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Reenfocar el maltrato tiene premio

Tres de los ganadores tras ser recibidos en Vitoria-Gasteiz por el Ararteko en funciones.

Natalia González de Uriarte

La sutileza con que cuatro jóvenes estudiantes de Vitoria han conseguido retratar el maltrato en un corto de solo dos minutos de duración les ha hecho merecedores del primer galardón del Concurso Nacional por la Igualdad y contra la Violencia de Género. La cinta no deja indiferente a quien la ve pese a que muestra, casi hasta los últimos 30 segundos, escenas de aparente normalidad. El resto del metraje es el que desvela, que en contra de lo que parece, esas idílicas imágenes de una pareja pueden esconder otra realidad. Es entonces cuando la cámara reenfoca para destapar comportamientos violentos ocultos.

Lo que vienen a contar estos jóvenes y así lo evidencia también el título de su obra, “Abre los ojos”, es que la sociedad, para acabar con la lacra de la violencia de género, debe mostrarse dispuesta a verla, denunciarla y combatirla. “Preferimos ver las cosas buenas. Eso no hace que las malas desaparezcan”, concluyen el proyecto audiovisual a modo de moraleja. “Queríamos jugar con el espectador”, confiesa Mikel Hernando y esa pretensión se cumple con creces en la escueta pieza destacada por el jurado del concurso organizado por la Fundación Mutua Madrileña en el que han competido 187 trabajos. Los ganadores, estudiantes de audiovisual del Instituto Mendizabala de Vitoria recibirán un cheque de 5.000 euros y el compromiso por parte de las empresas organizadoras de difundir la campaña.

Una jornada de grabación

Tres de los premiados han sido recibidos por la Ararteko en funciones Julia Hernández y en ese encuentro han desvelado detalles sobre el rodaje. “La grabación nos llevo solo un día. El montaje ya fue más complicado. Y para elegir la canción necesitamos toda una semana”, relatan. Reconocían que nunca antes habían abordado una temática tan delicada y que partían para hacerlo de una condición indispensable: plasmar el problema desde una óptica diferente. “No queríamos recurrir a los tópicos de siempre ni tampoco tirar de imágenes crudas e impactantes de mujeres golpeadas. Preferíamos partir de un ejemplo de cómo sí deben ser las relaciones. Y luego establecer ese doble juego que se ve en el vídeo”, explica Mikel Hernando. Tras la exitosa experiencia no descartan regresar a los temas sociales en sus futuros trabajos, que pretenden emprender juntos dado lo fructífera que ha resultado su unión. Primero continuarán su formación en Madrid, a donde se trasladarán en breve los cuatro para completar sus estudios.

Este acercamiento a la violencia doméstica les ha permitido reflexionar de una forma más pausada sobre el fenómeno que lejos de disminuir aumenta entre los jóvenes. “Esta a la orden del día. Nosotros lo vemos. Y más que entrometernos directamente, aconsejamos a las personas afectadas para hacerles ver esa realidad que se disfraza de normalidad”, ha confesado Janire Barneto, autora y una de las protagonistas de la cinta. Los tres coinciden, la educación es primordial para combatir la violencia doméstica, de género o machista, pero a su juicio se equivocan los cauces para llegar a los estudiantes y prevenirla. “Las charlas para sensibilizar sirven de poco. Los mensajes deben lanzarse en aquellos lugares donde nos movemos los jóvenes, a través de la redes sociales e Internet”. Por su parte Janire hace hincapié en los modelos femeninos que se venden a las adolescentes a través de televisiones, revistas y publicidad. “Lo único que se pide a las mujeres es que estén monísimas para triunfar entre los chicos. Nada de formación intelectual, ni de valerte por tí misma. Solo cuenta el físico. Eso no ayuda”, agrega Janire Barneto.

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