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“Encontrar embriones de dinosaurio es el sueño de todos los paleontólogos”

Miguel Moreno, paleontólogo

Ana Sánchez Borroy

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Nunca antes se habían encontrado huevos de dinosaurio en el pre Pirineo de Huesca y el hallazgo fue durante un entrenamiento de Trail running con el Club Alpino Universitario; pero Miguel Moreno (Huesca, 1983) subraya que el descubrimiento de su compañero paleontólogo José Manuel Gasca no fue casualidad, sino el resultado de una búsqueda permanente. Un equipo internacional de paleontólogos españoles del Grupo Aragosaurus-IUCA (Universidad de Zaragoza) y portugueses (Universidad Nova de Lisboa) excava durante estos días en Loarre, en Huesca, una extensa área de nidificación de dinosaurios de hace 68 millones de años.

¿Es frecuente que aparezcan yacimientos de forma casual, como los huevos de dinosaurio de Loarre, en Huesca?

No es muy frecuente. Conocemos yacimientos parecidos tanto en Cataluña como en Francia, pero en las sierras de Huesca los habíamos estado buscando durante muchos años y no habíamos encontrado nunca nada. Había indicios: algún fragmento de hueso y algún sitio que prometía, pero nunca se había encontrado nada. De todas formas, en realidad, el descubrimiento no es casual. Lo que pasa es que José Manuel Gasca, que es quien lo encontró mientras hacía running, tiene la maldición del paleontólogo, que consiste en que cuanto tienes un rato libre y ves rocas, te acercas siempre a explorarlas. De alguna manera, estamos siempre trabajando; vemos la montaña con otros ojos. Un hallazgo así es muy raro, pero puede volver a suceder. Esperemos que sí. 

¿Hay, entonces, más constancia que casualidad?

Claro, cuando alguien hace running y quiere descansar, se para, bebe agua y mira el paisaje. La deformación profesional de José Manuel Gasca le hizo mirar al suelo, en lugar de al cielo. 

¿Tuvisteis claro desde el principio la importancia del hallazgo?

Sí, cuando lo encontró José Manuel inmediatamente identificó que había muchos huevos, muchas cáscaras. Había centenares de fragmentos de cáscara de huevo. Las palabras exactas de José Manuel Gasca fueron que “no había visto esto nunca antes en España”. Él sí había excavado huevos en Argentina y allí había visto algo parecido. Entonces, inmediatamente supo que esto tenía mucho interés. Y cuando hicimos la primera evaluación del yacimiento, en enero pasado, en sólo tres o cuatro minutos ya habíamos encontrado el primer huevo completo, así que estaba claro que el yacimiento iba a ser importante. Todavía no estamos seguros de cómo de importante; estamos evaluando, todavía estamos empezando a excavar.

Con todo, ¿por qué sabéis ya que va a ser un yacimiento con mucho valor?

Es muy valioso porque los huevos están muy bien preservados. Estamos encontrando huevos que están estructuralmente completos y, sobre todo, que la fosilización ha sido bastante benévola con ellos. Esto abre la posibilidad de encontrar embriones dentro, que es algo que en este tipo de huevos nunca se ha encontrado en Europa. Además, el yacimiento ha aparecido en un sitio en el que no sabíamos que había dinosaurios; lo sospechábamos, pero no lo habíamos confirmado. Por tanto, la importancia radica en que es una nueva oportunidad para intentar encontrar bebés de dinosaurio, que es el sueño de todos los paleontólogos, porque sólo se han encontrado en dos zonas de todo el mundo, en Argentina y en Mongolia; y, por otro lado, en que abre una zona de exploración espectacular. Hemos pasado de que en Huesca sólo teníamos dinosaurios en Arén, en una zona muy limitada, a pensar en que podemos encontrarlos a lo largo de toda la cordillera.

¿Toda la cordillera pirenaica o en el pre Pirineo?

La zona que no teníamos controlada eran las sierras superiores de Huesca, que es todo el pre Pirineo. No sabemos si incluso podría extenderse hasta Navarra. Hasta el Roncal afloran este tipo de rocas; se abren muchos kilómetros para explorar.

