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Mazda 3, o la historia de un modelo a contracorriente

Los cambios en la carrocería del Mazda 3 2017 son discretos.

R. T.

Todo cambió en 2012, cuando Mazda en pleno declive de sus ventas introduce dos nuevos conceptos en el argot del marketing automovilístico, Skyactiv y KODO, acompañando a su primer SUV de tamaño razonable (ya tenía un CX-7 demasiado grande para los cánones europeos), el CX-5. A partir de entonces, la nueva Mazda expande sus innovaciones al resto de modelos de la gama (2, 3, 6 y MX-5) y lanza al mercado al hermano pequeño del CX-5, el CX-3.

Ambos SUV a la moda han relegado a un segundo plano al Mazda 3, antaño bastión de ventas del fabricante de Hiroshima. Pues bien, tres años después, la actual generación del turismo medio japonés recibe una renovación (modelo 2017) que afecta (ligeramente) al diseño exterior e interior y más en profundidad al equipamiento y al dinamismo del coche.

Te cuento que, si eres despistado o sigues con distancia la actualidad del mundo del motor, te costará encontrar los cambios estéticos en el nuevo Mazda 3. Los detalles implementados son mínimos: una parrilla frontal más grande, faros que ahora pueden ser Full LED, nuevas llantas y más colores para la carrocería. Sin cambios en sus dimensiones, el habitáculo gana en calidad general percibida (tapizados y embellecedores, cuadro de instrumentos) y en el tacto de los materiales (volante y botonería de la consola).

No hay cambios en la oferta mecánica, a la espera de que en febrero llegue el motor diésel pequeño, un 1.5 litros de 105 CV de potencia. Hasta entonces, la oferta de gasoil estará representada únicamente por el 2.2 de 150 CV. Por su parte, las motorizaciones de gasolina -las que más vende Mazda- tienen tres versiones: 1.5 l 100 CV, 2.0 l 120 CV y 2.0 l 165 CV, justificando su buena acogida por el equilibrio entre prestaciones y consumos de mecánicas sin turbo y de cilindrada grande para los tiempos que corren.

Basado en el Mazda 6 y CX-5, el bastidor sigue siendo uno de los puntos fuertes en este Mazda 3 2017. Dinámicamente, el renovado compacto -que también se vende con una carrocería de tipo berlina, SportSedan- incluye retoques en las suspensiones y mejoras en el aislamiento del habitáculo reduciendo las vibraciones. Pero lo más importante es la introducción del G-Vectoring Control (GVC), estrenado en el 6.

El GVC es un sistema electrónico que, mediante un control del motor, la transmisión y el chasis, mejora la conexión entre coche y conductor, variando el par motor para equilibrar la carga en cada rueda. Simplificando mucho, incrementa el agarre del neumático sobre el asfalto y la precisión en el guiado de la dirección, optimizando la estabilidad en todo tipo de curvas.

La gama Mazda3 2017 parte de 17.759 euros -descuentos aparte- en su versión más básica. A partir de los acabados intermedios y superiores es cuando se aprecia la ganancia en el equipamiento de serie, incorporando algunas de las novedades del nuevo modelo, como, por ejemplo, un Head-Up Display que ahora es a color y proyecta más información, o el freno de mano electromecánico.

En seguridad activa, Mazda evoluciona el sistema i-ACTIVSENSE gracias a una nueva cámara frontal que incluye el sistema de reconocimiento de señales y la frenada de emergencia, ahora con detección de obstáculos de mayor alcance, capacidad para detectar peatones en ciudad y actuar sobre los frenos, y también la activación de éstos en autovía a velocidades de hasta 160 km/h ante un impacto inminente.

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