Luchas por el poder en UPA-A
“El problema es que quieren el control de Andalucía a toda costa”. Ésta es una de las causas, según Agustín Rodríguez, secretario general de UPA (Unión de Pequeños Agricultores) de Jaén desde 1993 y de UPA-A desde 2003, de que el pasado jueves, 29 de octubre, la dirección nacional de la organización decidiese destituirlo junto con todos los miembros de la ejecutiva en Andalucía, así como de las de Cádiz, Granada, Huelva, Córdoba y Sevilla. La dirección nacional también decidió emprender actuaciones de carácter disciplinario contra él y contra Montserrat Moyano, secretaria de Organización y Finanzas, por considerarlos máximos responsables, como representantes legales de UPA-A, de faltas muy graves que perjudican notablemente a la organización.
Este martes una delegación de la dirección nacional comenzaba a tomar las riendas, desplazándose a Sevilla con el objetivo de constituir una comisión gestora que se haga cargo del control de la organización en Andalucía hasta la celebración de un congreso, aunque se han encontrado la oficina cerrada. Insisten en que la dirección de UPA-A está suspendida de sus funciones, que ya no ocupan oficialmente sus cargos y que no pueden convocar reuniones ni nada.
La provincia de Jaén era escenario de la resistencia. El propio Agustín Rodríguez, arropado por más de un centenar de afiliados, miembros de la dirección regional y de las distintas comisiones provinciales, a excepción de la secretaria general de Almería, anunciaba a los medios de comunicación que UPA-A lo ratificaba como secretario general y a toda la dirección regional, al tiempo que acordaba tomar todas las medidas necesarias para garantizar la independencia de la organización y la salvaguarda de sus órganos.
Insisten en que todavía no tienen ninguna notificación por parte de la dirección nacional de que hayan sido destituidos, que las noticias les han llegado por los medios de comunicación y que cualquier decisión que se pueda adoptar en relación a sus puestos tendrá que ser notificada por un juez. “Esta organización tiene personalidad jurídica propia desde su nacimiento. Tiene sus estatutos, que recogen claramente que el único órgano competente para separar del cargo es el comité de UPA-A”, alegan. La batalla está servida.
Viejas disputas por distintos modelos
Una lucha que no es nueva y que parte de las diferencias en el modelo de organización que defienden. Y que para UPA-A se centra en la agricultura familiar, de gente pegada al territorio. En paralelo, mantienen una unidad de acción con otras organizaciones como Areda (Asociación de Regantes de Andalucía) y COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos). Por su parte desde Madrid creen que “ningún órgano de gestión territorial, sectorial o federal de UPA puede ser considerado ni manejado como un coto privado”.
También acusan a la dirección regional de la UPA de no pagar las cuotas desde 2012, ante lo que Agustín Rodríguez ha respondido que ellos no tienen competencia, y así lo recogen los estatutos, de gestionar las federaciones de cada provincia. Son ellas las que las cobran a los afiliados y los que hacen las liquidaciones correspondientes con la UPA a nivel nacional y con UGT (Unión General de Trabajadores), su organización de origen.
Reconocen que algunas de las direcciones provinciales no han hecho efectivas las cuotas a la dirección federal, pero la razón es que están en una situación muy precaria desde el comienzo de la crisis, al igual que resto de la organización y que no son las únicas del país que no las pagan. La UPA recibe a nivel nacional dinero del Gobierno de la Nación, las direcciones provinciales, no. Y si no tienen dinero para pagar a sus empleados y mantener una mínima estructura para prestar sus servicios desaparecen, en palabras de Agustín Rodríguez.
Se da la circunstancia de que Agustín Rodríguez está vinculado a la UPA desde su nacimiento. Se afilió a la organización unos meses después de que se creara en la provincia de Jaén y es su secretario general desde 1993. Diez años después, en 2003, fue elegido secretario general de UPA-A en sustitución de José Luis Gutiérrez, que llevaba al frente de la organización desde hacía 12 años.
Después ha sido reelegido en tres ocasiones (2006, 2010 y 2014). La última vez, con el 98% de los votos en el sexto congreso de la organización, que aprobó con el mismo porcentaje el informe de gestión de la ejecutiva regional en los últimos cuatro años, ante la presencia del secretario general de UPA, Lorenzo Ramos. Pero no han sido pocas las presiones en la última década para que deje el cargo. Lo que le ha costado más una baja por depresión.
“El problema es que quieren el control de Andalucía”, que con 100.000 afiliados acapara casi el 25% del total nacional, y con una gran importancia en el sector agrario. De hecho, cuenta Agustín Rodríguez que en 2007 no les dejaron entrar a una reunión. “Terminé con un tratamiento de 13 meses, porque no lo entendía”, asevera. También en 2012 llegó un anónimo a la secretaría general de la UPA con “ciertas acusaciones” sobre las que no ha dado más datos y en la que se pedía el cese fulminante de Agustín Rodríguez. Un anónimo que fue puesto en manos de la fiscalía por parte del secretario general.
En el presente, se habla de una investigación de su patrimonio, lo que considera lamentable porque se quiere sembrar dudas sobre su gestión y anima a que si alguien tiene algo contra él que lo denuncie a los tribunales porque lo que tiene, es fruto de su trabajo desde los 13 años. “Del sudor de mi frente, de mi explotación agraria y de mi sueldo como secretario general (...) y del esfuerzo de mi mujer y mi familia”, defiende.
“Me han presionado durante tres días para que dimita pero no lo he hecho con la cabeza bien alta”, algo de lo que se alegra, al tiempo que ha agradecido las muestras de apoyo y gratitud que ha recibido en estos días. Por lo que ha anunciado en que tanto él como el resto de secretarios generales de UPA-A no van “a perder ni un minuto en seguir trabajando y defendiendo los intereses de los agricultores y ganaderos andaluces”.
Un poco de historia
La UPA fue creada en 1982 en el seno de la UGT, como organización de profesionales autónomos del campo, hasta entonces integrados en la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT). Desde entonces se ha extendido por todas las comunidades autónomas, integrando en algunos casos organizaciones regionales, provinciales y locales ya existentes. Desde sus orígenes se ha caracterizado como una organización progresista, europeísta, comprometida con los principios de igualdad y justicia social. De hecho, con motivo del 25 aniversario de su primer congreso, en 2012, editó un libro conmemorativo, titulado Veinticinco años de sindicalismo progresista.
Pero tres décadas después parece estar más cerca de la patronal que del sindicalismo, del que queda su germen ugetista. En la negociación de los convenios colectivos acuden como patronal, y su defensa es el del pequeño y no tan pequeño agricultor y ganadero. Ya lo puso de manifiesto el propio Agustín Rodríguez, quien aboga a favor de que la cuota que se pague al sindicato sea simbólica, “porque somos una patronal, aunque venimos de UGT”.