Fayón reconoce el papel crucial de la mujer durante la Guerra Civil en la Recreación de la Batalla del Ebro
Tiendas de campaña, uniformes, blusas, faldas y pantalones de algodón y lana marrón y verde caqui, armas, mapas y enseres con más de 90 años de historia se sacarán el polvo este fin de semana para ser protagonistas, y ya van 17 ediciones, en una de las recreaciones históricas más importantes de España, la de la Batalla del Ebro, en el municipio aragonés de Fayón.
Del 25 al 27 de julio, esta localidad ubicada en la comarca del Bajo Aragón-Caspe y sus poco más de 400 habitantes se convertirán en escenario y actores del que ha pasado a la historia como uno de los episodios más sangrientos de la Guerra Civil española, y que fue clave en el resultado final del enfrentamiento que dividió territorios, pueblos y familias en nuestro país.
Declarada Fiesta de Interés Turístico en Aragón en el año 2021, la de la Batalla del Ebro es la recreación de la Guerra Civil más antigua de España y la única del país en la que participan medios terrestres, aéreos –un caza de acrobacias que simula las estrategias de bombardeos–, y del entorno fluvial para rememorar un hecho histórico. “Cada año ampliamos los ámbitos de la recreación para que el evento aporte más valor histórico, conocimiento y curiosidad a los visitantes”, asegura el alcalde de Fayón, Roberto Cabestany. Este año, se reconocerá el papel crucial que desempeñaron las mujeres en esta batalla, y durante el tiempo que duró el enfrentamiento entre nacionales y republicanos en España.
Un factor clave pero oculto en la Historia
Se calcula que 400.000 soldados participaron en la Batalla del Ebro. Una contienda de alta intensidad en la que las bajas diarias eran enormes. Detrás de los soldados estaban ellas, las mujeres, porque las milicias tenían que comer y alguien debía producir, cocinar y distribuir los alimentos. Las bajas del frente se retiraban a los hospitales y a las instituciones que se pusieron en marcha a tal efecto. En ellos, también serían las mujeres las encargadas de cuidar de los heridos, tullidos y neuróticos de guerra, como enfermeras y auxiliares
La fotografía conocida es la de las abuelas y nietas en sus papeles clave en la retaguardia; manteniendo a las familias, el campo, los negocios y trabajando en las fábricas. Sin embargo, hay negativos perdidos, ocultados. Los que reflejan el papel crucial que desempeñaron las mujeres en la primera línea de batalla. Remedios Jover Cánovas fue teniente en el frente del Ebro. Luchó en el bando republicano. Ella es solo un ejemplo de los cientos de mujeres que defendieron y cargaron como soldados, de las que trasladaron avituallamiento, información, armas y munición, y de las enfermeras y sanitarias que realizaban las primeras curas a los heridos y mutilados. De ellas poco o nada se ha escrito. Sus nombres desaparecieron.
Y es que, a pesar de que la mujer tuvo diversos roles durante la contienda y después de ella, sus aportaciones no siempre han quedado registradas, “su participación está bien documentada en la primera mitad del conflicto, pero desde finales de 1937 es más complicado encontrar información, las mujeres casi desaparecen”, apunta el técnico de Patrimonio Aitor García, responsable de la recreación de la Batalla del Ebro y del Museo homónimo de Fayón desde 2019.
Para visibilizar la figura de la mujer, y como novedad este año, el “museo viviente en el que se convierte Fayón”, recreará la Escuela de Sabotaje, el germen de lo que después sería el maquis y la resistencia francesa, y en la que la mujer fue fundamental. En esta actividad se remarca el papel de las mujeres en el frente y en la retaguardia porque: “Las mujeres que participaron en esta Escuela tomaron parte en inteligencia e intendencia, pero también directamente en las labores de sabotaje”, explica Aitor García.
Una recreación divulgativa y visual
Lo que comenzó hace veinte años de manera espontánea entre los vecinos del pueblo se ha convertido en una fecha inamovible en el calendario cultural de Aragón, y de España. “Era más conocido lo que sucedió en la Terra Alta”, explica el técnico municipal e Historiador Aitor García, sin embargo, lo que se vivió en la zona de Fayón había quedado relegado casi a la anécdota. Por ello, los vecinos del pueblo, descendientes de quienes vivieron el sangriento y duro tiempo de enfrentamientos, decidieron humildemente organizar una recreación el último fin de semana de este mes, coincidiendo con la madrugada del 25 de julio, cuando en 1938 comenzó la Batalla del Ebro.
