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Cantabria ha destruido 11.300 empleos en el sector industrial desde el inicio de la crisis

El estudio advierte de la "debilidad" en la recuperación de la industria.

Rubén Vivar

Sin haber llegado a ocupar los puestos de cabeza, en términos generales Cantabria había logrado situarse antes de la crisis entre las comunidades autónomas con una economía y un nivel de vida superior al del conjunto del país, en línea con las regiones del norte de España. Sin embargo, la recesión ha sido más aguda en nuestra comunidad y Cantabria se ha descolgado de esa 'cómoda' posición.

Así se desprende del Informe Económico y Social de Cantabria correspondiente al ejercicio 2016 que anualmente elabora la Fundación Alternativas y que ha sido presentado en la tarde de este lunes, en rueda de prensa, por el vicepresidente de esta organización, Nicolás Sartorius, entre otros.

El estudio económico, en el que ha participado un grupo de profesores de la Universidad, entre ellos, el exconsejero de Economía y Hacienda, Ángel Agudo (PSOE), analiza cuál es la situación de nuestra comunidad en comparación con el conjunto nacional, así como las principales debilidades en este contexto.

La evolución de los principales indicadores económicos y sociales que recoge el informe deja más sombras que luces y pone de manifiesto que la crisis ha sido más profunda en Cantabria y que la recuperación está siendo más lenta que en el resto de autonomías y, además, excesivamente dependiente de sectores no productivos que no generan valor añadido y sí un empleo precario e inestable.

Debilidad del sector industrial

En 2016, Cantabria fue, con un 2,3%, la cuarta comunidad que menos creció, casi un punto menos que el conjunto del país (3,2%). Por sectores, fueron la construcción (3,6%) y los servicios (3,3%) los que tiraron del carro. En cambio, se constató el “débil crecimiento” de la industria (0,9%).

Así, casi 70 de cada 100 euros de nuestro PIB corresponden ya al sector servicios, 23 a la industria, seis a la construcción y uno a la agricultura. En cuanto al I+D+i, ha pasado de representar el 1,23% en 2010 al 0,85% en 2015, medio punto por debajo de la media nacional. En otras palabras, el cambio de modelo productivo del que se viene hablando desde el inicio de la crisis está muy lejos de ser una realidad.

En este sentido, el informe constata que la economía y el empleo de Cantabria son cada vez más dependientes del turismo y la hostelería, y la industria y el I+D+i, aunque atisban en el horizonte una muy leve mejoría, están prácticamente congelados tras haber sufrido en los últimos años un brusco tijeretazo.

El mercado de trabajo, lo mejor

Entre los pocos datos positivos están los del mercado de trabajo, que son mejores que la media nacional. En los últimos seis meses, el número de ocupados creció en Cantabria en torno al 6% frente al 2,3 del conjunto del país, y la tasa de paro (12,9%) se sitúa más de cinco puntos por debajo de la media (18,6%). Pese a ello, el número de horas trabajadas ha tenido una tendencia decreciente en los últimos años debido al aumento de los contratos parciales, según subraya el propio informe.

Esta precariedad laboral también provoca que la cobertura para las personas desempleadas haya caído casi 20 puntos en los últimos seis años y que a día de hoy uno de cada dos desempleados no cobre prestación.

Condiciones de vida

El estudio de la Fundación Alternativas, consultado por eldiario.es, también señala que los cántabros hemos perdido poder de adquisión. El ingreso medio anual neto por hogar se situó en Cantabria en 25.787 euros, 943 euros por debajo de la media nacional, cuando en el año 2007 partíamos de una situación más favorable.

En cuanto a la tasa de riesgo de pobreza -otro de los datos positivos-, la comunidad se sitúa muy por debajo de la de España (15,3%, siete puntos menos), si bien el informe alerta de que dicha tasa está un 15% por encima de la registrada en 2009 y que ha crecido en mayor proporción que la media.

Deuda y déficit

En cuanto a la salud de las finanzas públicas, la deuda de la comunidad ha seguido creciendo, aunque de forma más moderada, y actualmente se eleva a 2.889 millones de euros –un 23% del PIB regional-. En cuanto al déficit se ha reducido, pero no en los términos y condiciones que han impuesto el Gobierno de España y Bruselas.

Por otro lado, el informe también destaca el “excepcional” nivel de ejecución presupuestario alcanzado en 2016: un 99,2% en el caso de los ingresos y 96,7% en el caso de los gastos. No obstante, advierte del notable descenso de la inversión pública, que achaca al aumento de los recursos financieros (deuda) y al “poco margen” para reducir los gastos corrientes.

Previsiones poco halagüeñas

De este modo, el balance de la economía de Cantabria en el contexto de la recesión no puede ser positivo. El crecimiento ha sido menor que en el conjunto del país, lo que ha provocado que la caída del PIB per cápita haya sido “mucho mayor” en nuestra comunidad. Y en cuanto al empleo, todos los sectores productivos, salvo el sector servicios, han destruido puestos de trabajo.

Concretamente, desde el año 2008 la industria ha destruido 11.300 empleos y la construcción ha perdido 14.100. A este repecto, avisa de que “los sectores industriales maduros no son compensados por nuevos sectores como consecuencia de la caída en innovación, investigación y desarrollo”.

Además, apunta que los trabajadores que buscan su primer empleo han aumentado en 12.600 personas, “multiplicando por tres los que había al inicio de la crisis”. Así, “aún queda por recuperar el 70% del empleo que se destruyó durante la recisión”.

Igualmente, las proyecciones para los próximos años tampoco son especialmente halagüeñas. Cantabria seguirá creciendo pero a un ritmo menor que la media nacional, de modo que mientras “la economía española habrá recuperado el nivel del PIB previo a la crisis en el primer trimestre de 2017, en el caso de nuestra región no lo hará, previsiblemente, hasta el año 2019”.

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