¿A qué tipo de dinosaurio corresponden los huevos?

Son saurópodos titanosaurios, que son del grupo de dinosaurios al que pertenece “Piecito”, el dinosaurio de “El valle encantado”. Es el dinosaurio que todos tenemos en la cabeza: un gran animal de cuatro patas, herbívoro, con un cuello muy largo y una cola muy larga. Ese grupo es muy interesante porque es muy exitoso, sobre todo, al final de la época en la que viven los dinosaurios. Están por todo el mundo y a este grupo pertenecen los animales más grandes que han existido nunca en la Tierra. Hay algunos ejemplares de 50 metros de largo. En el Pirineo, no hemos encontrado restos de ninguno tan grande. En Francia, hay uno muy grande todavía en estudio. En la península Ibérica, el ejemplar más grande que se ha localizado hasta ahora mediría unos 20 metros. 

¿Por qué estos huevos de dinosaurio se han conservado tan bien?

Uno de los factores que ha llevado a que se conserven tan bien es que estos dinosaurios enterraban los huevos. Sus nidos eran excavados en el suelo, eran parecidos a los de los cocodrilos. Parece ser que, en este caso concreto, el proceso de fosilización no destruyó apenas los nidos. Los desmanteló un poco, porque encontramos los huevos un poco revueltos y fracturados, pero la cáscara se ha conservado muy bien. Todavía estamos estudiándolo, pero creemos que es porque los procesos de formación de las rocas no han sido muy agresivos.

Con el estudio en profundidad, ¿Qué les podría permitir descubrir este yacimiento?

Hay varias cosas que estamos intentando comprobar. Por un lado, saber cómo se formaban los nidos, cómo construían los nidos los dinosaurios, porque hay una disputa entre científicos catalanes y alemanes que tienen opiniones diferentes. Confiamos en que nuestro yacimiento sea un nuevo laboratorio para intentar responder estas preguntas. Por otra parte, si hubiera embriones, podríamos confirmar la identidad de estos dinosaurios; parece que son estos saurópodos titanosaurios, pero hasta que no encontremos un embrión no estaremos seguros, podría haber sorpresas. Además, también podríamos intentar responder a muchas preguntas sobre cómo crecían los dinosaurios. Estamos hablando de un animal que medía 20 metros como adulto y que nacía de huevos de sólo 20 centímetros; el animal dentro podía estar enroscado, pero nacería con sólo 30 o 35 centímetros. Es un crecimiento brutal. Por lo que sabemos estudiando los adultos, ese crecimiento se producía en sólo 10 o 20 años. Saber por qué crecen tan deprisa y cómo es muy interesante.

¿Cuál es la disputa sobre los nidos entre los científicos catalanes y los alemanes?

El equipo alemán piensa que los nidos son de pocos huevos y sugieren que una hembra podría poner varios nidos, en nidos circulares. Pero en Cataluña, se han descrito dos nidos de hasta 30 huevos, que ocuparían dos metros de largo por uno de ancho, con forma de riñón. El equipo del Instituto Catalán de Paleontología tiene la hipótesis de que estos dinosaurios excavaban con las patas traseras de los nidos y los depositaban, con lo que sugieren que los nidos identificados por el equipo alemán son parte de ese gran nido. Si nosotros encontramos aquí un tercer nido en forma de riñón en un ambiente totalmente diferente podríamos dar la razón a nuestros colegas catalanes.

Usted está afincado en Portugal, se encuentra actualmente trabajando en la Universidad Nova de Lisboa… ¿Le gustaría seguir desarrollando sus investigaciones en Aragón?

Volver sería un sueño, como supongo que les ocurre a todos los científicos que estamos en diáspora. He estado en Argentina, en Japón, en China, en Norteamérica, en Australia... Ahora estoy afincado en Portugal, llevo cinco años viviendo allí con un proyecto que tiene una financiación que parece que en España no es posible, pero poder volver a trabajar aquí con una buena financiación sería espectacular.

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