Los recortes han afectado más a las mujeres que a los hombres en Andalucía
“La violencia machista es importante, pero solo es la punta del iceberg de otras discriminaciones”. Así lo sostiene Lina Gálvez, una de las autoras del informe de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) sobre el impacto de la crisis y los recortes en la igualdad de género en Andalucía.
El estudio del Observatorio de Género, Economía, Política y Desarrollo de la UPO, dirigido por Gálvez y la profesora Paula Rodríguez, destaca que las políticas de austeridad “han atacado principalmente el gasto público social” y que las mujeres “se han visto especialmente afectadas por estos recortes y reformas estructurales” al ser las principales usuarias de estos servicios, empleadoras o sustitutas naturales.
A pesar de que Andalucía ha sido la única comunidad que ha aumentado su presupuesto de igualdad entre 2009 y 2014, esto no se ha traducido en una mejora de la situación, ya que, según argumenta el estudio, lo importante es que todos los presupuestos y todas las políticas estén enfocadas a reducir la brecha entre hombres y mujeres y no solo las etiquetadas como políticas de igualdad.
La sindicalista Teresa García, que ha estado presente en la presentación del informe, ha destacado, en este sentido, que lo primero que cayó con la crisis fue el Ministerio de Igualdad. “Esto adelantaba lo que iba a pasar con las políticas de igualdad, que no eran una guinda, sino sobras”, ha remarcado.
Demografía, educación, empleo, salud, pobreza, violencia y empoderamiento son los grandes apartados que han analizado las expertas universitarias en este estudio en el que también ha participado las investigadoras Astrid Agenjo, Lucía del Moral y Margarita Vega. “Ya teníamos una tasa muy baja, casi suicida, antes de la crisis”, ha subraya Gálvez al destacar que índice de fecundidad ha pasado en Andalucía de 1,50 en 2007 a 1,30 en 2014, debido a las dificultades para conciliar la maternidad con la carrera profesional.
En cuanto a educación, “las políticas de austeridad han tenido un alto coste”, ya que el gasto medio de los hogares se ha incrementado de 175 a 223 euros, perjudicando ese copago educativo en los hogares de rentas más bajas, muchos de los cuales “están capitaneados por mujeres”. Las mujeres terminan supliendo la reducción de becas, personal y financiación de servicios auxiliares con trabajo no remunerado.
Mayores tasas de desempleo en mujeres
En lo que a empleo se refiere, la mujer sigue sufriendo unas tasas de desempleo mayores que las del hombre, de manera que la de éstos es de un 29.08% y la de ellas de casi un 35%. En cualquier caso, Paula Rodríguez ha recalcado que respecto a antes de la crisis “la brecha de la tasa de empleo se ha reducido”.
En los últimos meses, el empleo masculino se ha recuperado más rápido que el femenino. El informe insiste en que “las oportunidades de empleo para las mujeres dependerán en gran medida de las posibilidades de la economía andaluza de diversificarse y crear empleos de calidad”.
Tal y como ha señalado Lola Sanjuán, presidenta de las mujeres cooperativistas de Andalucía, “la apuesta por la transversalidad en la creación de empleo está fallando. Nuestra transversalidad en papel está muy bien pero no da resultados a la hora de llevarla a cabo”.
En el apartado de salud, el informe critica el recorte que se produjo a mitad de la crisis en el presupuesto de dependencia, ya que supone un “retroceso fundamental” en términos de género al ser las mujeres “las principales responsables de la realización de estas tareas”.
La pobreza ha afectado más a los hombres, porque también a ellos les ha afectado más el desempleo, pero en los desahucios, por ejemplo, “son las mujeres las que, por la discriminación sufrida en los distintos ámbitos de la vida por el mero hecho de serlo, llegan a situaciones más dramáticas y las que suelen dar la cara”.
Uno de los datos más llamativos respecto a la violencia de género es que en Andalucía tan solo se concedió el 60% de las órdenes de protección en 2014 frente al 80% de antes de la crisis. En cuanto al empoderamiento, Gálvez ha querido destacar los beneficios del efecto cascada y de que el Parlamento Andaluz sea prácticamente paritario al contar hoy en día con 55 hombres y 54 mujeres.
Sus autoras han resaltado en resumen que, si bien algunas brechas entre hombres y mujeres se han cerrado, “no lo han hecho por una mejora de las mujeres sino por un empeoramiento relativo de los hombres”.