La Virgen Macarena, ¿una marca comercial?
¿Es la Virgen Macarena una marca comercial? Las Comunidades Cristianas Populares (CCP) tienen clara la respuesta: no. “Como la Coca-cola, nadie podrá fotografiarla, pintarla, reproducirla por cualquier medio, sin permiso de la Hermandad”, ironiza este movimiento en un comunicado después de trascender que la Hermandad de la Macarena de Sevilla ha registrado la imagen de la virgen, tanto de frente como de perfil, en la Oficina española de Patentes y Marcas.
Las CCP reprueba el uso comercial de la Virgen Macarena o de cualquier otra imagen, pasos de Semana Santa y de cualquier objeto de culto. Su posición viene a cuento de una reciente polémica entre la citada hermandad y la presentación en Sevilla de 'Mongolia, el musical', que había anunciado su presencia en la ciudad con un cartel en el que aparecía la imagen de la virgen portando unos explosivos. La promoción levantó las quejas de la hermandad y motivó finalmente la rectificación, no sin ironía, por parte de los editores de la revista satírica.
La representación legal de la Hermandad de la Macarena había alertado a Mongolia de que se había producido una “reproducción inconsentida” y de los “fines claramente lucrativos” de la imagen del cartel, especificando con detalle la imposibilidad en el uso de la imagen. La hermandad ya había registrado en 1984 el nombre Esperanza Macarena, la imagen completa de la Virgen en 1992, así como las medallas, la imagen en el Paso, la Basílica, los escudos y los “armaos”, según recuerdan las CPP. En este punto, el movimiento denuncia que “la Hermandad, con consentimiento del señor Arzobispo, hace un uso comercial de una imagen religiosa”, recordando que en febrero de 2013 ya denunciaron esta circunstancia, coincidiendo precisamente con la presentación en Sevilla de la revista satírica.
“Este uso comercial o mercantil de la imagen de la Virgen Macarena es irreverente, hace de los objetos religiosos un negocio y, por ello, es un acto simoníaco”, señalan las CPP, si bien aclaran que “si en cualquier momento se hiciera un uso indigno o indebido de estas imágenes o símbolos religiosos, debe reclamarse ante las autoridades civiles, para ver si prevalece la libertad de expresión sobre el respeto religioso”.
Pero son concluyentes respecto a las críticas a la postura de la hermandad. “La imagen de la Virgen Macarena pertenece al pueblo fiel y él es su dueño, la Hermandad está, según sus reglas, para promover, tributar y propagar culto público y solemne a Nuestro Señor Jesucristo y a la Santísima Virgen María, Madre de Dios..., no para hacer negocio con la imagen, como si fuera una diva del cine o del folklore andaluz”, sentencia este movimiento cristiano.
“Un celo de propiedad excesiva o de rapiña por parte de nuestra jerarquía”
Las CCP, además, exigen en el comunicado al Arzobispo de Sevilla y a la Hermandad de la Virgen Macarena “que se exhume, cuanto antes, de la Basílica el cadáver del General Queipo de Llano, ya que su trayectoria en nuestra ciudad no le hacen digno de tal honra, así como que la imagen de la Virgen no lleve el fajín de este general”.
Por otra parte, y en similar sentido, las CPP reprueban “todas las inmatriculaciones que la jerarquía está realizando sobre Iglesias, capillas, ermitas, casas rectorales etc, sobre las que anteriormente no tenía derecho de propiedad, como ha ocurrido con la Mezquita de Córdoba, con la Capilla y dependencias del Gran Poder, en San Lorenzo, y como se intentó con la capilla de la Quinta Angustia en la Magdalena, ambas en la ciudad de Sevilla”. “Todo esto prueba un celo de propiedad excesiva o de rapiña por parte de nuestra jerarquía”, señalan.
“Estos hechos escandalizan a todos los cristianos, particularmente a las Comunidades Cristianas Populares, de la misma forma que a Jesús le irritó el que se comerciara en el Templo de Jerusalem con las palomas, ovejas o bueyes que se ofrecían en sacrificio a Iahvé”, un episodio bíblico que las CPP toman como referencia para comparar con la postura de la hermandad.
Según recogen en su web, muchas de las acciones de CCP de cara a la Iglesia se refieren a tomas de postura sobre temas políticos y sociales con un criterio distinto y a veces contrario al de la jerarquía (la “otra voz de Iglesia”), como por ejemplo sobre la enseñanza pública, el divorcio, la ley del aborto, los impuestos eclesiásticos...
