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Mario Kart 8 - Análisis Wii U

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Jaime Pérez

Madrid —

Intentar describir con pocas palabras en qué consiste una entrega de Mario Kart es fácil, al fin y al cabo es un juego de carreras de karts por circuitos disparatados, personajes carismáticos y armas de lo más extravagante, pero quien haya jugado en otras ocasiones a un título de esta mítica saga, sabrá que es mucho más que todo eso. No se trata únicamente de una de esas obras que definen a la Gran N, es más bien uno de sus abanderados, un juego que creó escuela y que llegó a proporcionar una desproporcionada cantidad de horas de diversión a millones de jugadores.

Tras su paso por todas las plataformas de Nintendo desde su primera aparición en 1992, la cita con Wii U era tan obligada como necesaria dada la situación que atraviesa la consola y su famélico catálogo de juegos. Todavía quedan muchos grandes títulos por ver, pero si hay uno que puede provocar un golpe de efecto y convertirse en revulsivo para enderezar la situación, ese es sin duda, el gran Mario Kart.

El planteamiento de Mario Kart 8 es tan directo como de costumbre, manteniendo una fórmula tan fiel a sus raíces, que cualquier fan de la saga se sentirá como en casa la primera vez que se ponga al volante. A diferencia de algunas entregas anteriores donde se modificaron levemente las técnicas que conducción en un intento fallido por depurar algunos aspectos del juego, Mario Kart 8 respeta escrupulosamente sus orígenes, regresando a una fórmula que funcionaba a la perfección y que de hecho, fue la principal responsable del éxito sin precedentes que vendría en los años posteriores.

La pregunta que siempre cabe hacerse cuando un título se aferra de esa forma a un enfoque clásico, es si aporta novedades suficientes o si por el contrario, recurre al reciclaje descarado. Siendo objetivos, hay que tener claro que Mario Kart 8 innova más bien poco, pero contra todo pronóstico y muy al contrario de lo que diríamos con casi cualquier otro juego, podemos pasarlo por alto.

¿El motivo? Muy sencillo, el juego es tan endiabladamente divertido, que la innovación, sin que sirva de precedente, pasa a segundo plano sin provocar el más mínimo desencanto. Mario Kart 8 además aporta algunas características que ayudan a restar importancia a su continuismo sin tapujos, como el mejor aspecto visual que ha lucido la serie en toda su historia, o uno de los mejores diseños de circuitos que recordamos.

Una joyita visual

Una joyita visualLo primero que hay que tener en cuenta, al igual que pasaba con juegos como Mario 3D World, es que se trata de la primera vez que disfrutamos de estas inigualables carreras de karts en HD, algo que siempre ayuda a que el juego entre por los ojos y nos cautive a los pocos segundos de que la luz del semáforo se ponga verde. Pero más allá del número de píxeles en pantalla, Mario Kart 8 luce un aspecto extraordinario, de hecho, es tan bonito, que casi nos hace olvidar las limitaciones técnicas de Wii U porque el trabajo realizado por Nintendo para este título es sencillamente colosal.

Desde la profundidad del campo de visión, a los juegos de luces, pasando por la riqueza de detalles en cada escenario, todo lo que se ve en pantalla luce de maravilla y nos ofrece el que probablemente sea el título de mayor calidad visual en la consola hasta la fecha. El diseño de los circuitos pone la guinda del pastel, porque como decíamos, nos atrevemos a afirmar sin que nos tiemble el pulso, que nos encontramos con los mejores escenarios de la serie, y eso amigos míos, es mucho decir.

Gran parte de los circuitos cuentan con una ambientación que resultará muy familiar a los fans de la saga, como la Jungla DK, el Circuito Mario o el siempre presente Castillo de Bowser, sin embargo, también veremos algunas ambientaciones inéditas como un aeropuerto, un parque acuático o una ruta celeste por las nubes.

Una de las pocas novedades reales que plantea Mario Kart 8 son los trazados antigravitatorios, algo los nuevos trazados de esta entrega explotan a la perfección, pero que en realidad se trata de un añadido meramente estético, porque una vez nos metemos en faena las diferencias entre correr en tierra firme o por una pared vertical no alteran demasiado la experiencia. Eso sí, si conseguimos mirar más allá de la carretera, nos orientamos, y situamos nuestra posición respecto al resto del escenario, el resultado es tan espectacular que en ocasiones llega a provocar una cierta sensación de vértigo. A esto se suma el hecho de que muchos de los trazados sacan provecho de esta verticalidad por su temática concreta, dando lugar a algunas de las secciones más impactantes vistas en la serie como una gigantesca catarata o el frenético descenso de la montaña de Wario.

