catalunya vive en municipios a los que no se puede llevar un circo con animales. Cuando pasamos el 50% de la población creímos que ya era hora que la estrategia municipal pasara a una estrategia autonómica e ir al Parlament a decir: la política municipal ya ha hablado al respecto.

¿Cuántos circos con animales hay en Catalunya?

Tenemos datos muy alentadores. Los datos que manejábamos eran que solo el Circo Americano tenía residencia en Catalunya pero desde hace una semana nos han dicho que ya no, por lo que no habría ningún circo con animales residente aquí.

¿Y desde mundo del circo cómo se ha tomado vuestra campaña?

Hay posturas muy encontradas en el mundo del circo sobre esto. Hay personas que hasta creen que es bueno para el circo que ya no se usen animales porque el circo a veces tiene un estigma con respecto a esta cuestión. En los últimos 50 o 60 años han pasado dos cosas muy importantes. Una es que los seres humanos supimos que los animales no son máquinas, que pueden sufrir y que nosotros también somos parte del reino animal. Lo otro es que gracias a la tecnología hemos podido grabar cómo se trata a los animales en el circo. Antes creíamos que el elefante bailaba porque estaba muy contento pero en realidad bailaba porque estaba muerto de miedo. Si los niños supieran la forma en la que se trata un animal en un circo no querrían ir al circo. Es evidente. Por lo que los adultos tampoco podemos formar parte del engaño de unas empresas de cara a esos niños. Esta consideración también tiene que hacernos reflexionar si no tendríamos que haberlo hecho antes, pero nunca es tarde. Hoy por hoy Catalunya es uno de los referentes a nivel internacional en lo que a trato de animales se refiere.

¿Por qué crees que Catalunya es referente en la defensa de los animales?

Cuando hicimos el debate de los toros en 2010 hubo una antropóloga de la universidad de Valladolid, Mercedes Cano, que hizo una comparecencia fantástica. Había estudiado por qué razón pasaba esto en Catalunya y es increíble pero hasta hace cuarenta o cincuenta años Catalunya tenía el movimiento naturista más grande del mundo. Todo el movimiento naturista que hay en Argentina fue creado por catalanes que fueron para allá. En realidad hay una identificación, una identidad. Cuando se debatía lo de los toros me decían que esto era identitario y yo decía: sí, sí, los catalanes se identifican con la protección animal.

¿Y esta protección en qué se concreta?

Es la única autonomía de toda España donde no puedes matar animales en las perreras. El animal de compañía, el gato o el perro, aquí tiene un derecho subjetivo, y esto es único en toda la península, se parece a los otros países de Europa. En la Rambla se han reconvertido los puestos de animales, que son una tradición 100% barcelonesa que la gente quería mucho, pero se decidió que no era de esta época seguir vendiendo animales vivos de esa manera. Con respecto al tema de los circos en este momento en toda España debe haber unas 130 o 140 ciudades que tienen vetado el uso de animales en circos y 99 son catalanas. En todos los códigos civiles del mundo –de los países que son codicados– los animales se igualan a las cosas. Hay solo cuatro códigos civiles que no lo hacen. Uno es el catalán. Nos queda mucho trabajo por hacer, pero Catalunya, y sobretodo Barcelona, es uno de los grandes referentes mundiales de políticas públicas de protección animal.

Pero en cambio los correbous no se han prohibido como las corridas de toros.correbous

En este caso se dio una multifactorialidad. Para empezar que las corridas de toro generan más rechazo, porque son más conocidas. Los correbous fueron conocidos a partir de 2010 cuando se prohibieron las corridas de toros. Antes, gente en el propio movimiento animalista ni conocía su existencia. Y gracias a la ILP de los toros el debate de los correbous se llevó a la esfera pública, y eso es lo que nos va a permitir abolir los correbous en el futuro. A nosotros socializar un hecho nos cuesta mucho, no tenemos acceso a los grandes medios ni capital para poner publicidad. En realidad la primera ILP que a nosotros se nos ocurrió era sobre toros, circos, espectáculos con animales en general, pero son cosas que no se parecían en nada y el debate se merecía una profundidad. El debate de correbous ya lo tendremos. Yo creo que en el Parlament saben perfectamente que no lo van a evitar, no sé si ahora o dentro de cinco años. Lo vamos a tener cuando el rechazo a los correbous sea igual de grande y fuerte como fue el rechazo a las corridas de toros aquí, cuando la gente hacía cola para firmar esa ILP, algo que no lo pasa absolutamente a nadie.

¿Entonces la lucha animalista necesita unirse a las tendencias sociales?

Nosotros estamos constantemente en la calle sensibilizando, pero a nivel político, cuando tienes que prohibir, abolir o reformar algo, sin apoyo popular es imposible. Entonces cuando sentimos que tenemos el apoyo popular para algo, lo hacemos. Lo interesante es que la mayor parte de las leyes que llevamos a los parlamentos son aquellas que tienen también algunos argumentos antropocéntricos a favor. No solo los argumentos biocéntricos funcionan en estas ideas. En el caso del circo participamos en el engaño de niños, estamos poniendo en peligro la seguridad ciudadana, gastamos más dinero público… O sea: hay una serie de argumentos que también benefician al ciudadano. Y en Libera creemos que la mayor parte de las medidas en favor de los animales benefician a la sociedad, pero es un argumento que tenemos que socializar.

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