Martos: donde Susana Díaz usa la memoria histórica en campaña para azuzar el miedo a Vox
El autobús electoral del PSOE se ha parado a mediodía a las afueras de Martos (Jaén) porque una señal de tráfico prohíbe la entrada a vehículos de más de siete toneladas. Los periodistas que siguen a Susana Díaz en campaña tendrían que bajarse y hacer los últimos 500 metros a pie por el borde de la carretera, pero al final el conductor decide arriesgarse y enfila hacia el pueblo con todos dentro.
Martos es un municipio de 24.000 habitantes rodeado de olivos. El secretario general del PSOE de Jaén, Paco Reyes, suele contarle a los suyos que este pueblo del interior seco andaluz “tiene playa”, porque “está rodeado de un mar de olivos”. “Ver Martos es ver Andalucía”, dice. Aquí en Martos, si no fuera por las pantallas planas, las cámaras, los móviles y el micrófono inalámbrico que lleva la candidata junto a la boca, la campaña electoral del PSOE en 2018 no es muy distinta a la de 1982.
El mitin de Susana Díaz está convocado a la hora de la merienda en Salones Morys, un espacio para celebración de bodas decorado con papel de pared y cortinas color crema. En la puerta está aparcado el coche de Amador, un Renault Express color granate que tiene 27 años de vida y 150.000 kilómetros. “Me lo compré de segunda mano y ya tira poco, pero para estas cosas, tira”, dice. Amador está jubilado y lleva el nombre del patrón de Martos. En el techo del automóvil, ha sujetado con cuerdas dos altavoces grandes que anuncian en bucle el mitin de esta tarde. Las ventanas laterales están tapadas por los carteles electorales de la candidata.
Las personas mayores, muy abrigadas, van llegando cuando el sol empieza a caer. Dentro les esperan bandejas de pasteles, mantecados, pestiños, chocolate y leche caliente, zumos, batidos y un montoncito de sobres electorales verdes con la papeleta del PSOE ya metida dentro. “En ese sobre van vuestros colegios, vuestros centros de salud, vuestras ayudas a dependientes…”, les dirá luego la presidenta de la Junta. En el salón caben 300 personas, aunque los organizadores cuentan 500 asistentes. Llega la presidenta.
En Martos, la campaña electoral del PSOE tiene ecos de los años ochenta y algunos de los mensajes de hoy son idénticos a los de hace tres décadas. Susana Díaz ha enterrado la campaña en positivo con la que arrancó hace 12 días para sustituirla por una campaña del miedo a la derecha. El debate electoral de TVE en el que preguntó a los candidatos de PP y Ciudadanos si pactarían un gobierno con Vox fue un punto de inflexión. A partir de ahí, el nombre de la formación de ultraderecha se ha convertido en el epicentro de sus actos, empieza y termina hablando de Vox, y a cada paso el mensaje suena más amenazante. “Nunca imaginé que tendría que enfrentarme a una derecha apoyada en la extrema derecha”, dijo en Martos y luego en Andújar.
Susana Díaz vino a la Andalucía rural a hablar de Vox entonando el “no pasarán” republicano de la Guerra Civil. “No podemos dejarles pasar. Y menos en esta tierra, una provincia de izquierdas que tiene memoria histórica”, avisó. En las elecciones autonómicas de 2015, Vox consiguió reunir en Jaén 1.106 votos (0,31%), fue la décima fuerza por detrás de partidos que ya ni siquiera existen en el ámbito regional: Cilus (partido de ciudadanos independientes de Linares); el Pacma; el Partido Andalucista o UPyD. Aquí en Martos Vox logró 35 votos.
Algunas de las personas mayores que asistieron al mitin de Susana Díaz ni siquiera sabían qué era Vox. Pero saben muy bien qué es la extrema derecha. “Voy a volver a enarbolar la bandera blanca y verde con millones de andaluces defendiendo la igualdad, el autogobierno y la dignidad de esta tierra”, les dijo la presidenta de la Junta y candidata socialista. “Siento orgullo porque merece la pena hacerlo por aquella generación que embargó e hipotecó su vida para que mi generación viviera mejor. Por vosotros”, sentenció.
