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Patrimonio paró la obra de rehabilitación de la Biblioteca Menéndez Pelayo por la destrucción de un pavimento

Obras de rehabilitación de la Biblioteca Menéndez Pelayo de Santander.

Javier Fernández Rubio

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La obra de rehabilitación de la Biblioteca Menéndez Pelayo en Santander ha sido parada por el Servicio de Patrimonio del Gobierno de Cantabria al ser retirado durante los trabajos un pavimento de la planta baja, en donde suelen realizarse actos públicos, que ante su estado de deterioro fue trasladado a un vertedero.

La negativa de Patrimonio a validar una fase de los trabajos cuando se le comunicó que entre ellos se encontraba la retirada y eliminación de un pavimento inscrito en un Bien de Interés Cultural (BIC) ha sido la causa de la paralización. Dicho pavimento corresponde a la sala de actos cuyo acceso se abrió en la planta baja, en la fachada que da al sur junto a la estatua del polígrafo, en los años 50.

El edificio, en pleno centro de Santander, tiene una catalogación de BIC, lo que afecta no solo al inmueble sino a su interior. Actualmente, la biblioteca del polígrafo se encuentra en la sede del Archivo Histórico en la Biblioteca Central de Cantabria. Fue trasladada allí para su tratamiento mediante anoxia [ausencia de oxígeno] para acabar con los insectos bibliófagos que literalmente la devoraban y tiene todos los visos de quedarse allí un tiempo a la espera de que su histórico emplazamiento quede rehabilitado y pueda acoger la colección con todas las garantías.

Actualmente, la obra está despejada de trabajadores y solo se observan los andamios vacíos. Ninguna de las personas consultadas ha podido aventurar cuándo podrán reanudarse unos trabajos que ya han conocido problemas antes. De hecho, en 2022 se reanudaron las obras que se habían parado para reformar el proyecto. Las reformas de la biblioteca están valoradas en más de un millón de euros y se pararon a instancia de los técnicos, los cuales consideraron que el proyecto sobre el que se iba a trabajar era insuficiente a la hora de garantizar una perfecta conservación del fondo bibliográfico.

Una de las cuestiones a analizar era si se micropilotaba la base para poder cimentar con garantías una habitación blindada en donde conservar los volúmenes más valiosos de la colección. Pero a diferencia de lo que pasó con el Museo de Bellas Artes y la Biblioteca Municipal de Santander, ambos colindantes, la biblioteca histórica reanudó sus trabajos en 2022 sin micropilotar.

No fue el primer modificado del proyecto que se acometía. Nada más iniciarse los trabajos se acometió uno para la corrección de cálculos y el control de calidad de los trabajos. Otro de los problemas detectados es que inicialmente se pensaba que los trabajos en fachada serían más simples al predominar la piedra de sillería. Pero en la práctica, se comprobó que tres de las fachadas eran de mampostería, con los ornamentos deteriorados que debían ser recuperados reconstruyendo los moldes originales.

Financiación de las obras

El contexto financiero no es tampoco el idóneo para el encarecimiento de la obra, ya que, aunque está siendo desarrollada por el Ayuntamiento de Santander, la financiación es finalista y está ajustada por parte del Ministerio de Fomento, con cargo al 1,5% cultural.

El protocolo fue firmado en su día por el entonces ministro, Íñigo de la Serna, y la alcaldesa de Santander, Gema Igual, con el fin de impulsar varios proyectos culturales en la ciudad. De acuerdo con este protocolo, el Consistorio se encargaba de redactar el proyecto y llevar la dirección de obra y de ejecución.

Las relaciones con el nuevo Gobierno de Cantabria son fluidas y puede encontrarse una solución a la paralización de los trabajos, otra cosa es el diálogo con el Gobierno central en funciones, objeto de críticas continuas tanto por parte del Ayuntamiento como del Ejecutivo autonómico.

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