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Sara Gijón: “Si no eres campeona de sincro, nada. Pero siempre hay futbolistas en la tele”

Sara Gijón natación sincronizada

Javier Ramajo

Dice que fuera del agua es “bastante patito”, que le cuesta hacerlo todo. Viendo la trayectoria de Sara Gijón en la piscina, su medio, sin duda, es el acuático. Esta joven de 20 años es miembro del club Sincro Sevilla y del equipo español de natación sincronizada que obtuvo recientemente la medalla de plata en la modalidad de libre combinada en los Campeonatos de Europa de Natación, celebrados en Berlín. Tuvo que dejar su casa del Cerro del Águila en plena adolescencia para marchar Barcelona, destino inevitable para quien quiera ser alguien en esta sacrificada disciplina, un tópico no alejado de la realidad.

Nos atiende en el complejo deportivo Hytasa, donde entró por primera vez con cuatro o cinco años, muy cerca del domicilio familiar, ese que tan poco frecuenta ahora por las exigencias horarias de una modalidad que le requiere doce o trece horas diarias de entrenamiento. Primero la gimnasia, luego la natación y muy pronto la sincronizada. De “patito” fuera del agua a subcampeona de Europa. “Un día me pasé por la piscina y, por probar algo diferente, me apunté a sincro”, dice como si nada. “Me fui enganchando hasta que...mira”.

Para llegar a la absoluta ha tenido que ir subiendo por todos y cada uno de los escalafones de la selección nacional. Es indispensable. Su futuro, de cualquier forma, pasaba por el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallés. “Es lo que falta aquí en Sevilla”, reclama con soltura. “Si quieres estar en la absoluta tienes que vivir en Barcelona”. Lleva allí tres años con una beca que renueva anualmente. “El primer año se me pasó volando. Iba con tantas ganas...”, recuerda. Ahora compagina su preparación deportiva con un curso a distancia de márketing y comercio. Durante los fines de semana o en el hueco de mediodía, saca las escasas horas para seguir con los estudios. Su familia sólo la puede disfrutar “en navidades, verano y poco más”.

Es conocido que la natación sincronizada es sinónimo de disciplina y sacrificio. “No sé si lo sabes pero allí entrenamos un montón”, afirma sin jactancia. A cuenta de los esfuerzos, llegan las reivindicaciones deportivas. “El fútbol está bastante sobrevalorado porque hay muchas disciplinas donde se obtienen muy buenos resultados”. Y se trae a la conversación, muy bien traídas, a otros recientes éxitos nacionales, vía Andalucía, como la onubense Carolina Marín en bádminton, la nadadora malagueña Duane da Rocha o la waterpolista ceutí Lorena Miranda. “Hay que aportar más ayuda a estos deportes. No nos damos cuenta pero realmente se tienen muchos más resultados”, dice segura.

“Aquí casi todo es fútbol”

Los triunfos españoles, además del acento, tienen otra cosa en común: hablan en femenino. “Sobre todo en Andalucía va a ser muy positivo, porque sí que creo que aquí casi todo es fútbol. Ahora creo que ya se están fijando por igual en los chicos que en las chicas”. Lamenta por otra parte que, principalmente la televisión, dedique “un trocito de 20 segundos” a otros deportes que no sea el de siempre. “Si no eres campeona del mundo o no coges medalla, nada. Y de fútbol, aunque no pase nada, siempre siguen diciendo o hablan de algún futbolista en concreto”.

“Te hablo de la sincro, que es donde yo estoy. Lleva tantos años consiguiendo medallas que la gente ya la reconoce, pero hay otros deportes que, por ejemplo, sólo se les presta atención durante los Juegos Olímpicos”, comenta. En los deportes minoritarios “nos lo curramos más”, opina. “A mí me cuesta mucho estar en Barcelona, sola y sin apenas ayuda. Y mientras no obtengas algún resultado, nadie se acuerda de ti”. ¿Y cuánto ayuda el éxito a seguir en lo más alto? “Yendo a un campeonato de Europa y habiendo conseguido medalla, no tiene por qué haber problema”.

“Ilusión, capacidad de trabajo y capacidad de sufrimiento” son las tres características que cita para haber llegado hasta aquí. En la delgada línea entre el éxito y el fracaso caben la disciplina, el esfuerzo y la pasión por hacer lo que te gusta. Esta joven no se considera una persona con especiales cualidades pero considera que “es importante tener la cabeza bien puesta”. Citando el lema “el que lo trabaja, lo consigue”, ha conseguido, entre otras cosas, que en 2011 fuera designada por la Federación de Natación como como Mejor Deportista y formara parte de las cinco medallas de bronce y la plata cosechadas por el equipo español en los mundiales de natación celebrados entonces en Shanghái (China).

¿Próxima estación? ¿Una medalla olímpica, tal vez? “Sí, puede ser el objetivo que se marca cualquier deportista, la Olimpiada”. Prudente, ella explica que en la natación sincronizada “hay que ir año por año”. “No es como una marca de natación o meter dos o tres goles en el fútbol (otra vez el fútbol). Aquí hay que ganarse el puesto. Primero está en el Mundial del año que viene y el objetivo sería formar parte de las ocho fijas”. Concluye con un tópico para esta disciplina, que al tiempo es la seña de identidad de esta sevillana: “Hay que trabajar mucho, y en la sincro, como no trabajes, te quedas atrás”.

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