Los “desplazados” de la Universidad visibilizan los efectos de los recortes
Profesores y alumnos de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Córdoba han querido sumar su granito de arena de manera muy particular a las
movilizaciones que en estos días se están llevando a cabo contra los recortes y
la reforma de la Ley de Educación. Y así, este miércoles han participado en una
instalación a las puertas de su centro para visibilizar las consecuencias que
los recortes están teniendo en los estudiantes.
Una hilera de siluetas transparentes entrelazadas por una
cinta como barrera, ponen nombre caso por caso a los estudiantes “invisibles”
que se quedan “colgados” a las puertas de la Universidad por no poder afrontar
los pagos de la matrícula para estudiar. 'Des-plazad@s' da nombre así a quienes
se quedan sin plaza y sin plazos para el pago de tasas universitarias.
Profesores y alumnos de Derecho sostienen estas siluetas
transparentes de alumnos para denunciar esta situación que se convierte en “una
combinación perversa junto a situaciones de pobreza y exclusión social“ que se
están dando entre los jóvenes, argumenta a eldiario.es/andalucia uno de los
profesores de Derecho participantes, Antonio Manuel Rodríguez.
Él, junto a otra decena de docentes y un grupo de alumnos,
han puesto en marcha el colectivo 'Universidad en la Frontera' para reivindicar
con acciones como la de este miércoles que se adopten medidas que faciliten a
los estudiantes entrar o seguir en la Universidad. “No sólo hablamos de los
alumnos que no tienen beca sino de los que incluso teniéndola, no la reciben
hasta meses más tarde y no pueden afrontar durante el curso los gastos que eso
s supone“, señala Rodríguez.
Este profesor se refiere a muchos estudiantes que acuden a
la Facultad de Derecho de Córdoba desde los pueblos, que pueden recibir su beca
de movilidad transcurridos unos meses del curso y eso les imposibilita pagarse el transporte para acudir a
clases desde el inicio. “Se segrega a los alumnos rurales de los de la capital”,
advierte el docente al recordar que la beca de movilidad se da a estudiantes
con expedientes académicos por encima del 6,5 mientras que la beca ordinaria se
recibe con un 5,5.
Todo ello “está generando un aumento de la brecha de
desigualdad en el acceso y continuidad de los estudios universitarios, lo que
para quienes cuentan con menos recursos resulta dramáticamente inviable“,
denuncia.
Pero no sólo quedan apartados de sus carreras universitarias
quienes necesitan una beca. Hay alumnos como Carmen, estudiante de 4º de
Derecho, que no está becada pero se encuentra con graves dificultades a la hora
de afrontar el pago de su matrícula. “Tengo que pagar 1.400 euros y si no me
dan facilidades para hacerlo en diferentes plazos, me va a resultar imposible“,
cuenta.
“Yo quiero estudiar. Lo tengo claro. Y si me bloquean el
expediente académico por no poder pagar todo de una sola vez, yo seguiré
asistiendo a clase“, explica sobre sus intenciones. Para ella, como para ”la
mitad de los compañeros que venimos a estudiar de fuera“, se les hace
indispensable que se les facilite el pago de la matrícula para poder seguir sus
estudios.
Ella, para sumar dinero en su casa y pagar los estudios, trabaja
doras sueltas en lo que puede como camarera o comercial. Todo lo que esté en su
mano para no dejar la carrera.
“Somos invisibles”, dice Carmen. “Se están cargando la
universidad con medidas que no miran los problemas reales de los estudiantes“,
denuncia sobre la reforma de la Ley de Educación y los recortes.
Los profesores son conscientes de esas situaciones que uno a
uno los alumnos van contando y se reflejan en cada una de las siluetas de la
instalación realizada en la puerta de las facultad. Se muestran solidarios y
han dado un paso al frente para intervenir en acciones reivindicativas que
pongan sobre la mesa los problemas de los estudiantes.
“Visibilizar lo que está pasando es fundamental”, advierte
Amelia Sanchís, otra de las profesoras de Derecho participantes. “La crisis
está dejando a muchas personas sin poder estudiar, se está llevando por delante
a personas, estudios, trabajos y sueños de un futuro“, sintetiza.
Esta docente explica cómo se encuentran en las aulas con los
estudiantes que, “a pesar del desánimo y de tener pocas herramientas”, inventan
iniciativas como ésta para hacerse oír. “Ellos pensaban que los derechos iban a
estar ahí toda la vida esperándoles y ahora se encuentran con que hay que volver
a reivindicarlos“.
Por eso, se han puesto en acción. Este colectivo de
profesores y alumnos ha nacido hace sólo unas semanas y su propósito es
realizar una labor continuada de actividades que muestren la realidad que se están encontrando
en las aulas. Y también la de aquellos que se quedan fuera de ellas por los
recortes.