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Los retos de nuestro sector exterior

Reyes Maroto

Desde el inicio de la crisis las buenas noticias en el terreno económico han sido escasas. Más bien hemos sido testigos de una serie encadenada de malas noticias que empezaron con la crisis financiera derivada de las hipotecas suprime, que dio paso a una crisis económica y posteriormente a una crisis de deuda. Y entre tanta crisis las bases del crecimiento de la economía española se han ido debilitando y se han puesto de manifiesto los desequilibrios estructurales sobre los que se asentó el llamado “milagro español”. Desequilibrios como el elevado peso del sector de la construcción que llegó a representar el 14% del valor añadido bruto (VAB) y a ocupar a 2,7 millones de empleos equivalentes a tiempo completo según los datos de la Contabilidad Nacional de España. Hoy, cinco años después del inicio de la crisis, la construcción aporta el 8,3% del VAB y emplea a 952.000 personas, y este ajuste parece que aún no ha tocado fondo.

Un segundo desequilibrio se refiere al elevado endeudamiento que alcanzaron tanto el sector privado (hogares y empresas) como el sector público durante la etapa de crecimiento, y que suponen un freno al crecimiento ya que el sector privado no consume ni invierte porque se está desapalancando y además le afecta la falta de crédito y la difícil situación laboral. Por lo que respecta al sector público no podemos esperar a que contribuya a animar significativamente la demanda agregada por el intenso proceso de consolidación fiscal marcado por Europa. Estos condicionantes no sólo lastran la recuperación de la economía española en la actualidad sino que su corrección tardará varios años.

Un último desequilibrio al que me referiré es el déficit comercial que llegó a situarse en el 6,7% del PIB. Sin embargo se ha producido una notable reducción de este déficit y en 2012 se ha conseguido un superávit del 1%. Detrás de este resultado se encuentra tanto la debilidad de la demanda interna, como el fuerte avance en las exportaciones de bienes y servicios. Sin embargo, los últimos datos nos indican que se está ralentizando el crecimiento de las exportaciones, sobre todo las de bienes, y en un momento como el actual en el que existen muchas limitaciones para hacer crecer la demanda interna, es necesario recuperar el dinamismo del sector exportador.

En estos momentos la debilidad del crecimiento en los principales socios comerciales españoles (principalmente, la Unión Europea) obliga a las empresas exportadoras españolas a buscar nuevos mercados, por ejemplo, en economías emergentes. El acceso a nuevos mercados puede ayudar a que el sector exportador continúe o incluso incremente su contribución positiva al crecimiento de la economía española. Además, la presencia española en el exterior está por debajo de nuestra capacidad potencial, como muestra el menor grado de apertura de la economía española. Para elevar el grado de apertura, un elemento clave es incrementar el número de empresas exportadoras y su regularidad. Un tercer factor clave para el crecimiento del sector exportador español son los servicios que actualmente tienen un insuficiente peso para el potencial que podrían tener en una economía como la española.

Son muchas las oportunidades que brinda el sector exportador y para aprovecharlas es necesario diseñar una estrategia para incrementar la capacidad exportadora de las empresas españolas y su internacionalización. En un reciente informe de la Fundación IDEAS titulado “Hacia una economía abierta: IDEAS para el crecimiento en el horizonte 2020” propone una agenda con cinco ejes de actuación:

  1. Más empresas en el mundo. Esta línea tiene como finalidad aumentar la base exportadora, es decir, incorporar a la actividad exportadora más empresas. El incremento del número de empresas exportadoras es clave para establecer un nuevo modelo equilibrado del comercio exterior que aporte más crecimiento al PIB. Una propuesta es crear un Portal de Oportunidades para la Exportación y la Internacionalización (POEI).
  2. Más coordinación de instrumentos en política comercial. La finalidad de esta línea es reforzar la cooperación y coordinación de todos los actores en materia de promoción exterior (instituciones públicas y sector privado) para conseguir una planificación de las iniciativas más eficaz en el apoyo a las empresas con vocación exportadora. Una propuesta es crear la Agencia “España Global” que integre todos los servicios que actualmente se están ofreciendo desde las distintas administraciones públicas que actúan en el campo de la internacionalización empresarial.
  3. Más financiación para apoyar a la internacionalización de las empresas. Esta línea tiene como finalidad apoyar las necesidades financieras que requieren las empresas para impulsar su expansión en los mercados exteriores. La facilidad de acceso a recursos financieros resulta fundamental para la competitividad empresarial y determinante a la hora de abordar un proyecto de ampliación del negocio en el exterior. Una propuesta es crear una Ventanilla Única de Inversión (VUI) destinada a financiar los procesos de internacionalización de las empresas españolas y los proyectos de implantación de empresas extranjeras en el territorio español.
  4. Diferenciación y diversificación. Esta línea tiene como finalidad incorporar a la actividad exportadora a más sectores y destinos distintos a los tradicionales para aprovechar las ventajas del mercado global. Una propuesta es crear el Programa “Redes Emergentes” para apoyar a las empresas exportadoras en la búsqueda de nuevos mercados.
  5. Más capacitación y habilidades en comercio exterior. Esta línea tiene como finalidad mejorar la formación en internacionalización del personal de las empresas, principalmente, las PYMEs, y preparar a futuros profesionales de comercio exterior para su posterior incorporación en las empresas. Una propuesta es crear una nueva plataforma llamada “Formar en comercio exterior” que será gestionada por la Agencia “España Global” y cuya finalidad será apoyar la transferencia de los conocimientos en comercio exterior a las PYMEs y el suministro de más recursos humanos especializados.

Esta agenda es necesaria porque como he comentado las exportaciones están perdiendo dinamismo. Pero debe ir acompañada por otros elementos que configuren una estrategia más amplia para recuperar la senda de crecimiento y creación de empleo. No podemos esperar que el sector exportador solucione el déficit de crecimiento de nuestra económica, es también urgente recuperar el dinamismo de la demanda interna a través de medidas que incentiven el consumo y la inversión.

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