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Medio centenar de migrantes asiáticos, acampados contra su bloqueo en Ceuta: “Nadie nos informa”

Protesta frente a la Delegación del Gobierno de Ceuta de medio centenar de personas de origen asiático contra el bloqueo en la ciudad | Imagen cedida

Gabriela Sánchez

Llevan 19 días durmiendo en el suelo y al raso, frente al edificio de la Delegación del Gobierno en Ceuta. 46 hombres de origen asiático dejaron la cama y el techo del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) para denunciar su bloqueo en la ciudad autónoma y la imposibilidad de trasladarse a la península: “Tienen a todos los asiáticos bloqueados desde hace meses y no nos dicen por qué”, asegura Ahmed Rizwan, el portavoz del grupo de migrantes acampados, en conversación telefónica con eldiario.es.

“¿Por qué nos cierran las puertas a los asiáticos? Algo pasa y no sabemos qué es”, insiste el joven pakistaní, quien llegó a la ciudad autónoma hace casi once meses. Cada noche le acompaña medio centenar de personas procedentes de Bangladesh, Birmania, India, Sri Lanka y su país, Pakistán. Todos, de entre 20 y 40 años, solicitan al Ejecutivo su traslado a la península e información sobre el proceso.

Con una acampada levantada a los pies de su sede, la Delegación del Gobierno en Ceuta confirma que no se ha producido ningún traslado a la península de personas asiáticas desde febrero, aunque dice desconocer la causa. Según ha asegurado su portavoz a eldiario.es, el estudio de los expedientes de los recién llegados, que permiten aprobar su permiso para abandonar la ciudad, es competencia de la Secretaría General de Inmigración, que depende del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. A su vez, desde esta institución admiten no saber nada de su situación.

Los jóvenes relatan su incomprensión hacia los “diferentes criterios” de la administración en su decisión de permitir el traslado a la Península de quienes llegan de forma irregular a la ciudad autónoma. “Algunos llevamos casi un año esperando, las personas de origen subsahariano sí están saliendo con normalidad, cada semana aproximadamente”, añade el portavoz de la protesta.

La arbitrariedad en la determinación de los traslados de las personas que arriban de forma irregular a Ceuta y Melilla lleva siendo denunciada durante años por ONG y organismos internacionales. El Consejo de Europa exigió al Gobierno en 2015 establecer “normas y plazos” en la estancia de los migrantes en las ciudades autónomas. El comisario de Derechos Humanos de la institución, Nils Muiznieks, solicitó entonces “transparencia y claridad sobre a quién trasladan y en qué momento”.

“Queremos pedir asilo, pero no aquí”

En un buen castellano, Rizwan es la voz del resto de sus compañeros de protesta. Ninguno de ellos, indica, ha solicitado asilo en Ceuta, precisamente, para no permanecer aún más tiempo bloqueados a las puertas del espacio Schenguen. La razón reside en una práctica realizada por la administración muy criticada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados: quienes piden protección internacional en la ciudad autónoma se ven atrapados en ella hasta la resolución de su solicitud, lo que se puede alargar durante varios años.

“No ha lo ha pedido nadie todavía porque, si solicitamos asilo aquí, vamos a tener que aguantar hasta tres años sin poder salir a la Península. Muchos queremos pedirlo, algunos quieren hacerlo en otros países de Europa”, añade.

La prohibición a la libre circulación por España de las personas que piden asilo en Ceuta ha sido cuestionado recientemente por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. A finales de octubre, el juzgado reconoció en una sentencia el derecho de un solicitante de asilo que se encontraba en Ceuta a trasladarse a la Península. Según recoge Europa Press, la Comisaría de Extranjería y Fronteras y posteriormente, la Dirección General de la Policía negó el derecho del denunciante de viajar libremente, como se hace habitualmente.

Rizwan aprendió español durante los más de dos años que residió en Benidorm. El pakistaní ya pasó por un complicado viaje migratorio en 2007. Dejó su país rumbo a Rusia, adonde llegó en avión con visado. Desde allí, comenzó un largo camino “en coche y andando” para sortear frontera tras frontera: “Arabia Saudí, Kosovo, Serbia, Bosnia, Croacia, Italia y, finalmente, llegué a España”, enumera el hombre, que ahora vuelve a intentarlo a través de la frontera sur, después de haber cruzado de Castillejos (Marruecos) a la ciudad española en patera.

Una deportación forzosa está detrás de la ruptura de su vida en España en 2010. “Lo asumí, regresé con mi familia y he estado con ellos todo este tiempo. Pero las circunstancias han vuelto a complicarse. Algunos familiares me han amenazado de muerte y tengo problemas políticos en mi país”, describe, sin dar muchos más detalles.

El pakistaní le pasa el teléfono a su compañero Dubayed, de origen bengalí. Su viaje con destino Europa se remonta a tres años atrás. Después de pasar por Arabia Saudí, Argelia, Marruecos, alcanzó Ceuta en patera en febrero. “Quiero empezar a trabajar para enviar dinero a mi familia pero aquí es imposible. ¿Por qué los asiáticos no podemos ir a la Península? No lo puedo entender, por eso llevamos aquí 19 días”.

“Es duro. Estamos durmiendo en el suelo y por las noches ya hace mucho frío. Pedimos una solución”, concluye el joven bengalí.

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