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Carnicer: Los políticos tienen que aprender a pactar como hacen los abogados

Carnicer: Los políticos tienen que aprender a pactar como hacen los abogados

EFE

Madrid —

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La incertidumbre que rige el nuevo escenario político tras las elecciones no lo es tal para la Abogacía, una profesión acostumbrada a los pactos que tanto temen ahora los partidos: “Los políticos deben de aprender de los abogados porque somos pactistas”, afirma su presidente, Carlos Carnicer.

En una entrevista con Efe antes de abandonar la presidencia del Consejo General de la Abogacía que ha ocupado durante los últimos quince años, Carnicer rechaza que las elecciones dibujen un panorama de ingobernabilidad por las posturas enfrentadas y contradictorias de los partidos. “Como abogados, ese es nuestro día a día y al final llegamos a acuerdos”, explica.

“Se va a producir un ejercicio muy sano de pactismo que va a permitir negociar y pactar”, augura Carnicer, que tiene claro que el panorama que dibuja el resultado electoral supone una oportunidad para todos.

Más aun para la abogacía. “Queremos que se nos escuche en los proyectos legislativos porque todos nos afectan y porque los abogados no buscamos otra cosa que el acuerdo, aunque a veces parezca imposible”, precisa.

“Con una mayoría absoluta es muy difícil pactar”, comenta Carnicer recordando el enorme distanciamiento que se produjo en la primera etapa de la pasada legislatura cuando Alberto Ruiz-Gallardón era el ministro de Justicia.

Echando la vista atrás, el letrado asegura que el Gobierno “inició la legislatura demasiado confiado en el rodillo” con “una tramitación vertiginosa de leyes intentando coger a contrapié a otras instituciones” que forzó a la Abogacía a movilizarse contra las tasas judiciales y la reforma de la Justicia Gratuita.

Todo lo contrario de lo que aconteció con Rafael Catalá, cuyo viraje al frente de Justicia acercó posturas con la Abogacía. “No estoy satisfecho con sus cambios pero reconozco que de los textos que se proponía llevar al final hay un abismo”, asevera.

Antes de abandonar Madrid, Carnicer enumera las urgencias que deberá afrontar el próximo Ejecutivo que pasan por dotar de más medios a la Justicia, reforzar la independencia judicial, mejorar las auditorías y un completo desarrollo tecnológico de la Administración.

Sin olvidar las que han sido sus dos grandes apuestas personales al frente de la Abogacía: la defensa de los Derechos Humanos, últimamente más si cabe con el caso de los refugiados, y la dignidad hacia los letrados del turno de oficio a los cuales define como “los grandes olvidados y sacrificados de la Justicia”.

Para solucionar todos sus problemas, es decir, para recobrar las tablas salariales, “sólo hace falta voluntad para hacer cumplir las leyes”, dice, en alusión a que la legislación vigente recoge que el turno de oficio tendrá una retribución digna y “eso no se cumple”.

Muchos de estos abogados se encuentran entre los 1.500 letrados que se ofrecieron para defender los derechos de los refugiados. “A veces la defensa es pasar la mano por el hombro”, manifiesta Carnicer, que denuncia que “el Gobierno no está actuando nada bien” al denegar, según él, más de la mitad de los asilos que se solicitan.

“Huyen de la guerra, se juegan la vida, pasan las peores calamidades pero parece que hemos hecho una coraza individual y colectiva hacia ellos”, lamenta Carnicer, que se pregunta dónde están los más de 15.000 refugiados que España se comprometió a acoger.

Y apunta a los medios de comunicación. “Quizás ustedes sepan algo más porque nosotros no tenemos noticias”, comenta el letrado, que abandona la presidencia de la Abogacía para dejar paso a otro. Vuelve al mismo despachó del que salió en su Zaragoza natal hace más de quince años. “No soy de puertas giratorias”, concluye.

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