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Un elefante o una hormiga: los protagonistas de un cuento ilustrado que explica el cáncer a los niños sin disfrazarlo

Página del libro '¿Qué le pasa a Amara?' ilustrado por Sara Fuentes.

Rubén Alonso

Es recurrente utilizar las conocidas como mentiras piadosas para explicar a los niños temas delicados o que se presuponen propios de edades más avanzadas. Y dentro de estos temas, uno de los más comunes es el cáncer. “No se cuentan las cosas tal y como están ocurriendo, se intentan disfrazar y ocultar”. Es el diagnóstico al que llega la psicooncóloga Noelia Palacio, una de las impulsoras, desde la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Cantabria (Amara), de un libro ilustrado para ayudar a los adultos a hablar del cáncer con los niños

Palacio cuenta a eldiario.es que el objetivo de la asociación es “normalizar todas las facetas de la vida diaria de niños y familias que están pasando esta enfermedad oncológica” y que dentro de esa normalización detectaron “dificultades” en los adultos para abordar este tema tan complejo con los menores. Así pues, esa realidad “disfrazada” a la que se suele recurrir genera “preocupación” en los niños y termina siendo contraproducente para ellos.

Y es que, según sostiene esta experta, “no hay que engañarlos porque tienen derecho a saber lo que está sucediendo”. Pero, ¿cómo se aborda la explicación y cuál es el tratamiento adecuado? El cuento, un álbum ilustrado, es una herramienta que puede servir de ayuda, pero además hay que tener claro que para hablar con los niños del cáncer es “importante utilizar un lenguaje que esté adaptado a la edad y a su nivel de comprensión”.

Además, según detalla Palacio, también es necesario “averiguar qué conocimientos previos tienen sobre lo que vamos a hablar, cuáles pueden ser sus temores para poder afrontarlos y ofrecer respuestas”. Y para dar esas respuestas, el libro puede servir de brújula, tanto en el ámbito familiar como en los centros educativos.

Palacio, junto al escritor Marcos Díez, han redactado esta historia que cuenta el proceso desde el diagnóstico hasta el final de la enfermedad, dejando el desenlace abierto para que sean los propios niños quienes se hagan preguntas. “Habrá algunos que preguntarán porque necesitarán saber más y otros que no”, sostiene la psicooncóloga, subrayando que la cuestión sobre el final más trágico, la muerte, tiene que ser planteada por el propio menor. “Dependerá de nosotros escuchar, comprender al niño y atender a sus demandas”, sentencia.

En este sentido, el cuento incluye una guía, que recomienda leerla antes de utilizar el cuento como herramienta, en la que se plantean posibles preguntas que pueden surgir durante su lectura y cómo responderlas. “Es importante que el adulto que se vaya a enfrentar al álbum lo haga desde la calma”, sostiene Palacio. 

El elefante y la hormiga

No obstante, una de las características más destacables de esta obra es el uso de las metáforas y de la ilustración, en este caso a cargo de Sara Fuentes. Y es que esta ilustradora utiliza el tamaño de diferentes animales como metáfora para representar las enfermedades. Así pues, el elefante, por su gran volumen, representa al cáncer, mientras que la hormiga hace lo propio con un resfriado. 

“No queremos que se vea que el elefante es algo malo como el cáncer”, subraya esta profesional de la ilustración, sino que “se utiliza por su volumen, porque es el animal más grande que está fuera del agua”. Respecto a sus dibujos, explica que, “aunque pueden parecer sencillos, están muy pensados y elaborados”. 

“El negro y el blanco que lo rodea todo, colores muy básicos en la ilustración, y el poco texto hacen que sea una herramienta para que se pueda desarrollar una historia más allá de lo que es la enfermedad y que lo pueda hacer quien tiene el álbum en sus manos”, señala. “No se trata de que nosotros buscáramos poner las palabras o las imágenes exactas de lo que está ocurriendo, sino de aportar esa pincelada que ayude a contar la historia”, resalta. 

En este sentido, Fuentes pone en valor la utilidad de los libros ilustrados que, lejos de la creencia que generalmente se tiene de ellos, “no son solo para niños”. “Hay que quitar esa idea de la sociedad”, incide esta artista. Y es que esta obra, que se puede extrapolar a otras enfermedades graves, se sitúa “en un intermedio entre los libros puramente informativos y los que, sin mencionarlo, se intuye de lo que se está hablando”, tal y como afirma su ilustradora, porque en este cuento de Amara sí aparece la palabra 'cáncer'. 

Al hilo de esto último, la psicooncóloga critica que en esta sociedad intentemos no visibilizar los problemas tapándolos con mensajes positivos. “Creo que la enfermedad forma parte de la vida, todos en algún momento vamos a pasar por algún momento difícil”, sostiene, haciendo hincapié en la importancia de “normalizar los procesos normales que forman parte de la vida”. “Hay que educar en que en la vida también hay dolores”, concluye. 

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