A pesar de todo, Mario Kart 8 sigue con la tradición de las últimas entregas y aunque nos trae los 16 nuevos circuitos de rigor, también recupera otros 16 circuitos de entregas anteriores. Muchos de estos circuitos son auténticos clásicos y otros más recientes de las versiones de Wii y 3DS, y aunque todos ellos tienen su encanto y se han adaptado a las mecánicas antigravitatorias, ni de lejos cuentan con la calidad de las nuevas incorporaciones.

Las posibilidades: modos de juego y personajes

Las posibilidades: modos de juego y personajesLas distintas modalidades tampoco nos deparan grandes sorpresas y veremos los clásicos Grand Prix a cuatro carreras, las pruebas contrarreloj, y los distintos modos multijugador que nos ofrecen la posibilidad de competir en carreras personalizadas, torneos o el archiconocido modo batalla. La incorporación más novedosa es sin duda Mario Kart TV, que nos permite revivir los mejores momentos de nuestras carreras, editarlos e incluso compartirlos con la comunidad online, algo que aunque no enriquece la experiencia jugable, sorprende por unas tomas especialmente cinematográficas y una cámara lenta que permite ver detalles que de otra forma pasan desapercibidos. Es una idea sencilla pero tremendamente efectiva, porque la locura y el frenesí de las carreras de Mario Kart siempre dejan algún momento que vale la pena capturar.

Donde sí encontraremos alguna que otra sorpresa es en un plantel de personajes más amplio que de costumbre, y en el repertorio de armas, que aunque recupera muchos de los objetos de ediciones anteriores, incluida la entrega de 3DS, nos brindará alguna que otra herramienta de destrucción como la planta carnívora o un altavoz capaz de golpear a otros corredores cercanos con su onda sonora. Mario Kart 8 acierta de pleno al apostar por la fórmula clásica, pero sabe aprovechar de forma magistral algunas de las buenas ideas que ha ido dejando la saga, como el uso de monedas para ganar velocidad durante la carrera o la posibilidad de desbloquear objetos con los que personalizar nuestros vehículos.

Quizás una de las características que nos han dejado peor sabor de boca es el uso del Gamepad, que aunque nos permite seleccionar la información que queremos ver en la pantalla táctil, lo cierto es que resulta casi imposible sacarle provecho, porque las carreras son demasiado frenéticas como para estar apartando la mirada hacia una pantalla secundaria. Peor aún es la oportunidad perdida para que dos jugadores puedan disfrutar cada uno de una pantalla completa jugando en la misma consola, por curioso que parezca, la pantalla partida se muestra tanto en la TV como en el propio gamepad, una decisión que resulta como mínimo, cuestionable.

Aun así, Mario Kart 8 es uno de esos juegos que invita a reunirse y ofrece esa faceta en peligro de extinción que supone el juego local en grupo, las risas están garantizadas. Pero que nadie se alarme, porque también dispondremos de un modo multijugador online en condiciones que nos permitirá competir en torneos, en carreras personalizadas, en batallas, o incluso en un Grand Prix junto con un amigo a nuestro lado en la misma consola. La experiencia ha sido completamente satisfactoria, aunque en el momento de escribir estas líneas el juego todavía no ha llegado a las tiendas, por lo que los servidores se encuentran muy poco abarrotados. Habrá que ver cómo se comporta cuando llegue la avalancha que presumiblemente se avecina.

Conclusiones

ConclusionesMario Kart 8 es una joya de esas que sólo Nintendo sabe hacer, un juego directo, divertido a rabiar y que apuesta por esa fórmula que todos conocemos, que además funciona a las mil maravillas. Cuenta con el mejor aspecto visual de su historia y un diseño de circuitos escandalosamente atractivo, lo cual, junto con algunas de las incorporaciones consigue una experiencia casi redonda.

Es tan divertido que cuesta penalizar su falta de innovación. Realmente aporta poca cosa a la propuesta de ediciones anteriores, siendo casi igual en su planteamiento a su séptima entrega. Sólo si esperas una revolución podrás sentirte decepcionado, porque si has disfrutado como un enano con cualquier Mario Kart anterior, ya te adelantamos que te resultará imposible no disfrutar tanto o más, con esta nueva entrega.

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