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La Policía investiga las quemaduras sufridas por la responsable de Mujeres de CCOO Málaga durante un piquete del 8M

Pineda, con un megáfono en la mano, minutos antes de la supuesta agresión

Javier Ramajo

La Policía Nacional está investigando una supuesta agresión sufrida por Saray Pineda, secretaria de Mujeres de CCOO de Málaga en la jornada de huelga fainista del pasado 8 de marzo 8M. La sindicalista, en el escrito que deberá ratificar la semana que viene en comisaría, ha denunciado que el camarero de una bar le arrojó dos jarras de agua y leche calientes. Pineda sufrió quemaduras en mano y brazo derechos, teniendo que acudir a urgencias del Centro de Salud de Cruz de Humilladero, en donde procedieron a la cura de las quemaduras sufridas.

Según apuntan fuentes sindicales, Pineda ha sido citada a ratificar la denuncia la próxima semana. La supuesta agresión tuvo lugar a primera hora de la tarde del 8M cuando un grupo de personas informaban en las distintas empresas del centro de Málaga sobre la convocatoria de paros por la igualdad de género. Tras negar el acceso para informar a la plantilla a la secretaria de la Mujer de CCOO, uno de los encargados de una cafetería amenazó manifestando 'si nos os marcháis, te vas a enterar', tras lo cual entro en la cafetería, calentó dos jarras de agua y leche, las puso en la bandeja y se las arrojó a la sindicalista.

Pineda narra así lo sucedido a eldiario.es Andalucía: “Estábamos de piquete informando de la mnifestación de las 19h, repartiendo octavillas y cantando. Un hombre con chaqueta y corbata, no sé si era el jefe o el encargado, cerró las puertas del bar y nos increpó, pidiendo que nos fuéramos de allí y que éramos unas sinvergüenzas. Yo le dije que sólo estábamos informando y que no estábamos obligando a nadie a nada. Se puso muy hostil, entró al bar y volvió a salir con amenazas, tirándome las jarras, que intenté parar con el megáfono y me cayeron los líquidos en los brazos. Aún tengo trocitos de piel levantada. La Policía que estaba al lado no quiso intervenir al principio porque decían que no habían visto la agresión, pero luego ya nos tomaron los datos a ambos. Justo después fui al centro de salud porque tenían los brazos rojos”.

CCOO indica que estos hechos atentan contra la libertad sindical al impedir la información a la plantilla y, además, representa una agresión machista. Para Elena Blasco, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO, “resulta inadmisible la agresión a una sindicalista en ejercicio del derecho a la información sindical durante una jornada de paro, pero más aún en el transcurso de un 8 de marzo, que simboliza de manera universal un día de reivindicación y lucha de las mujeres en todo el mundo por sus derechos y por la igualdad, también laboral. No permitiremos que esta agresión quede impune”.

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