La campaña electoral de los socialistas ha dejado de ser propositiva y entusiasta y se ha tornado más beligerante. En estas latitudes del interior donde la simplificación del mensaje hace desaparecer los matices, a ratos los discursos suenan a una profecía de Nostradamus con tintes apocalípticos. “Que vienen las derechas”. Susana Díaz ha ido desprendiéndose de los mensajes que venía repitiendo en todos sus mítines por Andalucía hasta quedarse con una sola idea fuerza: “la triple alianza de la derecha y la extrema derecha quiere pararme”.
Cara a cara con la ultraderecha
Faltan dos días para que termine la campaña y no hay mejor sitio para que cale este discurso que el interior de Jaén, un bastión infranqueable del PSOE, “una provincia de izquierdas”, subraya Díaz. Jaén es la agrupación más movilizada, la que más rápido llena los autobuses de militantes para llenar los mítines de la candidata. El PSOE jiennense es el más arraigado en el poder, 59 de los 97 ayuntamientos de la provincia son socialistas. “Aquí mucha gente identifica al PSOE con la misma democracia y en el PP ven a los herederos de Franco”, dice un dirigente local.
El estrecho círculo de asesores de Díaz se ha pensado mucho este viraje en la campaña y si debían dar carta de naturaleza a una formación de ultraderecha. El objetivo es doble: azuzar el miedo entre el electorado de izquierdas, movilizar a los abstencionistas y fragmentar el voto de la derecha, que se disputan PP y Ciudadanos. El riesgo, admiten, es dar publicidad gratuita a un partido de extrema derecha con un discurso xenófobo. Un día después de que Susana Díaz nombrara a Vox hasta en cuatro ocasiones en el debate electoral de RTVE, el líder nacional de la formación ultraderechista, Santiago Abascal, anunció que interpondría una querella en los tribunales contra la candidata socialista por haber insultado a su partido.
Vox anunció en su canal de Twitter que había sido protagonista del debate electoral sin siquiera asistir, y por tanto se sentían virtuales ganadores. Al día siguiente anunció la querella y dos días después la materializó. A la llamada al miedo contra Vox que pronunció Susana Díaz en la televisión pública le siguieron dos días de campaña gratuita en prensa para un partido sin representación parlamentaria ni espacio electoral en los medios. Con la querella contra la presidenta andaluza, Abascal ha logrado en esta campaña lo que no ha conseguido el líder nacional del PP, Pablo Casado, ni su candidato andaluz, Juanma Moreno: polarizar con la dirigente socialista y favorita en los sondeos.
En el PSOE dicen que no podían seguir ignorando a Vox, porque “ya es una realidad en las encuestas y en los mítines que llenan”. Pero el PSOE no sólo no les está ignorando, sino que les ha convertido en el leit motiv de sus mítines. También Susana Díaz está polarizando con la derecha, una derecha “tridente” que engloba a Vox, PP y Cs (en ese orden los cita ya la presidenta). Teresa Rodríguez, candidata de la coalición Adelante Andalucía (Podemos-IU), ha acusado de “irresponsable” a Díaz por azuzar al miedo y difundir la marca de la formación de ultraderecha, aunque también ella los ha mencionado reiteradamente en sus mítines, con el mismo objetivo y con discursos muy parecidos.
Puede que en Martos, algunos no sepan qué es Vox ni quién es su candidato a la Presidencia de la Junta, pero entienden bien ese mensaje del miedo que les ha dejado Susana Díaz en su ruta desde Marbella a Sevilla, pasando por Málaga, Martos y Andújar. “La derecha quiere privatizar la atención a dependientes. ¿A cuántos dependientes van a expulsar del sistema?”, le dijo a las personas mayores; “Lo primero que nos van a quitar es la educación”; “La derecha cierra colegios rurales”; “Nos han castigado con el reparto de la PAC”; “Quieren impugnar el 28F e impugnar la voluntad libre de los andaluces”; “A la derecha le sienta mal que yo defienda los parches de diabetes para que los niños no tengan que pincharse”.
Jaén es la circunscripción más pequeña, aquí sólo se juegan 11 diputados de los 109 que hay en el Parlamento andaluz. Sin embargo, para los socialistas vencer en Jaén representa una victoria simbólica, un ejemplo de su poder para movilizar a los suyos cuando es necesario. Por ejemplo, para “frenar a la derecha”. “Los niños andaluces no tardan dos años más que los demás en aprender, como nos dice el PP. Son más listos porque ven venir a la derecha dos años antes que los otros”, dice Díaz. Que vienen las derechas…