La aprobación de la Ley de Memoria Histórica de España, en 2007, supuso un importante impulso en este sentido: “Hubo un cambio, una necesidad de conocer nuestra historia más reciente”, apunta García. Los años pasaron, y en 2019, ante la falta de relevo generacional de la asociación `Voluntarios de Fayón´, que nació para organizar la recreación, el Ayuntamiento decide tomar parte e impulsar la iniciativa de sus vecinos. En ese momento, con el compromiso del consistorio, la recreación se moderniza, y Aitor García, experto en este periodo histórico, se pone al frente de este proyecto, que no solo se ocupa de dar un nuevo aire a la recreación de la Batalla del Ebro, sino también de la renovación del museo homónimo en Fayón.
En las últimas cinco ediciones, la recreación ha pasado de celebrarse solo el sábado, con reproducciones de combates, a tener un cartel de actos de tres jornadas en las que se ofrecen a los visitantes actividades de divulgación científica y se les acerca a yacimientos arqueológicos. “Es importante que público de todas las edades venga a vivir esta recreación porque es un acto visual con contenido histórico que lo hace accesible a todos los miembros de una familia”, explica el historiador que, además, defiende que iniciativas como las recreaciones en vivo: “Son el mejor método de divulgación científica, el más visual e impactante, para concienciar a la población y que no se repitan hechos como el que se rememora en Fayón”.
Neurosis de guerra y la Quinta del Chupete
Trece días marcaron el destino de la Guerra Civil Española: “En la Batalla de Ebro se supo que los republicanos iban a perder la guerra”, confirma Aitor García. Para nutrir a la milicia que se situaba en la zona de Fayón, se reclutaron soldados menores de edad de todos los rincones de España: “Es algo de lo que casi no se ha hablado y que en esta edición se explica en el Diorama de las Quintas, también conocidas como Levas”. La quinta de biberón; los que tenían entre 16 y 17, los del chupete; con 15 años cumplidos, y la Leva del saco, en la que se reclutaron a filas a mayores de 50 años.
Otro de los Dioramas que se expondrá en esta XVII edición habla de la Sanidad. En concreto, se profundizará en los casos de neurosis de guerra y otras enfermedades mentales derivadas del conflicto. “No se habla de la generación de alcohólicos crónicos, que encontraron en la adicción una supuesta vía de escape al trauma, o de los sanatorios que se abrieron en todo el país, en los años sucesivos al final de la contienda, para dar cabida a los neuróticos de guerra. Son temas que se han intentado ocultar”, lamenta el Historiador.
La Batalla del Ebro también hace tomar conciencia sobre una cifra que todavía está en revisión y debate: el número de bajas, establecida hasta la fecha en 100.000 entre fallecidos y desaparecidos (por el uso masivo de artillería) que dejó este capítulo decisivo de la Guerra Civil en España. En la recreación, “un acto de concienciación”, participan descendientes directos de los soldados que lucharon y perecieron en las trincheras, los mismos que empuñaron las armas y el instrumental sanitario que este fin de semana blandirán sin balas y con pulso sus nietas y sus sobrinos.
Más de 1.000 metros cuadrados de recreación en vivo
En 2024 más de 2.500 personas asistieron a este evento cultural. El Museo de la Batalla del Ebro está considerado como uno de los mejores equipamientos sobre la Guerra Civil en España. Con más de 1.000 metros cuadrados, alberga la colección más numerosa de artefactos explosivos inutilizados originales de la guerra civil, más de 1.300, además de abundante material bélico de aviación, vehículos y todo tipo de armas y equipamiento de logística militar. Recrea trincheras, hospitales y escenarios de la batalla, cuenta con un espacio memorial y archivo histórico, y se podrá visitar durante todo el fin de semana.
Cerca de 300 personas participan cada año en la recreación, representando a los combatientes e intentando reflejar de la manera más fiel posible los hechos ocurridos en ese mismo lugar en 1938. A lo largo de dos décadas, han colaborado en este evento recreacionistas venidos de Rusia, Checoslovaquia, Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Bélgica, Holanda o Irlanda.
El viernes, Joël Ruiz, hijo de un combatiente del frente que se exilió a Francia y que posteriormente formó parte de la resistencia en aquel país, donde rehízo su vida, presenta el libro `El diario de guerra escondido de mi padre: notas, silencios y misterios. Entre Francia y España, las tribulaciones de Félix y sus amigos libertarios´. El autor del libro es miembro de “Le Brigadiste”, grupo de recreación francés que colabora activamente en Fayón.
Un mercadillo militar, concurso de indumentaria en el que se mostrará la vestimenta de las mujeres en distintos contextos de la época, y recorridos guiados en llaut por el río, donde se recorren puntos estratégicos de la Batalla del Ebro y la historia del pueblo viejo de Fayón, que quedó sumergido bajo las aguas con la construcción del embalse de Ribarroja, completan la oferta cultural y divulgativa de Fayón.
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