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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Miles de andaluces reprochan a la Junta la “agonía de la sanidad pública” para así impulsar la buena salud de la privada

Algunos de los participantes de la protesta celebrada en Sevilla.

Antonio Morente

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Como si de un prólogo se tratase, justo al inicio de la semana que desembocaba en un domingo con protestas en defensa de la sanidad pública se supo que el que fue viceconsejero andaluz de Salud hasta hace tres meses fichaba por el sector privado. La polvareda se disparó cuando este medio publicó que le concedió 44 millones de euros a dedo a la empresa que le contrataba, la aseguradora Asisa, una operación que el Gobierno andaluz ha bendecido siempre y cuando la incorporación se produzca en julio. La historia, resuelta en cuestión de días, es para las Mareas Blancas andaluzas poco menos que el manual práctico de cómo actúa el Ejecutivo de Juan Manuel Moreno (PP), y por eso este domingo convocaban una “jornada de lucha” que han secundado miles de personas en toda Andalucía.

“Si me vas a desear salud... que sea pública, universal y gratuita”, se leía en una de las pancartas en Sevilla, y mensajes similares se lanzaban en las otras siete capitales andaluzas en un domingo en el que se celebraba el Día Internacional de la Salud y –desde un punto de vista reivindicativo– el Día Internacional contra la Privatización Sanitaria. El caso del exviceconsejero, Miguel Ángel Guzmán, ha estado muy presente en unas protestas en las que se ha acusado al Gobierno andaluz de incentivar la “agonía de la sanidad pública” para así impulsar la buena salud de la privada. Y por eso la insistencia en lo de “pública, universal y gratuita”, tres valores que la Coordinadora Andaluza de Mareas Blancas considera que se están dejando morir en Andalucía.

Ya lo proclamaron también el pasado mes de octubre: estamos ante una “destrucción programada” de la sanidad pública, un dejarla caer para así desviar usuarios al sector privado. De ahí los problemas ya endémicos, según los organizadores, de “saturación de la atención primaria, listas de espera interminables y aumento del presupuesto a la sanidad privada”, en muchos casos además con contratos a dedo. Unas críticas que también han hecho los sindicatos y formaciones políticas de izquierda, que han secundado y participado en las manifestaciones, como por ejemplo el secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas.

La convocatoria de este domingo se ha hecho al grito de Defendamos la sanidad pública, que –conforme a los datos que han expuesto– está en franca decadencia: demora media de 10,4 días para una cita en atención primaria (el 35% tardan más de 11 días), 1,2 de cada 10 andaluces aguardando en una lista de espera para especialista o cirugía, una falta crónica de personal... Algo “inadmisible” y una situación que “sólo beneficia a las empresas de seguros privados”, como demuestra el hecho que desde 2019 el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha derivado 263.568 operaciones a la sanidad privada.

Cifras de participación dispares

Por eso las Mareas Blancas han insistido en recordar que “la salud no es una mercancía y la sanidad no se vende, se defiende”. Una reivindicación que han hecho 5.000 personas en Granada, donde se ha producido la manifestación más numerosa, seguida por las de Sevilla (2.500), Málaga (1.650), Córdoba (1.500), Jaén (1.100), Cádiz (975), Almería (400) y Huelva (300). Esto según los datos aportados por la Delegación del Gobierno, mientras que los convocantes multiplicaban estas cifras para elevarlas a 5.000 en Cádiz y 25.000 en Sevilla.

Los manifestantes también han reclamado que, para frenar el “desmantelamiento” de lo público, se requieren aumentos de plantilla combinados con la oferta de plazas “estables y bien pagadas”. Todo lo que no sea eso, unido al resto de factores, significa ahondar en un sistema como el actual, que “compromete la esperanza de vida en Andalucía y aumenta la mortalidad existente”.

La Junta de Andalucía se defiende

Por su parte, el Gobierno andaluz del PP ha contraatacado sacando músculo y defendiendo que ha desplegado una “inversión récord” en la sanidad andaluza con “un 45% más [4.400 millones más] y 25.000 nuevos profesionales”. Según los números que ha aportado la consejera del ramo, Catalina García, “nuestra apuesta por la salud pública es decidida” con “más infraestructuras, mejor tecnología y mejores condiciones laborales” fruto de contar con “el mayor presupuesto de la historia”.

Desde las Mareas Blancas se reconoce que sí, que nunca antes ha habido más dinero destinado a sanidad en Andalucía, pero que ha crecido mucho más la parte del mismo que se desvía al sector privado. Todo ello hace que la inversión media en sanidad por habitante siga por debajo de la media estatal y que Andalucía cerrase 2023 con 142.507 pacientes en las listas de espera quirúrgica, de los que 53.014 estaban fuera del decreto de garantías. Esto significa unos 17.000 más que los 36.004 que se encontraban en esa situación seis meses antes, en junio de 2023. La Junta, en ese sentido, asegura que en un mes se han reducido un 6% estas listas de espera, pero reconoce que “queda mucho por hacer”.

En el resto de España

La protesta también ha tenido lugar en otras ciudades españolas. En Barcelona, más de 2.500 personas han salido a la calle por una sanidad pública sin recortes y con los medios suficientes. Los manifestantes se han reunido en la plaza Urquinaona y han bajado por Vía Laietana hasta la plaza Sant Jaume convocados, entre otras organizaciones, por Marea Blanca, Marea Pensionista, la entidad vecinal FAVB, y sindicatos como CCOO y CATAC-CTS, además de los comunes y la CUP, entre otros.

En Madrid, una cadena humana de más de 300 personas ha rodeado la Puerta del Sol, unidas con sábanas y cintas blancas. Los manifestantes portaban carteles con mensajes como La sanidad no se vende, se defiende o Somos víctimas de la privatización y al grito de “recortar en sanidad es un acto criminal”.

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